El mes de julio pasó en forma de una interminable sucesión de días calurosos y noches solitarias y deprimentes, pero cuando agosto hizo su aparición Naruto descubrió que se sentía mucho mejor, al menos físicamente. Porque con su estado anímico no sucedía lo mismo. Ya estaba embarazado de cuatro meses y medio y su cintura se resentía de ello. Las náuseas ya habían desaparecido y se le había desarrollado un voraz apetito. En aquel momento se estaba mirando en el espejo mientras se quitaba el albornoz, antes de ponerse la ropa interior . No tenía tan mal aspecto , teniendo en cuenta las circunstancias, pero en cualquier cosa tampoco le importaba. La salud del bebé era lo principal
¡Cuánto quería a aquel bebé! Nada saldría mal. Era joven y disfrutaba de una buena salud. Su bebé estaba perfectamente a salvo. El hijo o la hija de Sasuke...
El doloroso recuerdo de Sasuke lo obligó a sobreponerse. Vistiéndose rápidamente, fue a la cocina para prepararse un buen desayuno. Ya eran más de las ocho cuando dejó el apartamento, pendiente sobre todo del cielo, que anunciaba un inminente aguacero.
-¿Naruto?
-Iba tan distraído que se dio de bruces con Sasuke, y fue él quien tuvo que sujetarlo para que no cayera a la calzada justo cuando pasaba un autobús.
-Dobe, ¿qué es lo que te pasa? ¿Es que no miras por dónde vas? -le espetó furioso, y no lo soltó hasta que volvió a dejarlo sano y salvo en la cerca-. Podías haberte matado.
-Pudiste haberme matado tú -replicó el doncel-. Fuiste tú quien me derribaste.
-Ya. A mi lista de crímenes, tengo que añadir ahora el de asesino de mi esposo -repuso Sasuke ya más tranquilo.
-Yo no diría eso -ya había empezado a llover, y Naruto se dio cuenta de que había dejado olvidado el paraguas-. ¿Cómo es que estás aquí? -le preguntó tenso. Uchiha no había intentado verlo antes, ni siquiera le había telefoneado después de aquella desastrosa visita a su casa, y ahora se encontraba allí, acechándolo a la puerta de su casa...
-Necesito hablar contigo...- lo dijo con tal falta de calor que a Uzumaki le entraron ganas de llorar
-No tenemos nada de qué hablar. Creía que eso había quedado perfectamente claro...
-Me devolviste mi cheque -empezó a decir Sasuke, irritado, y luego, cuando la lluvia empezó a arreciar, añadió con tono imperioso-: No podemos hablar aquí; esto es ridículo. Tengo mi auto ahí al lado vamos.
-No. -negó Naruto
-Naruto...- Era una clara advertencia, pero el rubio levantó la barbilla con expresión desafiante:
-Tengo que ir a trabajar y me estás retrasando, Sasuke. Adiós
-¡No tienes ninguna necesidad de trabajar en esa pequeña y destartalada tienda, eso es para empezar! -Uchiha ya había perdido toda compostura mientras lo agarraba del brazo para impedir que se marchara.
-Pues resulta que a mí me gusta esa ''pequeña y destartalada tienda'' -le espetó Naruto con tono cortante. Y era verdad. Cuando solicitó el empleo como ayudante temporal en una floristería al día siguiente de su violenta discusión con el Uchiha, hacía ya un mes, no tenía muchas expectativas de conseguirlo y se llevó una sorpresa cuando lo llamaron de inmediato para concertar una entrevista. La señora Yanamaka era una mujer delante de una buena taza de té. La mujer se había lamentado del carácter caprichoso de su hija, la copropietaria de la floristería, que de repente había decidido acompañar a su marido a un vieja de tres meses a los Estados Unidos.
-Comprenderá que sólo puedo ofrecerle empleo hasta que vuelva mi hija. ¿Le parece bien, querido? Sé que esto no es algo del gusto de todo el mundo....

ESTÁS LEYENDO
Traición..
Hayran KurguFue una boda de ensueño..., seguida de una noche de inolvidable pasión. Luego , Naruto Uzumaki , descubrió que su flamante marido, el hombre al que adoraba lo había traicionado...¡Al segundo día de su matrimonio! Hizo las maletas y se marchó. Pero...