Vicio por el licor de tu cuerpo

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Entre abrazos y besos, el aroma en tu cuello seduce mi boca ; tu cabello en mi frente me acaricia mientras a tu nuca, peina mi lengua. Mis labios cerrados surcan tu cuello,suaves como la brisa, y en tus hombros una tormenta de lamidas te eriza.
Mi mano en tu espalda patinando y la otra tus glúteos sujetando; mi aliento en tu pecho y tu cuerpo echado atrás, cuando en tu piel de lujuria me alimento. Lentamente caemos al lecho fundidos en besos y mis dedos amando tu sexo, paseando las yemas en tenue romance con tus labios. Y mi boca baña en saliva tus pechos y se desliza a tu cuello con falsas mordidas. Tus prendas inferiores mustiamente bajo, el aroma que destila tu cuerpo, licor fermentado en caricias, hechiza mi boca de deseos perversos, de emborracharse mojado en tus piernas. Mis manos estiradas alcanzan tus pechos y castigan tus pezones con roces y apretones, suaves y duros a veces, con cadencia y  frenesí. Y embriagado en tus labios baila mi lengua en suaves pasos que van de aquí para allá... A veces flotando y otras derrapando, y en cada vaivén recoje tus líquidos que sin modales voy tragando, un niño grosero la cara manchando. Mis manos te acarician, de los pechos a los muslos y hasta las piernas volviendo de nuevo a tu pecho en caricias circulares, como nadando en tu cuerpo sumergido en tus aguas y agitando tu garganta; tus tobillos sujeto y elevó al cielo tus pies mientras undo el rostro en tu infierno; y mi oído, ávido de tus gémidos, me inspira entre manecillas que pasan sin percibirse; y  no se detienen hasta dejar tu cuerpo extasiado y tus piernas temblando.
Victorio Catuchi
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