Parte II

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Casi olvida por completo hacer su tarea, supone que lo hará por la noche, o que finalmente ni la hará. Sonaba irresponsable, y lo era, más aún cuando no podía dejar de pensar en Minho, quien le explicaba algunas cosas sobre ese plano nuevo que dibujaba tan concentrado, que le regalaba un par de sonrisas e incluso le tomaba de la mano para enseñarle a hacer algunos trazos, sonriéndole y dándole algunos besos que nadie más podría ver en esos ángulos.

Además lo habían hablado, no querían ser una pareja delante de todo el mundo, no estaban preparados para estar bailando en la boca de la gente, por eso tendrían una relación parecida a la de sus amigos, en la universidad los verían como amigos que se llevaban demasiado bien, ya estando fuera o en privado serían fuego puro.

O al menos eso quería creer.

Se queda, sin querer, observando a la otra pareja que trabajaba en la misma mesa, Kibum y Jonghyun que reían y parecían hacer lo mismo que ellos, después de todo así había conocido a Minho.

Maldice su suerte por milésima vez al ver el reloj en la pared. Ya había pasado más de media hora y Jonghyun aún no llegaba, y se suponía que le ayudaría con ese trabajo que debía entregar al día siguiente. Lo había dejado para última hora, algo que pocas veces hacía, pero esta vez se le había ido de la mente por completo por estar practicando baile con Jongin, por estar compitiendo con él, como si hubiera premio, porque no lo había.

Bufa molesto y su rodilla empieza a temblar debajo de la mesa. Saca su celular y revisa ese último mensaje que Jonghyun le había enviado, hacía más de media hora que le decía que estaba con su novio y que había tenido una especie de discusión y que quería arreglarlo.

Quería tanto presionar la tecla para llamarle e interrumpir, pero se rinde y deja el aparato antiguo sobre la mesa. Tampoco podía ser tan hijo de puta y no importarle la vida de su amigo.

Cuando una de las sillas que está en su mesa chirría sobre el suelo levanta la mirada y se encuentra con un par de ojos grandes que le piden disculpas por el sonido, mientras dejaba su tubo de plástico sobre la mesa y se sentaba pesadamente.

Y no pudo evitar caer en ese tonto juego de mirarle y desviar la mirada cuando él le pillaba observándole a detalle. Momento en el que el tiempo dejó de importar, casi se sentía estúpido por estar pensando en miles de cosas que podría vivir con él, sólo si llegara a conocerle. En vez de pensar en ese trabajo que dejó de importarle casi por completo al escudriñar minuciosamente esos cabellos ondulados, ese rostro pequeño y con grandes ojos que cuando le pillaban parecían sonreír.

Quería hablarle, la verdad, pero era tímido, y no sólo eso, sabía que no todo el mundo era homosexual y menos tenían la mente abierta para aceptar un acercamiento del tipo que él quería hacer, sin ser rechazado. Alguna vez en el pasado había vivido algo así, y casi no lo supera, de no ser por Jonghyun tal vez no lo habría hecho.

Baja la mirada a su celular que se mueve sobre la mesa, abre el mensaje y sonríe al ver que su amigo le decía que ya estaba en camino. Su momento de gloria secreta de observar al chico alto y de bonito rostro, ya terminaría, seguramente porque él también revisaba su celular y se marcharía pronto.

Estaba casi seguro de no haberlo visto en su carrera, igual conocía a mucha gente de años inferiores o superiores, pero entre ellos él no estaba ni en su lista mental de chequeos que tenía. Además nadie manejaba ese tipo de tubos de plástico, seguro era de arquitectura o de ingeniería civil o algo parecido.

Así es el Amor - Temporada I: IlusionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora