Capítulo 28.

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Sentía el aire en mi cabello, enredándolo, mis pies seguían pedaleando y la bicicleta en la cual iba montada seguía atravesando el parque. Adoraba aquel parque, era tan pacifico, tan perfecto para mí. Siempre que tenía tiempo andaba en bicicleta por allí, viendo a la gente caminar, pasar el tiempo con sus seres queridos, o simplemente disfrutar del lugar como yo.

Ya estaba volviendo a casa cuando escuche un llanto. Un llanto de niño o niña, que se encontraba cerca de donde yo me encontraba. Me detuve y escuche mejor, tratando de localizar de donde venia aquel llanto. Detrás de un banco logre ver una melena castaña y larga, escondida detrás de este. La niña estaba de espaldas a mi pero parecía estar abrazando sus piernas.

Me baje de la bicicleta y camine hacia ella. Apoye mi vehículo en el banco y me agache, pudiendo ver mejor a la niña. Tenía el cabello muy largo, castaño y con notorias ondas. La cara no se la podía ver porque estaba tapada por sus brazos y parte de su cabello.

-hola-le dije dulcemente.

Inmediatamente levanto su mirada hacia mí, algo asustada. Era muy bonita. Tenía ojos color caramelo, una nariz pequeña y unos cachetes que daban ganas de apretarlos.

-no te asustes. No te voy a hacer nada- le dije, nuevamente con el tono más dulce que podía. Ella se limpio las lagrimas un poco y se dejo de abrazar las piernas. -¿Qué paso? ¿Por qué estas llorando?

-perdí a mi mamá. No sé donde está. -dijo ella sollozando y yo le quite las lagrimas del rostro.

-¿Cómo te llamas?- le pregunte

-Maddie.

-yo me llamo ______. Te voy a ayudar a buscar a tu madre. ¿Cómo es ella?-le pregunte.

-más alta que tu, con el cabello del mismo color que el mío pero corto. Tiene lentes de sol puestos- dijo y yo asentí.

- muy bien.

Me iba a parar pero Maddie me tomo del brazo, así que volteé a mirarla confundida. Me soltó rápidamente algo arrepentida pero le sonreí para que no se sintiera mal.

-¿me podrías cantar algo? - Me pidió.- quiero tranquilizarme un poco.

-claro, ¿Qué canción te gusta?-le conteste. ¿Cantar? Ya me estaba poniendo nerviosa porque era un lugar público y cualquiera me podría escuchar.

-Nightingale de Demi Lovato- contesto ella. -mi papi siempre me canta esa canción antes de dormir.

Sonreí. Conocía la canción, del último álbum de Demi. Ella era una gran persona, la había conocido en The X Factor el año anterior porque ella era una de las jueces y mi padre le tenía mucha confianza. Teníamos edades muy cercanas, ya que ella tenía 20 y yo 19 y era muy simpática.

Me senté en el banco, con Maddie a mi lado y comencé a cantar aquella canción. Era hermosa, totalmente dulce y con unas notas bastante altas, a las que, por suerte, yo llegaba. Maddie sonreí abiertamente, a pesar de que aun tenía los ojos un poco rojos de haber estado llorando por un buen rato.

Sentí como varias personas se acercaban al escucharme cantar y se quedaban allí, mirándome, escuchándome, disfrutando. No los miraba, no quería hacerlo porque me podría nerviosa y me saldría algo mal. Simplemente miraba a la pequeña Maddie sonreírme y menear la cabeza lentamente al ritmo de la canción.

Al terminar sentí una gran cantidad de aplausos y algunos silbidos. Mire a mi público y sonreí. Había mucha gente allí. Desde niños a ancianos, hombre, mujeres, todos estaban en sus cosas pero pararon unos minutos para escucharme cantar.

Cantar así, frente a la gente, me hacia acordar a los chicos, a One Direction. ¿Por qué? Porque ellos fueron los primeros en incitarme a que lo hiciera, a que tuviera valor de cantar frente a alguien más que no fuera mi familia o amigos. Después de eso, había cantado frente a toda mi familia en Navidad, y en otras ocasiones y ahora en un parque frente a personas que no conocía.

¿Se sentirían orgullosos de mi tanto como yo lo estaba de ellos? No lo sabía.

Llegue a casa luego de que apareciera la madre de Maddie y de que cantara otra canción para la gente del parque, quienes me pidieron que cantara otra canción y termine cantando Forever & Always de Taylor Swift.

Fui hasta la cocina a buscar algunas galletas, sentía el olor de estas recién horneadas, y eran las de Lucy, las mejores galletas del mundo. Lucy me recibió con una sonrisa y las galletas sobre la mesa.

Mi celular comenzó a sonar unos minutos después y al ver que era mi padre el que llamaba atendí.

-Hola, papá.-conteste.

-Hola cariño. ¿Cómo estás?

-Bien, gracias. ¿Qué paso?

-Es solo para decirte que en dos días las audiciones de The X Factor serán en California, y pensaba que tal vez querías ir.

-creo que es una gran idea. Puedo ir con Scarlett y contarle allí el secreto.

-¿confías en ella?

-muchísimo.

-está bien. Te quiero.

-yo a ti.

Al fin podría decirle la verdad a Scarlett. Hacía tiempo que quería hacerlo pero mi padre siempre me decía que debería esperar un poco mas y pensar en la confianza que le tenía a mi amiga. No hacía mucho la conocía pero confiaba en ella, era buena persona y sabia que no diría mi secreto.

Además, ya estoy haciendo mi vida de otra manera, ya casi no soy una adolescente y la gente que me rodea tampoco, por lo que actúan de otra manera frente a estas cosas.

Subí a mi habitación a buscar el atuendo perfecto para ir a las audiciones de The X Factor y luego le mande un mensaje de texto a Scarlett diciéndole los planes que tenia, aunque solamente le dije de ir a las audiciones, pero nada sobre el backstage o mi padre.

Prendí la tv y mientras me probaba ropa, para elegir el perfecto atuendo. De fondo, escuche que hablaban de One Direction, sacarían un nuevo single "Best Song Ever", que tendría un video clip y que saldría en la película que saldría al mes siguiente.

Aun recordaba cuando me había cantando a mi sola su primer single "What Makes You Beautiful" por un video llamada de Skype. En aquel momento no los conocía tanta gente, no tenían otra canción que no fuera esa y no habían experimentado un montón de cosas que luego lo hicieron con el correr de su carrera.

The Secret ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora