Capítulo 61

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Me mire al espejo luego de haberme bañado y cambiado. Mi pelo estaba recogido en una trenza, sobre ella llevaba un gorrito de lana gris. Tenía puestos unos jeans azules oscuros, unas botitas negras y un buzo de lana suelto y largo color celeste pastel. Mi piel morena por causa del Sol tomado en las semanas anteriores contrastaba con mi buzo y todo el atuendo. Era tan extraño verme tan abrigada. 

Aquel día me reuniría con Scarlett. Las clases comenzaban aquel lunes siguiente y ese día era sábado. Tome mi bolso y mi abrigo y me dirigí hacia la planta baja de mi casa. Allí se encontraba Niall junto con mi madre hablando tranquilamente. Me alegraba tanto que se llevara tan bien con mi familia. Pero… ¿a quién no le cae bien el chico irlandés? 

Ambos me sonrieron cuando me vieron bajar por las escaleras y yo les devolví la sonrisa mientras acomodaba mi gorrito ya que se había desacomodado. 

-Saluda a Scarlett por mí- dijo mi madre. Mi madre siempre le habían gustado mis amigos y eso me ponía feliz. Me gustaba que mi madre tuviera una buena relación con ellos, por lo menos que se agradaran.

-Claro.- contesté comenzando a ponerme el abrigo. 

-También de mi parte- dijo el chico de ojos celestes sentado en el sofá al lado de mi madre. Le sonreí y el no pudo evitar sonreírme de vuelta. –cuídate.

-siempre lo hago- dije. –nos vemos. 

Acto seguido, me abroche el ultimo botón, me colgué el bolso al hombro y salí de la casa en busca de mi coche. Me senté en el asiento de piloto y deje el bolso en el asiento de copiloto. Me puse el cinturón de seguridad y busque las llaves en el bolso. 

No podía parar de reírme. Scarlett me estaba contando una de sus muchas aventuras de vacaciones de invierno con sus primos del norte, que ni ella sabe exactamente de donde son. Según ella, sus primos pueden ser muy divertidos o muy aburridos y resulto que este año, las fiestas habían sido las mejores por lejos ya que sus primos parecían de buen humor y con ganas de hacer cosas divertidas.

Conociendo a mi amiga americana, sabía que las locuras no habían faltado y que habían sido muy ingeniosas si es que salieron de su cabeza. Dicho y hecho, en cuanto comenzó a contarme lo que habían hecho me di cuenta que estaba en lo cierto. 

Por mi parte, le conté todo lo ocurrido en Brasil: lo hermoso que es el lugar, las risas, las salidas, el embarazo de Perrie, el casamiento de Eleanor y Louis, el problema con Alexa y la decepción de Harry y también mis momentos románticos con Niall. Ella siempre tenía un comentario para todo y en todas las situaciones era diferente. “me encantaría haber ido”, “suena divertido”, “ojala hubiera estado allí”, “¿Se van a casar? Quiero estar en esa boda”, “¿Perrie embarazada? ¡Que locura! Pero me alegro por ellos”, “Que suerte que no estaba yo allí porque no tienes idea de lo que le hubiera hecho a esa zorra”, “pobre Harry”, “Sophia si que cuida a la gente”, entre otros más. 

La tarde se paso volando, entre ponernos al día con nuestros viajes de vacaciones, comer y tomar algo y las ideas que teníamos para comenzar nuestro segundo semestre del segundo año de universidad. Ya no faltaba nada para terminar la mitad de los años de universidad. ¿Por qué todo pasaba tan rápido? Scarlett ya estaba planeando su cumpleaños número 20, ya que ella aun no los había cumplido y le faltaban un par de meses, mientras que yo ya los tenía desde hacía unos meses atrás. 

Al llegar a casa me puse ropa más cómoda y luego fui hasta la cocina a hacerme un chocolate caliente. En esta se encontraba Niall haciéndose uno para él.

-Hola- dije- huele bien

-¿Quieres uno?- preguntó sin mirarme. Parecía muy concentrado en lo que hacia

-Si. –contesté y me senté en uno de los bancos de la isla del medio de la cocina. 

Minutos después Niall se volteó con dos tazas humeantes en sus manos, coloco una frente a mí y la otra a un lado de la mía, para luego sentarse a mi lado. 

-¿Cómo pasaste con Scarlett?- preguntó.

-Bien. Ya la extrañaba.- dije.- necesitaba un poco de… sus locuras. 

Algunos minutos después, mi padre entró a la cocina y nos saludo a ambos. Abrió la heladera, tomo una botella de aguan y se sirvió en un vaso antes de volver a guardarla. 

-Cariño, ¿Puedo hablar contigo un segundo?- dijo luego de beber varios sorbos de agua

-claro. 

Lo seguí hasta la sala principal de la casa. El se sentó en su sofá individual, donde siempre se sentaba, y yo frente a él. No tenía ni idea de que se trataba aquello, pero quería averiguarlo. ¿Habría algún problema? Mi padre se paso la mano por el cabello de la parte trasera de la cabeza. Y tomo aire. 

-¿Está todo bien, papá?- pregunté ya que él no emitía sonido. 

-Si, solo quería hacerte una pregunta. 

-adelante

-tengo entendido que alguien te llamo mientras estabas en Brasil. Algo sobre trabajo.

-Si, un productor musical. No recuerdo su nombre ahora pero… si. –Contesté sinceramente. ¿Cómo era el nombre el aquel productor? Bueno, ¿Realmente importaba? 

-¿qué le contestaste?

-Papá, sabes que pienso sobre ese estilo de vida. Sé que lo estoy viviendo por ser tu hija y novia de Niall pero no lo quiero realmente. Quiero ser una chica normal que estudia, trabaja y se mantiene. No tengo superado mi pánico escénico en su totalidad y no tengo planes para seguir tratando de vencerlo. No lo necesito. –Dije.- además, si quisiera ser cantante lo haría contigo. Eres mi padre y tengo una gran confianza contigo.

-Lo sé, es solo que… tenía miedo de perder a mi bebé. 

-No soy una bebé-

-eso también lo sé, pero me quería asegurar de todo. Me refiero a que si tienes un sueño, quiero ser yo quien te ayude a cumplirlos.

Sonreí y me tire sobre él abrazándolo. El me rodeó con sus brazos fuertes. Amaba a aquel hombre con mi vida y siempre lo haría. Fue el que me dejo experimentar cosas increíbles, me dejo ser adulta cuando aún era una chiquilla, el que me ayudo a vencer un montón de miedos durante toda mi vida. Mi padre era el mejor hombre se pudiera pedir como padre. 

The Secret ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora