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El viernes a la mañana, el 15 de Marzo del 2014, todo el mundo me felicitó por la fiesta. Mis padrastros me agradecieron la limpieza del txoko. Después de clase quedaría con Iris, tenía ganas de verla otra vez.
Danel y yo seguíamos enfadados y yo tenía claro que no iba a perdonarle, tampoco era un buen tio. Terminé de comer y me fui a mi habitación. Desde que mis padrinos me contaron la verdad éramos como una familia, una familia de verdad.
Caminaba tranquilamente por la calle junto con niños jugando y pájaros silbando. Cogí el móvil después de oír su común pitido, el mensaje era de Iris:
-Voy para allí, besos.
Guardé el móvil y seguí mi camino, cinco minutos para encontrarnos. Ya levabamos una semana juntos.  Esperé media hora a que apareciera mientras ambulancias y policías corrían por la carretera, algo gordo se había armado, pero no podía dejar colgada a Iris por ir a ver.
Esperé un hora y seguía sin aparecer, ¿dónde estaba? Le mandé un mensaje pero nunca contestó. Pronto me enteré, gracias a las fotos de snap de Amelia, que Iris estaba en el hospital, un coche la había aplastado.
Quise entrar y lo intenté pero sus padres no me conocían. Un día estaba sentado en el banco enfrente de su puerta cuando un chico salió y se me acercó:
-¿Eres Sergio?-preguntó.
-Sí...-dije desanimado.
-Entra, soy Javi un amigo de Iris. Sus padres no están puedes hablar con ella, pero está dormida.
Asentí y entré cerrando la puerta de seguido. Me acerqué a ella muy despacio, tenía la piel muy blanca y no se movía, no evité llorar. La agarré muy cuidadosamente de la mano y le susurré todo lo ocurrido hasta el momento: lo de mis padrinos, lo de Danel, lo de Thomas... Javi llamó la puerta anunciando que los padres se acercaban, y debía irme. Temiendo que fuese mi último momento con ella la abracé y la besé. Salí muy triste de la habitación, esperaba que saliese adelante. Unas horas más tarde Amelia subió una foto anunciando la pérdida de Iris.
Me senté en mi cama y estuve toda la noche llorando y mirando a la pared, se había ido, nos había dejado. Mis padrinos no sabían lo que me ocurría, tampoco quería hablar de ello.
Apenas comí en dos semanas, cada vez que tenía tiempo libre me acordaba de ella. Miré de nuevo al cielo estrellado de la noche del 15 de Marzo del 2015 y me acordé de ella. Llevaba un año sin Iris, sin su preciosa sonrisa, sin sus fotos colgadas en instagram... Derramé una lágrima, me había costado un año entero superarlo. Miré las nubes que se encontraban encima mio, sonreí, pués, creí ver una nube con forma de corazón hecha solo para mi. Sabía que ella me cuidaba y que siempre estaba arriba para escucharme y ayudarme.
Unos años más tarde conocí a una chica y al cabo del tiempo me casé con ella, siempre pienso lo mismo, Iris me ayudó. Tengo una hija con su nombre que ya tiene 12 años. Es preciosa y amable, como ella. Nunca la olvidaré,  ella me enseñó a querer la vida y a aceptar la realidad.
Todos tenemos una Iris, siempre hay alguien ahí arriba que nos protege, quererle y lo único que podéis hacer por ellos es no olvidarlos.

(Este es el fin de la parte contada por Sergio.... La tercera parte estará contada por...: Amelia!!! Si veis algún fallo decirmelo
😉Hasta pronto)

Cómo pintar una nube//PAUSADA TEMPORALMENTE POR LA CREACIÓN DE LA TERCERA PARTE/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora