"Me gusta pensar en ti, en cada facción tuya, me gusta pensar más que nada en tus ojos, esas dos bolitas cafés que cada vez que las veo iluminan los míos.
Me gustaría tenerte aquí, conmigo. Dormir abrazados y darnos las caricias que tanto anhelamos, joder. Es que eres un ser tan perfecto, creado con tanta luz, que esa luz fue hecha para iluminar mi camino, para darme cuenta de que sí no estás mi mudo no tiene sentido, bebé. Por favor, nunca te vallas de mi lado."
Eso fue lo que te escribí hace poco tiempo, y míranos, más bien, mírame.
Tan deprimido, tan pálido desde que ya no estás. Por Dios, nena, te necesito aquí, vuelve por favor.
No sabes la falta que me haces, tú no entiendes que tú eres mi mundo... o al menos lo fuiste, tu error fue pensar que no te amaba. Pero el error también fue mío, por no demostrarte el inmenso amor que sentía por ti, me lo guarde y tú pensaste que no te quería.
Perdóname, por no ser honesto, por pensar que siempre aguantarías mis tonterías, sufriste tantas cosas por mi culpa.
Ahora todo es oscuro, ya no hay ni una pizca de luz, te llevaste todo de mí, hasta mis ganas de vivir.
Nuestra historia termino, bebé, pero aunque te vallas, no te pierdo. Vives en mis sueños.