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Supongo que siempre fui diferente. Me refiero a las demás kunoichis de la aldea.

Lo note en cuanto cumplí 10 años, mi vida era normal, bueno, yo era normal. Pero ese año recuerdo muy bien como cambió todo y fue a causa de algo, o más bien algunos que no me esperaba. Chicas y sus hormonas.

El problema fue que aunque tenía amigos, (probablemente el problema fue tener más amigos que amigas).
Si estaba con mis amigos, todo eran bromas, risas, y juegos que me dejaron cicatrices de la niñes, pero sobre todo sentía lealtad pura. Con mis amigas era diferente, a las chicas les gustaba ser más cuidadosas y les gustaba más hablar y cuchichear entre ellas. Pero específicamente cuando comenzó ese año un tema salió a flote.
Chicos.
Comenzó con preguntas que para mi no significaban o daban a entender más que lo que eran como. ¿Qué chico les cae mejor?, luego ¿cuál es mejor?, y no se que tanto paso que llego la pregunta de ¿cuál es más guapo?, y sobre todo ¿cuál te gusta?.

Para mi era extraño, saber que a mis compañeras les gustaban mis amigos, decir porque les gustaba y me costaba entender como era que les podía gustar eso.

Era viernes, un día soleado donde pasaba la hora de descanso y había decidido quedarme hoy con las chicas, estaba cansada y con las piernas molidas de tanto escalar árboles con los chicos, aunque había válido la pena, mi técnica de correr sobre los árboles estaba mejorando a gran diferencia que las de las chicas de mi grado. Pero ese día decidí que me tomaría el día, así que las chicas habían realizado algo así como una reunión de mucha comida, por un momento me sentí avergonzada de no llevar nada yo para compartir pero ellas eran todavía amables en ese entonces conmigo. Tener amigas que te hacen sentir especial era genial. Lástima que casi siempre no dura mucho.

Comíamos tranquilamente entre ellas hablaban de cosméticos que para ser sincera no entendía mucho y no se como porque ese receso me pintaron las uñas por primera vez. Un color gris azulado que me gustaba porque no llegaba a ser tan llamativo. Algo dentro de mi me decía que no me dejara, para empezar porque con mi entrenamiento la pintura no duraría y cuando está cayera se miraría muy feo. Pero debo de admitir que recién pintadas lucían muy bien.

Cuando estábamos a mitad de receso las chicas comenzamos a notar que que los chicos comenzaban a vernos disimuladamente, esto claro hizo que todas se volvieran locas y empezaran a fijarse entre ellas haber quien era a quien estaban mirando, todas sacaron sus cepillos y bálsamos para labios, a decir verdad yo no me molestaba en hacer eso, pues sabía que obviamente a mi no me miraban, tampoco es como que me preocupara, yo seguí comiendo, habían traído un poco de ramen y estaba deborandolo.

Todas soltaron un chillido y cuando me di cuenta uno de los chicos se habían acercado.

— Hola chicas. — saludo un poco tímido shioto. Todas lo miraban menos yo que no quería hablar con el ayer me había caído de un árbol por su culpa obviamente estaba un poco sentida.

Si lo se, primero hablo bien de ellos y luego me siento, pero esa vez sentía que se había pasado, me pude haber quebrado un brazo, aunque sólo no lo mire porque sí se fuera disculpado no le hubiera dado importancia.

— Hola shioto, ¿a que debemos tu visita?— Saludo una y otras soltaros risitas.

—bueno, puede notar que tienen mucha comida— río este. Y lo entendí todo, a el no le interesaba ninguna chica sólo comida.

— así es, hoy tenemos  mucha comida — sonrió la misma chica.

— Creo que talvez podrán compartirme un poco...— sugirió.

— sólo si respondes algo. ¿quien de nosotras te parece más linda? — y puede jurar que todas a excepción de mi estaban de esperadas porque digieran sus nombres.
Pero yo ya sabía la respuesta.

— Pues..— levantó su mirada mirando a cada una con una sonrisa amable.—  todas, hoy se ven radiantes.

Como pensé el quería sólo comida.

Después de que recibiera una buena porción de comida de casi todas se despidió.

— Muchas gracias — se dirigió a todas  pasando la mirada por cada una hasta que llego a mi.— Tenten— saludo alargando mi nombre. Todas nos miraron.

—Hola shioto...— salude sin ganas.

—¿Qué pasa? , ¿sigues enojada por lo de ayer?—pregunto sonriendo. Sólo le di una mirada de que era obvio. — Ya todo bien, ¿sí? — me dio un leve empujón con el hombro entendiendo que esa era su disculpa.

— está bien — le di también una media sonrisa.

— mañana después de clases algunos chicos vamos a ir a mi casa, te veo ahí.— y se fue corrigiendo con los otros.

Rápidamente sus amigos se juntaron y empezaron a pedirle de lo que le habían dado.
— me dejaron ir sólo, ¿no? — se escuchaba a lo lejos— yo comeré sólo cobardes. —
ellos se quejaron. —está bien, esta bien, les daré.

Mi mirada topó con la de el y me sonrió. Y creo que yo fui la única que entendí que esa sonrisa era sólo de amigos.

Las chicas me hicieron demasiadas preguntas como ¿Como es que haces para llevarte tan bien con el?, ¿Cómo es que llegamos a tener tanta confianza entre nosotros?, ¿si conocía a su familia?, ¿Me llevaba así de bien con los demás?, ¿podía presentarles algunos de mis amigos?, ¿si me parecía lindo?, ¿me gustaba? Y ¿si iba a ir a su casa?.

Todas las respondí pero realmente parecía que no llenó las expectativas de ellas ya que todas las respondí tan neutra.

— Tenten, ¿es que acaso no te das cuenta?, ¡tu le gustas!.— y volvieron a chillar.

Pero claro ninguna lo entendía. Éramos amigos y nada más, yo y shioto lo sabíamos.
El día después de eso, no paso nada fuera de lo común, fui a casa de shioto y jugamos.

El que yo conocí.(nejiten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora