Cap 4:

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El viaje era un poco largo. El sol se metió entre las montañas.

-Iré a fumar un poco ¿Tú fumas?-Le ofrecí una pipa

-No, gracias-sonrió

-Bien-dije y salí a fumar en el pasillo

Pensé en lo que me esperaba. Estaba dudando en pedirle matrimonio a Evangeline, no sabía si era la persona correcta, puede que si y puede que no. Pero si la amaba no tenía nada que perder.

El sabor de la pipa era algo fuerte pero me distraía, y me ayudaba a reflexionar. Una ave volaba en el cielo nocturno, no distinguía que clase de ave era. Pero de repente desapareció.

De golpe el tren se frenó y mi pipa cayó al suelo.

-¿Qué pasa?-Le pregunté a un chico del tren.

-De inmediato lo averiguaré señor.

Abrí la puerta para entrar al vagón de pasajeros. Un hombre de barba blanca bien cuidada y de buen porte decía unas palabras y todos escuchaban atentamente.

-Damas y caballeros sentimos que hayan experimentado este movimiento tan brusco, se acabó el combustible y nos quedaremos aquí una noche en lo que los trabajadores reúnen el material en el pueblo más cercano. Sentimos su retraso. Disculpen las molestias.Quedó a sus ordenes como capitán del ferrocarril-salió junto con otros hombres.

-¡Genial!-Dije sarcástico-Parados una noche

-Tranquilo Max, piensa positivo.-me sugirió Roger mientras leía.

-¿Qué pasaría si pienso positivamente?

-¡Cena de cortesía!-Exclamaron los meseros del tren

-Eso-dijo y me miró divertido.

-Está bien, está bien. Tú ganas.

La cena no se veía nada mal. Hasta que encontré una mosca en mi café.

-¿Decías...?-Le dije a Roger enseñandóle la mosca.

-No sé por qué te pasan estas cosas Max-rió.-Positivo-me repitió.

-Positivo, positivo, positivo-balbucé


-¿Dormiste bien Max?-rió

-Buen día Roger-bostecé-¿Ya estamos avanzando?

-Sí, desde las cuatro de la mañana. Noté que tienes el sueño pesado.

-Un poco

-Llegaremos a Transilvania en cinco horas

-¡Fantástico!-Miré mi reloj y marcaba las ocho

Pasaron las horas y el tren se detuvo justo en la estación de Transilvania.

-¡Roger fue un gusto espero encontrarte de nuevo amigo!

-¡Hasta luego Max!-Nos abrazamos

Me subí al carruaje que me llevaría a la casa del tío Arnold.

Al llegar noté que no era sólo una casa sino una mansión.

-¡Sobrino! ¡Que gusto verte!

-Igualmente tío.

-Pasa

-Gracias. Tío es hermosa ésta casa.

-Sí, aunque la remodelación no está acabada pero se ve bien ¿cierto?-Me dió una copa

-Absolutamente-dije y me llenó la copa de vino tinto.

-Deja tus maletas en el recibidor Guinda las subirá a tu habitación.-me indicó.-Que gusto es tenerte aquí, le comenté a tu padre que quería verte, ya soy un poco viejo y necesitaba de alguna compañía.-rió.-y bueno seré directo también quiero dejarte mi...testamento y darte...unos regalos.

-¿A mí?-Me ahogué con un sorbo de vino por la impresión.

-Sí, a ti.-rió nuevamente

-Disculpa la imprudencia tío pero ¿por qué a mí?

-Porque eres el indicado para esto.

-Entonces ni hablar.

-Max ahora vuelvo necesito arreglar unas cosas con el abogado que vino a verme. ¡Siéntete como en casa!-Se retiró.

Sin duda la casa era gigante y elegante. El espejo del recibidor estaba bañado en oro y las piezas de decoración eran de plata y porcelana fina. Iba caminando por el pasillo hasta que oí un ruido detrás de mí.
Y volteé.

-¡Como lo siento!-se disculpó una chica. Recogiendo los cristales de una pieza de decoración.

-No no hay cuidado-sonreí-¿le ayudo?-La ayudé a levantarlos

-No se moleste joven...

-Max, mi nombre es Max-sonreí de nuevo

-Mi nombre es Lina, un gusto joven Max

-El placer es mío-le bese la mano

-Usted debe ser uno de sus familiares, posee excelentes modales.

-Por supuesto, soy su sobrino-dije y se exaltó.-tenga cuidado Max, no quiero asustarlo pero mantenga los ojos abiertos

-¿Por qué?-Pregunté

-Veo que ya conociste a Lina, la ama de llaves.

-Sí tío ,es encantadora

-Lina ve a limpiar la alcoba de Max.

-Sí, como diga señor.-hizo una pequeña reverencia pero no entendí por qué.

-Y cuando bajes tráeme un té.

-Como diga señor.

-Espero que no te haya asustado con sus cuentos.

-¿Cuentos?

-Sí, a veces se inventa unos para asustar a los visitantes. Es muy rara esa chica, sus padres vinieron de Noruega hace algunos...años y quedó huérfana.

-Pobre señorita.

-Sí.

Susurros al bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora