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Taemin despierta y en su estómago siente algo removerse, en esa fecha siempre era así. Sus cumpleaños le eran festejados por su hermano y sus padres, le obsequiaban cosas y su madre solía cocinarle su plato favorito.
Sólo por ese día sería el rey en su casa.
Era algo atípico tal vez, pero le hacía muy feliz aunque jamás pudo admitirlo, menos demostraba que lo disfrutaba mucho. Pero siendo ellos sus seres más cercanos lo conocían lo suficiente como para esperar lágrimas de felicidad.
No tenían la costumbre de hacerse fiestas o fiestas sorpresa, normalmente preferían preparar algo muy familiar, ni siquiera asistían tíos o familiares así que a él le desagradaban. Tal vez algún amigo por ahí, pero nada más.
Estaba seguro de que al menos estrenaría algo ese día, y que recibiría una pequeña felicitación de su novio.
Sabía que estaba demasiado ocupado, por eso tampoco le molestó con mensajes o llamadas que solía hacer, incluso desde amigos.
—Bebé.
La cara sonriente de su madre se asoma por la puerta, mostrando un mohín bonito en su rostro al verle despierto. Había arruinado su sorpresa obviamente, no tenía que ser mago para adivinarlo, pero le hizo reír.
—Vamos a cantarle igual.
Y como cada año les ve entrar, sólo que no tiene que fingir sorpresa, porque este año si se había dejado ver despierto, no como otros años en los que solía sentir un nudo en el estómago. Porque sí, era un sentimental de mierda.
Les escucha con una sonrisa pintada en su cara, y ve a Taesun ahí parado detrás de sus padres, más alto que ellos, guiñándole el ojo. Ya quería ver de qué iba su regalo, igual aunque no le importaba que le regalasen un pasaje a Narnia o una bola de lana, porque le gustaban los gatos y lo único que le dejaban tener en casa, que tuviera relación con ellos, era una bola de lana, pues era feliz con eso. Pero ese guiño le había intrigado.
Era que Taesun tenía un año trabajando en el mismo rubro que su padre, era arquitecto y le iba muy bien, cada vez le veía más feliz con cara de retrasado mental mientras revisaba su celular. Estaba cada vez más convencido de que él se traía algo entre manos, por eso ni había notado su chupetón que era demasiado obvio en su cuello blanquecino.
Sus padres le abrazan y le entregan sus obsequios; un reloj deportivo de parte de ambos, y mira a su hermano mayor antes de abrir la caja.
La desenvuelve y sus ojos no pueden creer lo que ven. Ni siquiera sus padres que estaban en contra de la tecnología y el consumismo.
—Taesun.
El aludido les mira y se cruza de brazos, retador y quizá de pequeños habrían tenido miedo de hacer algo así, pero él ya tenía un año siendo casi independiente, porque si no se iba de casa era porque su madre le pidió que se quedara un poco más de tiempo, que no quería separarse tan pronto de sus hijos.
—Taemin es lo suficientemente responsable para no descuidar sus cosas, no perderá el año sólo por tener un celular —su padre le continúa mirando esperando a que dijera algo más inteligente que sólo eso—. Basta papá, déjalo tener una vida como los demás.
—Sabes que aquí no toleramos que anden desperdiciando dinero en cosas inútiles —Taesun espera no ser demasiado irrespetuoso, pero se acerca a su hermano y sujeta su celular cuya carcasa ya ni color tenía, era literalmente plástico trasparente y cuyas teclas ya ni tenían color.
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Así es el Amor - Temporada I: Ilusiones
Fanfiction~*~Caminos acertados, caminos errados y accidentados, así es el camino de amor~*~