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-Este es Danel-dijo una amiga en medio de la fiesta presentándome a un chico.

-Hola, soy Amelia-le dije saludándolo con la mano.

Seguimos bailando toda la noche, hasta las 5, a esa hora estaba tan pedo que decidí volver a casa y Danel dijo de acompañarme. Tenía mucha pinta de aprovecharse de las chicas que están pedo como yo en ese momento, pero no le dije nada, estaba demasiado cansada como para discutir. Me acompañó hasta la parada del bus y entonces cuando me fui a subir me plantó un morreo delante de unos moros que le miraron con asco, después subí y él se fue.

A las dos de la tarde mi padre me despertó para que fuera a comer, a él le daba más bien igual, por eso hacía lo que quería para que me prestara más atención, pero nunca lo hizo, hasta que perdí a Iris. Cogí la ropa que había llevado a la noche para lavarla y vi que el Danel me había dejado una nota con su teléfono, la cual la dejé en la mesa. Después de comer noté como me llegaba una notificación, era de Instagram, una solicitud de seguimiento. Y... ¡sorpresa! era Danel. La acepté y fui a hacer los deberes, tampoco quería repetir curso.

Al cabo de unas horas recibí una llamada, lo cogí:

-¿Sí?-dije muy seca concentrada en física.

-¿Amelia?-preguntó alguien.

Dejé de hacer los deberes y miré el número de nuevo, era la voz de Danel ¿Cómo lo había conseguido? Que pesadito:

-Si.

-Soy Danel.

-Lo he deducido, no te enrolles más ¿qué quieres?

-¿Quieres una cita conmigo hoy a las 6?

-No me apetece- y colgué, no estaba de humor, acababa de pencar hace unos días física y eso me sacaba de quicio.

Me volvió a llamar, pero lo colgué. ¿Qué? No todos somos igual de majos, yo era borde y tenía bipolaridad. Sí, la enfermedad esa tan rara. Seguí con física y me olvidé de Danel hasta que el lunes le vi entrando al instituto, venía a verme, no se rendía tan pronto, eso me gustaba. Se me acercó y me invitó a un batido, ese día me pilló de buen humor. Estuvimos toda la tarde juntos y me pidió salir, no le dije que no, estaba bueno y eso era lo único que me importaba.

***

-Espera, ¿quieres decir que saliste con él por postureo?-me preguntó Sergio mientras comíamos en mi casa.

-Básicamente, esa era mi actitud frente a la vida, y no te digo que no, pero sigo igual de bipolar que hace trece años. ¿Continuo o no?

-Si, si.

***

En fin, empezamos a salir y pronto se lo presenté a Iris, quería su aprobación. Era mi mejor amiga y deduci que lo aceptaría, pero no fue así:

-Amelia... tiene una pinta un poco... de... los que se aprovechan de las chicas ¿me entiendes?

-Sí, pero él es buena persona, no es legal porque cada uno es como es, pero a mi me gusta

-¿No lo ves? Él solo te quiere por tu cuerpo.

Cuando me dijo eso me enfadé bastante, no sabía que lo decía para ayudarme, lo tomé a malas y pasé de su aviso. Me reuní con mi novio que estaba a unos pasos más lejos con un pitillo. Cuando nos fuimos de allí me habló de Iris:

-Es un poco exagerada-dijo.

-Si, bastante, pero es mi amiga y a veces es lo que hay que aguantar.

-Pues por lo que he oído por ahí te va poniendo verde.

-¿Iris, a mi? No lo creo-dije riéndome.

Pero él me miró muy seriamente y me contó el cuento que la había odio criticándome, llamándome zo***, gilipo****,... Eso no me importaba, me dolía porque eran palabras de mi amiga pero por lo demás lo acepté, pero cuando dijo que me había llamado gorda folla**** no aguanté y la empecé a insultar por WhatsApp, ya sabía que no era la mejor forma, pero quería que le quedarán un par de cosas claras, pero hice bastante el ridículo:

-"Te cuesta tanto pensar que hasta los caracoles parecen Ferraris comparado contigo".

Súper insulto ya ves..., pero no me apetecía pensar mientras estaba fuera de clase. Al cabo de unos segundos me responde como sorprendida y yo le respondo con un insultos, eso era algo que me sacaba de quicio, el hacerse la mosquita muerta. Seguí insultándola, quería verla afectada, por cabrona. ¿Pero qué iba a saber yo sobre mi novio gilipo****?

***

-¿Sabes una cosa?

-¿Qué?

-Yo era amigo de Danel, y me contó esto mismo.

-¿Te creías que te mentía?

-No, lo que me parece increíble es que él no-me miró y se rió, era un chaval legal, como Iris.

-La verdad es que si sorprende- y yo también me reí, algo bueno de ese día de luto.

***

Llegó la mañana siguiente y como era la más "popu" conseguí convencer a todo el mundo que estuviera de mi lado cuando viniera Iris, vi por la ventana como me esperaba: ¡Qué pringada, se cree que le voy a esperar!, pensé. Entró a clase y se me acercó, le dije un par de zascas y poco más, le vi un poco confusa y quiso hablar conmigo en privado pero me negué y le insulté, después hubo bronca y terminé pegándola. No se porque lo hice, quizás fuese por la bipolaridad y la agresividad que me venían de familia, pero sabía que como me pillasen mi padre me mandaría a un correccional, a si que fingí que me había pegado y salí ganando, nunca me lo perdonaré. Encima que la había insultado hago que cargue con la culpa de algo, pero todos somos así alguna vez. Pero no deberíamos serlo, nunca.

***

Paré de contar y me soné con un pañuelo, Sergio y yo estábamos en el salón:

-No hace falta que...

-¡Si que lo hace!-grité cortándole- es lo que tengo que hacer,...por ti...

Pero en el fondo también lo hacía por mí, aquello me liberaba de mi angustia, de mi depresión, de mi mentalidad bipolar que tanto me había quitado.

Miré a la ventana, hacia sol, pero en mi mente granizaba y yo quería morirme, solo Sergio me ayudó. ¿Pero quién no ha tenido esta sensación alguna vez?

***


Lamento mucho no a ver podido subir nada antes, pero espero que os haya gustado, continuaré poco a poco, por favor tener paciencia, os prometo que el final de esta historia os impactará. <3

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2018 ⏰

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Cómo pintar una nube//PAUSADA TEMPORALMENTE POR LA CREACIÓN DE LA TERCERA PARTE/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora