Capítulo. 17 Silencio

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Yoongi

Flashback

Había escuchado el despertador, pero no quería moverme de allí. Antes incluso de recuperar la consciencia notaba una molestia tremenda donde me había hecho daño anoche, y lo único que quería era lo que siempre quería.

No moverme ni un milímetro.

-Hyung.. por favor apágalo.- Te quejaste, medio dormido. Yo me quejé antes aún de moverme porque realmente no quería. Así que a los pocos segundos, pensando que era tan vago como todos los días, te incorporaste tú para apagarlo. Te inclinaste por encima de mi cuerpo para alcanzar el teléfono, apoyando tu peso sobre mi, y yo grité de dolor.

Te sobresaltaste. Y tu cara se puso muy seria.

-¿Hyung? ¿Estás bien?- Preguntaste, extrañado.

Yo sólo asentí sin abrir los ojos, volviendo a mi postura original, intentando no fruncir el ceño sin conseguirlo. No quería despertarme aún.

Quizá no debí haber menospreciado tu preocupación en aquél momento, porque no me hiciste ni caso, y apartaste las sábanas de encima de mí de un tirón, sin que yo pudiese detenerte.

-¡Dios!- Te escuché exclamar con auténtico miedo en la voz. Saltaste sobre la cama para ponerte de rodillas.- Hyung... ¿estás bien?

-Si, si...- Te dije aún sin abrir los ojos, estirando el brazo para cogerte e intentar que te volvieses a tumbar en la cama a mi lado.

Pero tu te soltaste de un enérgico tirón. Y abrí los ojos finalmente para mirarte, extrañado, algo no iba bien.

Me incorporé lentamente, con el ceño fruncido del dolor, para mirarte bien, tenías las manos en la cabeza y te conocía lo suficiente como para saber que lo que sentías estaba escalando camino al pánico segundo a segundo.

Miré debajo de mi, sobre las sábanas y el colchón. Las sábanas eran blancas, quizá era por eso que quedaba un poco escandaloso.

Debajo de mis caderas había una gran mancha roja de sangre, así como sangre seca entre mis piernas. Había otras manchas más sobre estas. Deseé que tuvieses sábanas negras y no blancas.

-No es nada.- Le dije.

Pareció que no me oía.

-Sólo es algo de sangre....- Continué, aún con los ojos entrecerrados con el sueño. Él no podía dejar de mirar hacia las manchas, completamente enmudecido e intentó tocar la mancha o apartar una de mis piernas para comprobar cuánto había calado. El ceño fruncido, la boca torcida, resoplaba cada vez que miraba de un lado a otro.

"nonononono" murmurabas como si no quisieras encontrar lo que estabas viendo.

-Dijiste que estabas bien... dijiste que estabas bien...- Comenzaste a murmurar para ti mismo, aún  sin mirarme a la cara, negando con la cabeza.

-Hey, para ya!- Le dije intentando taparme de vuelta con las sábanas.- Te he dicho ya que no es nada, deja de hacer un escándalo.

Me miraste con los ojos muy abiertos como si no pudieras creer lo que estaba diciendo y no quise ver esa mirada tuya. Era la mayor mirada de desilusión y preocupación que te había visto en la vida. Algo se me rompió en el pecho al mirarte. Aparté la vista sin saber qué decir.

Ni siquiera traías esa mirada cuando te enteraste de cómo te traicionó tu antigua novia.

Yo me giré, dándote la espalda y noté como te levantabas en silencio tras unos segundos.

No sabía qué mas hacer, pero tumbado sobre la cama, se me estaba haciendo un desagradable nudo en el estómago. Aunque quería quedarme allí y descansar, estaba demasiado tenso, me giré a ver que hacías y estabas poniéndote en silencio la ropa. Demasiado silencio de pronto.

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