No sé qué hacer, desde que te marchaste tengo tiempo de sobra, y lo único que hago es revisar nuestras conversaciones, aquellas que fueran cursis, graciosas o tristes, me hacían sentir viva.
Te extraño, te extraño. ¿No te das cuenta? Hablar contigo era lo mejor que podía existir, escuchar tu voz diciendo que me amabas, que me querías, las veces que me decías que estaba bonita, bella.
No sé qué hacer sin ti, no lo sé. Te necesito, de verdad.
Perdóname si cometí algún error, nunca fue mi intención que te alejaras de mí.
Por eso, antes de irme quiero que sepas:
Que encontré una razón para mí, para cambiar lo que solía ser.
Una razón para iniciar de nuevo, y la razón eres tú.
Lo siento, lamentó extrañarte tanto, lamento haberme enamorado de ti.
Nunca fue mi intención.