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- No puedo caminar, Freddie.-murmuré y todos se voltearon a vernos.
-También tenes ataques de asma y depresión. Yo... Darcy. Puedo sentirte siempre y... Ya no soporto no poder hacer algo al respecto. Somos hermanos, por el amor de Dios. Nacimos juntos. No quiero renunciar.
Lo abracé con más fuerza y me escondí en su pecho.
-Lo sé.-dijo.-Vos también me hiciste mucha falta. Estás conmigo ahora. No. No voy a abandonarte. Ya, Darcy. Tranquila. ¿Ves? No lo perdimos. Seguimos siendo los mellizos de siempre. Sé exactamente lo que pensas. -reí en su cuello y él igual.-Sí, creo que serías un carrito de compras genial. Ya no llores. Es nuestro cumpleaños.
-Vamos a cenar.-suspiró el tío Harry y tomé su mano.-Sí. Es tu cumpleaños. Vamos a cenar todos juntos. Pero... Dios. Mark, ¿sigue estando hermosa?
-Como siempre, señor.-dijo mi amigo y reí.-Hasta sonríe.
-Muy bien. Eso es exactamente lo que quería escuchar. Jekins, estás haciendo las cosas bien.
Volvimos a reír y miré a Jack, quien lucía molesto.
-Voy a perder.-dijo y yo volví a reír con ganas.-No es justo, Mark tiene favoritismo.
-Vení acá.-dije abrázandolo.-Yo te quiero.
El tío Liam me sentó en la silla y tomé su mano. Él no estaba seguro de eso. Entramos y me senté entre mis tíos, mientras que Freddie se sentó entre mamá y papá, cuyas miradas seguía evitando.
-Hija...-empezó papá, pero lo corté con mi risa al ver a Mark luchando con la silla y su saco.
-Liam, Darcy se ríe de mí.-se quejó con un puchero y mi tío rió.
-Son dos nenes. Dejame ayudarte.
Miré a Freddie y le sonreí de lado antes de que él comenzara a hacerme caras. Lo estaba intentando.
-Son Jack y Mark.-le dije.-Hoy hicieron trampa, pero es fácil diferenciarlos por sus lunares. Se pintaron uno cada uno para tener en los dos ojos. Creían que iban a marearme.-reí.-Van conmigo a la escuela.
-Ella es la damisela en apuros.-dijo Jack.
-Y ellos son la peor defensa que vi nunca en fútbol.
-Gracias.-dijo Mark y reí.
-Mi hermano es delantero. Necesita darle clases a ustedes.
-Ya me vas a necesitar, Styles.-dijo y reí.
Pronto sentí la confusión de mi hermano y los tíos se tensaron.
-Teníamos que anotarla en la escuela.-se apresuró a decir el tío Liam.
-Le pusiste tu apellido a mi hija.-dijo papá furioso entre dientes antes de pararse.-Ella es mi hija, no tuya. ¡No podes sacarme a mi hija sólo porque la tuya está muerta!
Lo miré completamente furiosa y quise acercarme al tío pero él se puso de por con rapidez y empezó a avanzar hacia la puerta. El tío Liam me detuvo y atiné a darle un golpe a papá en el brazo.
-El inhalador.-dijo él acercándose y comencé a golpearlo una y otra vez mientras me negaba a aceptar su ayuda.-Basta. Tenes que usarlo.- me retuvo las manos y volví a respirar.-Él no puede hacer eso.
-Te llamé y no viniste, pero él sí estuvo ahí. Él y el tío Liam estuvieron ahí y vos no. Prefiero llevar sus apellidos.-dije con odio.-¡Ojalá nunca te hubieses acostado con mamá!-grité.-¡Ojalá Frank nunca me hubiese encontrado! ¡Ojalá me hubiese muerto! Te odio. Si Freddie hubiera muerto, harías lo mismo que el tío Harry conmigo y lo sabes. Además, ellos son más padres de lo que vos fuiste nunca. Al final, menos mal que no fuimos una familia, porque Frank merece a mamá mucho más de lo que vos podrías llegar a hacerlo. Mamá si estuvo siempre, vos no. No tenes nada que reclamar.
Me solté de todo tipo de agarre y tomé la dirección que había tomado el tío Harry. Lo encontré afuera, tenía lágrimas en el rostro. El traje se le había arrugado un poco y tenía una mano en el bolsillo y la otra en el rostro. No estaba bien.
-Tío.-lloré y él negó, apartándose.
-Él tiene razón. No puedo... No sos mi hija, Darcy.
Retrocedí y comencé a alejarme del lugar. Papá lo había arruinado todo otra vez.
-Darcy.-dijo el tío pero seguí avanzando.-Darcy, ¿dónde estás? Darcy, por favor. No puedo verte.
Me detuve y bajé la mirada hasta que él llegó hasta mí. Sus manos recorrieron mi rostro para luego alzarme y pegarme a su pecho.
-Yo te amo como nunca voy a amar en la vida.
-Entonces, ¿por qué me dejas así?  Sabes que él no estuvo ahí.
-No te estoy dejando. Pero sos su hija, dulce.
-No quiero serlo.
-Pero lo sos.- me devolvió a la silla.-Y necesitas hacer las pases con él.
- No.-sentencié.
-Si. Vas a ir ahora y vas a arreglarlo.- me ordenó.
-No.
-Si, Darcy. Ahora.
-¡No voy a ir!-grité.
-¡Si!-gritó él.-Porque yo me voy a ir. Ya vas a ver. Vas a querer volver con él.
-No vas a irte.
-Si. Me voy a ir y te voy a abandonar.-dijo con cinismo y sentí como más y más lágrimas caían y la respiración se me atoraba.
-No vas a hacerlo.-lloré.
-Si. Voy a tener una hija propia y vos no vas a ser más que una ficha de pasado.
-Basta.
-Va a ser mi hija. Va a ser como Hall.
Su nombre se me clavó en el pecho y negué llorando. Retrocedí con suavidad y miré el lugar. Estábamos solos. Dolía.
-No vas a volver a verme.

El secreto (2da temporada de Escondida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora