Capitulo 09.

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Y eso era lo que temía. Que mi padre me preguntara eso, no quería decirle la verdad, no quería que me separara de Niall. El siempre había sido muy protector conmigo, tratando de que no tuviera novio. Cuando apareció Sean no tuvo mas remedio que aceptar mi relación con él, pero nunca llego a confiar totalmente en el, razón por la cual no le dije que él era mi padre. Sean conoció a mis tíos, quienes se hacían pasar por mis padres. Pero con Niall era diferente. Niall lo conocía en persona, Niall conocía el secreto, Niall se estaba haciendo famoso, no podía decirle que era él, el chico de la canción. 

-Si, la escribí yo.- confesé algo avergonzada. El levanto mi barbilla con sus dedos. 

-Cariño, es hermosa. Lo que me preocupa es la persona para quien la escribiste.- dijo él. Yo pestañe algunas veces. - ¿me lo vas a decir?

-si. Es un chico del colegio, el cual me… gustaba cuando terminamos las clases pero ya no. Ya paso todo. – dije tratando de parece lo más realista posible y que el creyera mi falsa historia sobre un chico que ni siquiera existía. 

-bueno, me alegro que ya no te guste. Me alegra saber que no tengo que lidiar con otro novio tuyo. – dijo el levantándose de mi cama y caminando hacia la puerta. La abrió pero y lo pare hablándole. 

-Papá…- el volteo y yo trague saliva -¿Qué harás cuando me case? – pregunte. El sonrió y negó con la cabeza. Yo fruncí el ceño.

-eso pasara dentro de varios años amor. Ya veremos- y dicho esto salió por la puerta, cerrándole detrás de él. 

Suspire y me deje caer en la cama mirando hacia el techo. Me quede así unos minutos, hasta que recordé mi ejercicio de matemáticas y me dispuse a hacerlo.

Al día siguiente, me levante más temprano de lo normal y me fui al colegio antes de que mis padres despertaran. No sabía conducir, apenas tenía 17 años pero me escabullí para llegar a la parada del bus sin que nadie me viera salir de esa casa y me tome el primer autobús que sabía que me servía para ir al colegio. No estaba acostumbrada pero hice lo posible por demostrar que sí. 

Al llegar a mi casillero, organice mis cosas en el tranquilamente para hacer tiempo ya que había llegado casi 40 minutos más temprano de la hora de entrada y casi no había nadie en el edificio. Organice mis cuadernos, mis notas y mi uniforme de hándbol para la práctica. El campeonato empezaba en dos semanas, no podía perderme ninguna práctica ni distraerme. Unos 15 minutos más tarde, ya tenía todo ordenado y no sabía qué hacer. Mire mi celular y no tenía ningún mensaje. Salude a algunos chicos que pasaron a mi lado y que los conocida y decidí dirigirme a la cafetería a comprar algo para comer. 

Cuando entre en la cafetería y me acerque en el mostrador, la cantinera me sonrió y yo le devolví la sonrisa. 

-Nuestra campeona. ¿Qué se le ofrece? – dijo ella, Amelia, la dulce mujer que atendía la cafetería junto con su madre, su hermana mayor y su hija. 

-quiero una rosquilla. –dije. Ella se acerco a la vidriera y coloco en una servilleta la rosquilla.

-Es raro verte por aquí tan temprano. ¿Sucedió algo?-pregunto ella entregándome la rosquilla. Yo negué con la cabeza.

-¿me darías un jugo de naranja, también?- le pedí y me aclare la garganta.- no, no paso nada. Solo… solo tenía que hacer algunas cosas antes de entrar a clase. – dije mientras veía como ella llenaba el vaso de jugo.

-Cariño, ¿miras The X Factor?- me pregunto ella, como para cambiar de tema. Yo asentí y ella sonrió. -¿Quién es tu favorito? 

The Secret ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora