27 de Marzo

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Los días pasaban, Jiraiya, quien ha veces iba a "investigar", dejaba al joven Naruto en la casa Hyuga para que lo cuidaran.

Básicamente, Naruto ya era como de la familia, aunque solo eran vecinos desde hace pocos meses.

Eran los últimos de marzo, así que Hiashi fue a un viaje de negocios y, como ya era costumbre, Naruto estaba con sus vecinos, los Hyuga.

-Bien, chicos, la comida esta casi lista, así que por favor pongan la mesa- Gritaba Hana para que ambos chicos la escucharan.

-Si- dijeron ambos al momento de llegar hacia donde se encontraba.

Pusieron la mesa, Hana sirvió los platos y empezaron a comer; debes en cuando comentaban algo.

-Sra. Hyuga puede servirme mas, por favor- dijo Naruto que aun estaba hambriento.

-Claro, pero dime Hana- dijo con una sonrisa.

-Si- asintió Naruto.

-Aqui ti... Ah!- Hana no pudo completar la frase ya que grito de dolor.

-¿Q-que sucede, okaasan?- pregunto Hinata tras el grito.

-No es... Ah!- volvió a gritar.

Hana seguía gritando, puso su mano en su entre pierna y lo que vio fue sangre.

-N-naruto- llamaba al rubio.

-Si-

-P-pasame el...  Ah!... Teléfono- decía aun quejándose.

Naruto, rápido fue por el, se lo entrego y Hana empezó a marcar.

-N-naruto-kun- Llamaba Hinata asustada - ¿Que ocurre?-

Su platica no pudo ser ya que Hana ya había colgado y le pidió ayuda a Naruto.

Hinata se quedo en schok al ver que su madre estaba sangrando demasiado, al salir de el solo se puso a llorar.

-¡Hinata!- grito el rubio -¡No es momento para eso!-

-P-pero...- decía mientras controlaba el llanto.

-Hinata, se buena... Si- le dijo su madre con una diminuta sonrisa antes de seguir quejándose por el dolor.

Al llegar la ambulancia que Hana pidió, fue llevada junto con los pequeños al hospital, ya que estaba en proceso de parto.

-Hinata- volvió a llamarla el ojiazul -Tenemos que avisarle a tu padre- Naruto tomo de la mano a Hinata.

Ambos fueron a buscar un teléfono dentro del hospital pero había un pequeño problema, ninguno se sabia el teléfono y al único que pudieron contactar fue a Jiraiya.

-¿Que ocurre niños?- pregunto el viejo que acababa de llegar al hospital.

-Hana esta dando a luz- decía Naruto que todavía sujetaba la mano de Hinata.

-¿¡Que!?- salio corriendo para la sala de partos.

Pasaban las horas y todavía no se sabia nada de Hana y ni tampoco de Hiashi.

Salio un doctor de la sala.

-¿Es usted su esposo?- pregunto refiriéndose a Jiraiya.

-No, su esposo esta de viaje- dijo serio.

-¿No hay manera de contactarlo?-

-No lo creo, pero por lo que esta diciendo debe ser muy...- paro al ver a los chicos junto a el que lo estaban observando.

El doctor y el se fueron a hablar a otro lado dejando a Naruto y Hinata solos.

-¿C-crees que okaasan e-este bien?- pregunto la peliazul.

-Claro, ella es muy fuerte dattebayo- dijo el rubio tratando de animarla.

-¿Y si... Y si... No es así?- Hinata empezó a llorar.

-No te preocupes... Todo...todo estará bien- dijo Naruto al momento de abrazarla y empezando a llorar también.

Seguían las horas pasando, ya era muy tarde y aun no se sabia de Hiashi; ya era el siguiente día, 27 de marzo.

Los doctores habían hecho todo lo posible para que todo saliera bien hasta que nació una pequeña niña de ojos perla y de cabellos castaños.

El llanto de la recién nacida se escuchaba muy fuerte y sano.

-Por fin nació- menciono Jiraiya que se encontraba dentro de esa sala -Buen trabajo, Hana- lo decía mientras sus lágrimas salían y paseaban por sus mejillas.

Se estaba aclarando todo cuando un hombre de ojos perla llego al hospital todo apurado.

-¡Hana!- gritaba entre pasillos -¡Hana!-

Hiashi se dirigió a la sala de partos, donde fuera de ella se encontraban Naruto y Hinata.

-Cuida de ella- dijo Hiashi a Naruto antes de entrar.

...

Era una tarde lluviosa, había muchos Hyuga reunidos en ese extenso campo, incluidos Jiraiya y Naruto que aun sujetaba la mano de Hinata.

-Kaasan...- no podía dejar de decir la pequeña Hinata entre llantos.

-Hana, lo siento... - decía un castaño susteniendo a su pequeña hija -si hubiera estado ahí- no dejaba de llorar.

Todos presentaron sus condolencias, ya que ese día nació un Hyuga pero también... Se fue uno.

Continuará...

Tan Sólo VecinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora