El sol ya estaba muy alto cuando Naruto salió del edificio encalado de la clínica permaneció inmóvil en la puerta por un momento, mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Llevaba en sus entrañas un hijo de Sasuke Uchiha. Debería sentirse horrorizado, alterado, desesperado, protegiéndose su melena rubia bajo un ancho sombrero de paja. Pero no era así. Se sentía simplemente perplejo, absolutamente asombrado... pero encantado.
-Se detuvo, levantando la mirada hacia el cielo azul mientras analizaba sus sentimientos. Sí estaba encantado. Aquel bebé sería todo lo que le quedará de un amor que lo había consumido con pasión el bebé de Sasuke. No se dio cuenta de que estaba llorando hasta pasados unos minutos, y se apresuró a enjugarse las lágrimas mientras reanudaba su camino hacia su casa a través de las calles atestadas de gente.
-La pequeña casa blanca que había alquilado estaba fresca y sombreada cuando entró rápidamente se quitó las sandalias y disfrutó de la deliciosa frialdad del suelo de mosaico bajo las plantas de sus pies desnudos, mientras se dirigía a la cocina, situada al fondo de la finca. Mientras se servía un vaso de limonada de la nevera, recordó con tristeza que cuando entró por primera vez en aquella casa hacía tan sólo unas semanas, era como un animal moribundo a la busca de un refugio donde lamerse las heridas. Y aquella pequeña y silenciosa casa, con su encantador jardín rodeado de eucalipto naranjos, limoneros y palmeras, había sido como un bálsamo para su alma. Se habría vuelto loco si hubiera tenido que quedarse en konoha un día más nunca olvidaría el inmenso alivio que sintió cuando subió al avión en el aeropuerto de suna. Termino de beberse la limonada y se sirvió otro vaso antes de sentarse en la mecedora del salón, cerca de los ventanales. Aquel era su lugar favorito de la casa cuando más apretaba el calor durante el día, y allí había estado sentado durante horas y horas contemplando la vista... y reviviendo los últimos y desquiciados meses desde que Sasuke Uchiha entro a su vida algo que por cierto no había hecho durante los últimos días, su mente parecía haberse adormecido, casi paralizado. ¿Sería posible sufrir tanto sin llegar a perder la cordura? Ciertamente, cada vez que se imaginaba a Sasuke con Sakura, creía volverse loco. Sasuke Uchiha. Cerró los ojos con fuerza, pero todavía su figura alta y esbelta seguía frente a el. Su cabello negro con corte hacia tras, sus penetrantes ojos negros y fríos, su presencia devastadora.
Lo había visto por primera vez en una habitación llena de gente y, desde el momento en que sus miradas se encontraron, comprendió que nunca más hombre alguno volvería a impresionarlo tanto. Era diferente a los demás tenía una especie de magnetismo sensual de mortal efecto, y las mujeres y donceles caían rendid@s a sus pies. El propio naruto había pasado por aquella experiencia, Sasuke le había dicho que el era especial, y el muy inocente doncel le había creído. Abrió los ojos y sacudió la cabeza asombrado de su propia estupidez. ¿Como podía haber sido tan ingenuo y confiado? Y, además se lo habían advertido. Todo el mundo le había dicho que estaba loco al creer que Sasuke Uchiha podía llegar a comprometerse con un solo doncel. Y al final no lo había hecho; Naruto se había equivocado y todo el mundo se había limitado a murmurar: "Ya te lo había dicho". Unos golpes en la puerta lo sacaron de sus reflexiones. Durante los dos meses que llevaba allí no había recibido ninguna vista aparte de Gaara un viejo amigo suyo que era propietario de la casa. Había sido el quien le había ofrecido su residencia de vacaciones en los oscuros y primeros días de su ruptura con el Uchiha, y Naru la había aceptado agradecido. Para el había sido cuestión de principios pagarle una cantidad en concepto de alquiler por mimosa, que así se llamaba la casa, pero los hermanos de Gaara pretendían visitarlo a finales de junio así que Naruto sólo disponía de algunos días más para seguir disfrutando de aquel santuario.
Había estado temiendo el día en que tuviera que regresar a casa, pero ahora... se llevó una mano al vientre plano con gesto protector mientras se disponía abrir. Ahora tenía una razón para ser fuerte, una razón para recuperase y concentrarse en su futuro. No le pediría ayuda a nadie: se enfrentaría con su propio destino y se labraría un lugar para su hijo y para el de pronto cuando abrió la puerta se quedo paralizado de sorpresa
-Hola Naruto...-saludó Sasuke con tono suave.

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Traición..
Fiksi PenggemarFue una boda de ensueño..., seguida de una noche de inolvidable pasión. Luego , Naruto Uzumaki , descubrió que su flamante marido, el hombre al que adoraba lo había traicionado...¡Al segundo día de su matrimonio! Hizo las maletas y se marchó. Pero...