—¡Le tienes miedo a las alturas!
—¡Claro que no!—se defiende Jack—. Solo... solo no soy fanático de ellas.
El día en el parque ha sido de lo más sensacional. Jack y yo estuvimos jugando en los carritos chocones, nos montamos varias veces en la montaña rusa e incluso gano un tomate de peluche para mí. No es broma, había otros de pingüinos, zanahorias, osos y estrellas de mar, pero solo había dos de tomates y él lo eligió para mí. Tiene buena puntería, logró derrumbar las botellas en un santiamén.
Luego de eso, le dije que quería subir a la noria con él. ¿Saben lo que dijo? No te pudo complacer en eso, tomatito. Las alturas y yo no nos llevamos bien.
—Prometo que voy a protegerte allá arriba—susurro acercándome a él—. Será divertido.
—¿Me abrazarás?
—Sí, te abrazaré.
—¿Y me darás un beso para que no me asuste?—pregunta como un niño.
—Oye, no abuses—Él ríe.
Nos acercamos a la fila, Jack está algo sudoroso y mira a la noria con pavor. Me coloco más cerca de él y tomo su mano entrelazando nuestros dedos.
—Tranquilo, no te asustes.
—Tengo ganas de vomitar, tomatito—susurra con voz ahogada.
—No vas a vomitar si estás conmigo.
—Tienes razón, no podría vomitar si estás aquí. Eso sería muy vergonzoso.
Voy a replicar pero la fila empieza moverse. Brinco como una niña pequeña, amo las norias, el como ves la ciudad a gran altura es precioso y estar con Jack lo hace especial. Es un buen tipo. Cuando es nuestro turno, Jack se encuentra más pálido de lo normal. Subimos a una cabina de varios colores, él toma asiento a mi lado y busca mi mano para cogerla.
—No me sueltes—murmura con su mandíbula apretada.
—No te voy a soltar. Respira profundo, Jack, no quiero que mueras frente a mis ojos.
—No es gracioso, tomatito.
Las vistas son increíbles, jadeo sorprendida, esto parece como la colina en la que me llevó a cenar hace unos días.
—¡Mira a tu alrededor!—exclamo cuando veo que tiene los ojos cerrados.
—¡¿Por qué se para a cada minuto?!
—Porque están recogiendo a más gente, tranquilo tigre.
Cuando estamos en la cima y la noria se detiene, Jack por fin abre sus ojos, ve a nuestro alrededor y sonríe. Luego posa su mirada en mí, muerde su labio inferior y pone esa sonrisa burlona que lo caracteriza.
—Tú quieres besarme.
—Claro que no—Pues claro que sí.
—Mentirosilla. Tú quieres besarme.
—No.
—Sí.
—No.
—No.
—No—sonrío victoriosa haciéndolo fruncir el ceño—. Eso ya no me engaña.
—Pero yo si quiero besarte—Cuando dice eso mis mejillas se encienden—. ¿Puedo besarte?
—Jack... yo aún no...
—Entiendo—masculla tomando fuertemente mi mano ya que la noria vuelve a funcionar. Lo miro fijamente.
—No estoy preparada todavía.
—Tranquila, tomatito, el momento llegará y va a ser especial—susurra. Besa mi mejilla y me regala esa sonrisa espectacular de la que sin darme cuenta me he vuelto fanática.
—¿Puedo preguntarte algo?—se encoge de hombro para después asentir—. El día en que nos conocimos dijiste que los ascensores son mágicos, ¿a qué te refrías con eso?
Una sonrisa gigantesca se apodera de sus labios.
—Solo me refría a que los ascensores son mágicos.
—No entiendo. ¿Qué significa?
—Lo descubrirás. Todo tiene su momento.
Para quitar en mi tristeza por haber terminado con el libro de Louis les regalo éste capítulo del extra :)
Lo más seguro es que termine el sábado ésta historia así que disfrutemosla un montón.
Nos leemos pronto :)
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Los ascensores son mágicos | Los Intocables #Extra1
Short Story#LASM es un extra de la Serie Los Intocables, por lo tanto puedes leerlo sin haber pasado por los otros libros. Aunque te lo recomiendo, disfrutarás más de la lectura y conocerás a nuestros chicos. No tenía intenciones de mirar a un tipo como él...