Para ella.

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Te amo, ¿y sabes que es lo triste?, que tu dijeras que me alejará cuándo lo que menos quería era que te fueras de mi. Pero fue la única forma de defensa para que no me vieras caer por eso, no tienes idea de como me sentí, e incluso pensé que sería más facil el poder decir adiós, pero nadie me dijo que iba a ser difícil decírselo a alguien cuando ya había sentimiento de por medio.
Tenía miedo, siempre lo tuve, pero el día que me dijiste que me querías, parte de mis miedos se fueron. Me odio por jamás habertelo dicho.
Mi cabeza estaba poniendo todo en orden para poder así amarte con todo mi corazón y mi alma, en este momento es muy seguro que mis palabras ya no importen, que de seguro ya estás olvidandome, y que de seguro esto lo escribo para que jamás lo veas y si algún día llegas a leerlo, tienes que saber algunas cosas:
Siempre tuve miedo, eso lo sabes, pero cuando hablábamos me hacías sentir que todos los miedos en el mundo de podían solucionar con un poco de ti. Sabía que si estaba contigo jamás iba a tener miedo.
El problema era cuando comenzaba a sentirme inseguro conmigo mismo por lo que llegarías a pensar de mi. Jamás he sido el chico de las que todas se enamoran por su encanto, por su hermosa cara o el cuerpo tan escultural que tiene. Tenía miedo de que encontraras a alguien hermoso, a alguien con menos inseguridades. Y ese siempre ha sido mi mayor impedimento para creer que pueda gustarte, jamás me han dicho que soy hermoso o lindo, ¿Qué me haría pensar que yo podría gustarle a alguien?, me daba miedo saber que no te gustara ni un poco de lo que vieras en mi.
Se que algunas veces tu haces cosas que lamentablemente nos llevan al inicio, que jamás podamos empezar algo, y con eso tengo mucho conflicto, quería que todo fuera bien, siempre que sentía algo tu hacías que retrocediera tres de los dos pasos que había dado hacia delante.
Uno de mis mayores miedos también es jamás volver a saber nada de ti, siempre te he dicho que tu no caminas, siempre vuelas y me da miedo no poder seguir tu ritmo, la forma en la que vemos la vida es tan distinta, pero es eso lo que me encanta de ti, que seas diferente, pero me da miedo que yo no sea lo suficientemente bueno para seguirte, que un día sólo decidas irte y un día ya no saber que pasó contigo. Si llevamos menos de un mes sin hablar y ya estoy rogando por saber si estas bien, no me imagino pensando todos los días si estas bien, si necesitas un salva vidas o sólo si alguien que este junto a ti.
Pero, a pesar de todos tus, mis y nuestros defectos, si me dijeran que puedo retroceder y jamás conocerte les diría que no, porque me daria miedo saber que no estarás aquí y que no podré ver como has crecido como ser humano porque siempre he estado orgulloso de ti, de cada una de esas cosas que haces, así sean pequeñas yo siempre las veré como las grandes hazañas que te hicieron una persona magnífica y diferente en este mundo. Y una de las cosas de las que suelo pensar por las noches es que si hubiera un futuro donde te volviera a encontrar y me dijeras que me amas, en ese momento me vuelvo tuyo para toda la vida. Porque sí, he imaginado que tú y yo tenemos un futuro, que estamos juntos y somos ancianos y nos amamos y tenemos ganadas todas las batallas en esta vida.
Una vez me preguntaron que si algún día yo me llegará a casar sabría con quien querría hacerlo y mi corazón pensó en ti. Sí, mi corazón, porque siempre tuve esa metafora de que las personas cuando amamos solemos pensar con las neuronas del corazón, con esas que nos hacen sentir cosas inexplicables, esas que me han echo quedarme y volver una y otra vez a ti aunque no logremos nada, esas que me hicieron escribir esto sabiendo que son nulas las posibilidades de que algún día lo leas y si eso pasa en menos tiempo de lo que creo quiere decir dos cosas:
1. Me cansé de extrañarte.
2. Mi corazón pensó que sería buena idea mandartelo.
Sea lo que algún día pase. Te amo y te amaré hasta que mi corazón deje de pensar en ti y mi cerebro deje de sentir cosa por ti.

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