¿Por qué esperar? | Zarcronno y Cyter [EDITANDO]

Capitulo 7 - Especial Pascua (3/4)

Narra Jose.

Me acerqué a Pedro sin dejarlo terminar la oración, comenzando a besarlo y acorralándolo salvajemente.

Luego el beso pasó a ser dulce y, mientras, nos guié a una habitación.

Lo apoyé lentamente sobre la cama, lo miré con dulzura y algo de deseo. Se veía tan uke y tierno.

Me coloqué sobre él y comencé a besarlo nuevamente. Mientras, Pedro colaba sus manos por debajo de la camiseta del disfraz, haciendo unas leves caricias. Me desplacé hacia su cuello, comenzando a dejar colorados chupetones y suaves mordidas, mientras él continuaba acariciando mi espalda. Le quité la camiseta y la arrojé por la habitación, a saber donde acabó.

Bajé por su pecho depositando pequeños y cortos besos. Llegué a su abdomen y comencé a lamer toda la zona, acercándome cada vez más a la parte inferior del traje de Unicornio que llevaba.

—V-Va Jose— Habló, ahogando suaves gemidos en su labio inferior.

—Ya, tranquilo ya llegará su turno— En mi rostro se formó una amplia sonrisa.

Sin mi consentimiento, un travieso Pedro me quitó la camiseta de mi disfraz de Pikachu.

—¿Quieres jugar?— Reté, cuando respondió con un adorable rosado sonrojo.

Comencé a bajar muy lentamente dejando a Pedro con deseo. Le quité suavemente el pantalón y lo arrojé por ahí. Regresé a la boca de Piter y le susurré “¿Listo?”; él asintió con su cabeza.

Volví a donde me había quedado y mi mano comenzó a acariciar la zona de su bóxer. Pedro por su parte me regalaba hermosos jadeos, los cuales eran como música para mis oídos. Quité la única prenda que le quedaba y acaricié su miembro. Luego, jugué con el glande del mismo, logrando que Pedro gimiera mi nombre y me pida: “Métela de una vez”, qué uke deseoso.

Hice caso luego de dejarlo duro del deseo, tanto que ya podía sentir yo cuánto le dolía. Metí su miembro en mi boca y permití que marcará el ritmo. Me regaló más gemidos. Continué hasta que Pedro se corrió en mi boca y, para hacer que todo sea más excitante, tragué toda su esencia.

Pedro por su parte no quiso hacer lo mismo que yo y sólo accedió a masturbarme hasta que me corriera.

Llegaba el momento. “¿Por qué no me ayudas un poco?”, pregunté susurrando cariñosamente y  mostrándole algunos de mis dedos. Él los metió en su boca dejándolos húmedos. Llegué a su entrada y, lenta y dulcemente, comencé a introducir mis dedos en su interior. Luego de dejarlos completamente dentro, los quité e introducí mi miembro.  “D-Duel-le J-jose”, reprochó en un hilo de voz Pedro.

Luego de unos momentos, comencé a embestirlo con suavidad. Pedro me tomaba del cuello y podía sentir como lo presionaba del placer, clavando sus dedos en mi piel. Me corrí dentro de él luego de varias estocadas.

Caímos los dos rendidos sobre la cama, cuando él comenzó a improvisar las palabras más dulces que me habían dicho en años:

“Cuando me miras, tú me paralizas.
Como un impactrueno tuyo sobre mí, otro pokémon.
Siempre seré tu uke.
Jose, que nuestro amor continúe.”

Lo observé y lo besé, un beso cálido, dulce, tierno, como la relación que acabamos de tener.

Nos vestimos y salimos de la habitación reventados. Kronno nos debe haber escuchado ya que nos miraba con una sonrisa llena de perversión, mientras Miguel no se enteraba de nada. Por nuestra parte nos sonrojamos ante la mirada de Juan y continuamos con la fiesta.