Tú y yo, siempre juntos ( I parte)

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Después de un largo año para terminar de escribir mi monumental obra, y digo "monumental" porque realmente será la obra que estoy segura que me colocará en la lista de los autores más leídos y reconocidos del año, "Bárbara Blanca" podrá volver a colocarse (por 5º vez) en el puesto no. 1 de los mejores autores, donde claro, yo, Bárbara Cano Flores, debo de estar, pero no sin antes obtener la opinión del lector más importante de mi última obra, que estará a la venta a partir del 30 de Enero (la próxima semana); mi gran amigo, Senichiro Hernández Castillo.

-¿Y bien, qué opinas de mi novela?-pregunto cruzándome de brazos y recargándome en el asiento.

-Creo que eres una de las mejores escritoras del país-dice Senichiro quitándose los lentes y poniendo la novela sobre la mesa.

-Basta...-digo en tono juguetón-me vas a hacer sentir penita.

-Jajaja lo siento en ese caso, pero volviendo al tema de la novela, está muy bien, no omitiste ningún detalle.

-Quería que fuera una obra realista.

-Y termino siéndolo, ciertamente tu trabajo es perfecto, sólo que está vez, no hiciste la trama, sólo tuviste que recordar y listo, quedo la obra.

-Cierto-sonreí-les conté a mis hermanas y a Rafa sobre mis planes de volver "aquella historia" una novela, y estuvieron de acuerdo, pero aún me faltaba tu permiso, me lo diste, pero con la condición de leer la obra final antes de mandarla a imprimir.

-Y sólo tengo que decirte que es perfecta, yo no le haría ningún cambio.

-Bueno-dije guardando la obra en mi portafolio-te dejo una copia-saque otra novela-es gratis-sonreí-si me disculpas-me levante-me tengo que ir.

-Gracias por venir Bárbara-se levanto Senichiro.

-Por nada, salúdame a Sung, a Grecia y a mi pequeña Caro, ¿vale?

-Lo haré cuando los vea-abrió la puerta-fue un placer verte-me dio un beso en la mejilla.

-Hasta la próxima semana, Senichiro-le devolví el beso-¿irás el 29 al cementerio, verdad?-Senichiro no me respondió, pero pude interpretar por su mirada que eso fue un sí.

-Nos vemos Bárbara.

-Hasta pronto-me aleje hasta llegar a mi auto.

Sin más que decir, subí al auto, puse mi portafolio debajo de mi asiento, encendí el auto y comencé a conducir hacia la editorial, para entregar la novela y que está pasará ya a imprimirse y salir a la venta.

Era una mañana lluviosa, hacia mucho viento, y apenas podía ver más allá de unos dos metros delante de mí y eso, para un conductor ya es malo, así que, para evitar accidentes, decidí detener el auto en el primer sitio donde pudiera, finalmente encontré un lugar libre a orillas del parque camino a la empresa, me estaciones y decidí a esperar a que se calmará la lluvia.

Al ser invierno, hacía un frío espantoso, así que tome mi abrigo que estaba detrás de mi asiento y me lo puse, para así resguardarme un poco del frío, aún con la calefacción puesta, no se calentaba rápido el auto, y para desgracia mía, no había nada interesante en la radio, las noticias sólo estaban llenas de reportes de accidentes por la lluvia o promocionales y en las estaciones de música no había nada de mi gusto, bueno hubiera sido que mi hermanita Lillian estuviera cantando en alguna de esas estaciones, pero no, así que desconsolada apague la radio y mejor saque mi novela y comencé a leerla, por 5º vez, aunque sinceramente, la historia ya me la sabía de ida y vuelta, y es que... es autobiográfica, aunque claro, eso no lo escribí en mi novela, sólo puse lo típico "cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia", además de que cambie todos los nombres, eso fue lo más divertido de escribir mi novela, imaginarme la situación en otra familia que no fuera la mía, pensando que yo era una lectora más que disfrutaba de la "habida imaginación" de una escritora cuya fama estaba por encima de la de muchos, claro dentro de la literatura, pero no era así, yo era la escritora y en sí, uno de los personajes, nada grato si recuerdo los hechos, pero muy divertido si la leo.

Hola, mi nombre es CarolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora