Parte Final

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Y no le importa si lo tiene prohibido porque estaba tomando medicamentos, pero no puede negarse a beber más de lo que alguna vez hizo, porque definitivamente no sabía cómo ser él mismo y continuar existiendo de esa forma, inseguro de poder continuar sosteniendo esa burbuja que empezaba a resquebrajarse.

Porque, aunque tuviera tanto alcohol en la sangre y la fiesta estuviera en su pleno auge, con la música electrónica robándose su consciencia en cada bit, no puede evitar sentir celos a un nivel incontrolable cuando Minho deja de mirarle y le da su atención, y un poco más, a Kibum.

Bailaban, ambas parejas, lado a lado, y él ya no sabía cómo controlarse, porque estaba a punto de mandar todo a la mierda y terminar de una vez con esas estúpidas e inútiles esperanzas de que él, Choi Minho, pudiera notarle y darle el cien por ciento de su atención, sobre todo cuando estaba ahí a tan sólo centímetros de Kim Kibum que deleitaba al mundo entero, no sólo a su pareja, con ese sensual baile de caderas y brazos que tiene a muchos echándole ojo y haciéndoles dudar de su sexualidad.

Mientras que Lee Taemin tenía la rodilla hecha mierda y su autoestima drenándose por esas resquebrajaduras que le provocaban sus celos, y ese maldito complejo de inferioridad.

Y no lo soporta, no más.

No si Minho sujetaba la cintura de Kibum, cuando éste se había acercado demasiado de espaldas a él, moviéndose como si quisiera seducirle; y él se había quedado paralizado al ver cómo los mejores amigos parecían seducirse, y sucumbir ante la realidad. (La realidad que él había notado hace mucho.)

La bebida, dicen, desinhibe sobre todo los deseos más recónditos y escondidos, que nadie sería capaz de mostrar sin sus efectos adormecedores de consciencia y pudor. Y eso era lo que él veía en Minho y Kibum.

Sus ojos pican, pero no lloraría no, no delante de tanta gente. Aunque en el manual del amor dijera que cuando se enamorara lo último que importaría sería su orgullo, pero irónicamente era lo que estaba manteniéndole algo cuerdo.

—¡Iré por unos tragos!

Y con esa excusa desaparece de allí, habiendo deseado no asistir, pero esas palabras, ese 'quiero hacerte el amor' que Minho le había dicho al oído al llegar, le tenía ahí, bambaleándose en el filo de la locura que pronto explotaría y no quería que nadie lo viera.

—¡Taemin!

Es Jonghyun quien detiene su paso ayudándole a pasar entre la gente, sin que se lo pidiera, para que no hiciera demasiado esfuerzo, porque al menos él estaba aún consciente de que alguien estaba lesionado y que no debía estar ahí.

Tal vez era la culpa.


Había decidido no ir, no tenía sentido, no si se sentía herido y rechazado, dejado de lado como pudiera fácilmente desechado cuando algo más importante apareciera entre las cosas que su novio creía importantes.

Y si le preguntara cuál era su lista de cosas prioritarias ¿Qué respondería Choi?¿En qué posición le dejaría? ¿El primer puesto, acaso?

Se ríe de sí mismo sintiendo ese maldito nudo en su cuello, porque en el fondo sabe cuál es la respuesta, porque ni siquiera tiene que preguntar para darse cuenta de algo tan evidente y estúpido.

Mira la pantalla a colores de su nuevo celular, no tenía nada más que hacer que vagar en las redes sociales que le hacían reír un poco con esas frases y chistes tontos.

Así es el Amor - Temporada I: IlusionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora