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Zayn estaba tirado en el sillón con el televisor encendido y un paquete de doritos en las manos. Lo miré de reojo. No podía irme de ahí. No podía irme.
-Dejame ver cómo está esa fiebre.-pidió.
-No vas a decirles nada, ¿cierto?-pregunté.
-Mirame, es algo serio, pero es asunto tuyo. No voy a contarlo.-tocó mi frente e hizo una mueca.-¿Hay mantas arriba?-asentí y subió con rapidez.-Estás helada, pero tenes mucha fiebre. Es mejor que te abrigue. Dejá de hacerte la apartada y vení acá que yo no soy ningún monstruo.
Me juntó a él y cerró su brazo en torno a mí una vez que estuve bien tapada. Fue como volver a su casa en aquellos días.
- No soy un monstruo.
-Ponele.-murmuré y él rió.
-¿Así que son estas las que te hacen tomar?-asentí mientras él agarraba mis pastillas.-No estás deprimida, nena. Lo tuyo es otra cosa.
-Es estar muriéndome, pero ellos no lo saben.
-Liam me llamó por eso. Creo que quieren convencerse de que no mentís, pero eso es imposible.
-¿Le dijiste a Connor?
-Lo mandé sin decir una palabra.-dijo.-Mirá la película, nena. Ya estás haciendo muchas preguntas.
Sin embargo no miré la película. Me dormí. Y cuando desperté seguíamos en la misma posición aunque dos personas nos miraban.
-Amores de mi vida.-murmuré sin sacar los dedos de debajo de la manta.-¿Llegaron hace mucho?
-Hace un rato.-murmuró Mark.-¿Cómo te sentís?
-Feliz de verlos. ¿Se están preparando para la fiesta?
-Vas a venir con nosotros, Darcy. Vos sos nuestra cita.-dijo Jack y rodó una cajita en su mano.-Es para vos.
-Ya tenemos los nuestros.-dijo Mark dejando ver una fina cadena en su cuello.
-Que lindos que son. Los amo, chicos.
-Les dije que no puedo llevarte al partido.-dijo Zayn.-Todavía tenes fiebre, nena.
-Pero queríamos verte viva antes de irnos.
-Vengan acá.-dije enderezándome y ambos me abrazaron con fuerza antes de besarme ambas mejillas.-Van a ganar. Siempre ganan.
-Somos los mejores.-dijo Jack y lo empujé.
-Cuidado con tu ego.
Ambos rieron y se dispusieron a irse. Zayn volvió a acomodarme y besó mi frente casi con miedo. Freddie estaba muriendo.
-Dijeron que era una caprichosa.-dije.-Porque les dije que me llevaran. Él se está muriendo.-apagó el televisor y me miró serio antes de apartarme el cabello del rostro.
-¿Vas a decirles la verdad si te llevo?
Asentí y él me sentó en la silla para luego llenarme de mantas y salir por la puerta delantera de la casa. No habíamos apagado las luces, pero eso ya no importaba porque algo más importante de estaba apagando: Freddie. Le pregunté si quería que yo vaya, pero no contestó. En la puerta del hospital volví a intentarlo y él sólo dijo que me amaba. Así que entramos. La puerta estaba cerrada y le murmuré que estaba al otro lado de esa pared. Todo era silencio. Freddie de iba.
-Hija.-murmuró mamá al abrir.
Zayn me entró y no dejé que nadie me ayude a subirme a la cama. Él me miraba y sonrió a medias antes de abrazarme.
-No quiero que te mueras.
-No voy a morirme.-dijo él con suavidad.
-Sé que vas a hacerlo. Estás asustado.-me hice pequeña en su pecho y él se apartó bruscamente antes de aferrame con ambos brazos.
-Estás volando de fiebre. Darcy, estás...
-Basta, vos sos el que está enfermo acá. Vos sos el que necesitan que lo cuiden y no debería contagiarte.-Zayn negó y aparté la mirada antes de que papá me devolviera a la silla.-Y no debería haber venido, pero somos hermanos y no voy a dejarte sólo ahora. Ni ahora ni nunca.
Tomé el inhalador y le negué la mirada al tío Liam, casi molesta porque todos querían privarme de ese momento. Aferré la mano de Freddie entre las mías y guardé silencio como todos los demás. Él no iba a morirse. No lo permitiría. Nunca.
-¿Por qué seguís cerrando todo para mí?-preguntó y sentí la mano de mamá en mi hombro.
Le pedí que guardara un último secreto y él asintió. Sin embargo no se lo dije, ni siquiera cuando nos sacaron de la habitación y lo sentí irse. No dije nada. El tío Harry tomó mi mano con fuerza, pero me solté y me fui. Subí al ascensor y una mano presionó el último número. Miré a Connor y él sonrió de lado antes de ayudarme a bajar.
-Falta sólo un tramo de escaleras para el techo.-dijo alzándome. -Vamos.
- Te acordas.-murmuré con la mente tan lejos de ahí que no supe si respondió.-Es lo más lejos que puedo llegar ahora, Freddie.-musité y miré hacia arriba.-Pero sé que todavía no llegaste, que todavía me sentís aunque yo no pueda hacerlo.
Connor tomó asiento conmigo entre sus piernas. La noche era cerrada y oscura. Miré en silencio al mundo dormir y me abandoné también, pero no dormí porque estaba muerta. Muerta como Freddie. Muerta. Él estaba muerto. Fue entonces que lloré por primera vez desde que pisé ese hospital y sentí que dolía como si me hubiesen arrancado la parte más importante de mí. Así era. Freddie Tomlinson ya no estaba ni estaría y yo lo único que había hecho era arruinar los días anteriores a su muerte. Debería haber estado con él, pero a veces nos damos cuenta muy tarde de las cosas.

El secreto (2da temporada de Escondida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora