El poder de una obsesión

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Mi vida sexual tuvo un comienzo, que aunque peculiar, es mas común de lo que parece.Tenía 8 años y mi prima de 15, me utilizaba para sus juegos de calentura. Y en realidad solo me calentaba diciéndome cosas como "sacalo",  "ahora paralo"; bueno hasta me hizo meterlo en una botella. Y la muy desdichada no me dejaba tocarla más que en ciertos lugares no muy atrevidos. Pero esa no es la historia.
Un día, Ella, me pregunto, refiriéndose, a una tía de los dos, (advierto, estas fueron sus palabras), "¿Te cogerias a la tía tal?"  Yo muy confiado y queriendo dármelas de muy, muy,le dije "Yo si" (aunque nunca antes lo había pensado).
Su siguiente pregunta me dejo perplejo, dijo "¿Y como le harías?". ¡Zas!... En realidad era difícil contestar eso...¡ni idea tenia!
Luego ella comenzó a decirme muchas formas,( de hecho fantasiosas),  sobre como seducir y hacerle el sexo a mi tía. "Acostarse con ella y disimuladamente bajarle  la pantaleta"..... ¡Me pareció genial!, (no olvides que tenia 8 años); o (continuó) "tocale las manos y hazle cosquillas"  o "tocale las nalgas"...y muchas tonterías más.
La tía era una mujer con cuerpo de guitarra (no he vuelto a ver un cuerpo tan peculiar),  unas piernas gruesas y torneadas y sobretodo una cintura muy,  muy pequeña, casi sin grasa y terminando en una pronunciada cadera....
Total que ahí va 'San pendejo', y a la primera que pude le di una pequeña nalgada a la tía 'tal' (por seguridad no digo su nombre).
Mujer de fuerte carácter al fin, me dio la regañada de mi vida, me grito "nunca vuelvas a hacer eso, ¡oíste!"....
Pero la semilla ya estaba sembrada, la había soñado mía (aunque todavía no sabia exactamente donde o como la penetraria a esa edad pensaba que el acto era anal ).
Desde ese momento comencé a idear la forma de hacer realidad ese incestuoso sueño . Fui creciendo y aprendí a tocarla con disimulo,  pero aún así, Ella era un hueso muy duro de roer... Era simplemente imposible.
Tras leer un libro de sexologia,  que por cierto le tomaba prestado a la misma tía sin que lo supiera, aprendí sobre las zonas erogenas. Fue cuando concebi un plan descabellado.... "¿Y si pudiera tocar a una mujer en cualquier lugar de su cuerpo y provocar su deseo?" debería ser en zonas inocentes,  los brazos,  las manos o los hombros  etc..
Y empecé a tocar mis manos y mis brazos... Me dije  "si puedo hacer sentir estos brazos de hombre (ya tendría 14) podré hacer maravillas en la piel de una mujer"... Y entonces comencé a tocar aquí y allá y de mil formas, usando toda la imaginación que le era posible a un mocoso de esa edad y...... ¡No sentí nada!... ¡Nada!... ¡Absolutamente nada!. Por lo que vi, no sería fácil,  nada fácil dar satisfacción a mi obsesión. Si, obsesión... Yo padecía o padezco un síndrome llamado "obsesivo compulsivo"... Cosas que entran en mi mente no son soltdas hasta que les das una resolución o satisfacción; cosas como lavarse las manos 20 veces al día y una vez que tocas algo hay que hacerlo de nuevo; o revisar las cosas tres veces para asegurarme de que estan hechas. Y claro tener sexo con una mujer prohibida y  fue mi precos prima quien sembró la idea en mi mente.
Fui persistente, he investigue cuanto pude en libros de sexologia. Te diré que prácticamente nada útil había en los libros de aquella epoca.
La continúa prueba y error me dio la destreza y conocimiento para hacer erizar la piel y aprender sus secretos; descubrí canales que unen a cada zona de placer, (aunque toda la piel lo es); descubrí que la piel se estimula según su textura con roces de diferente presión,  velocidad y dirección. También supe con el tiempo que con la práctica puedes sentir en tus dedos cuando la piel esta respondiendo y así ir siguiendo el trayecto que la misma piel te marca, para poder arrastrar el estremecimiento a través de todo el cuerpo. Al principio utilizaba movimientos lentos,  muy lentos y suaves; y ahora puedo desplazarme con rapidez y causar un estremecimiento general en el cuerpo de una mujer; y combinar erizos de los muslos y el cuello o las caderas y la espalda. Y todo eso lo comencé desde muy joven por la obsesión de poseer a esa mujer que no podía sacar de mi mente. Quiero decirte que fue un proceso de años. Mientras tanto,  probaba lo aprendido en otras chicas y, muy tímidamente, en mi deseado objeto del deseo.
Un libro (muy bueno) decía: "si una mujer es muy dura y difícil conviertela en una muralla". Una muralla parece inexpugnable,  pero esa es su debilidad. Hay que rodearla y acampar cerca hasta que un día se debilite. No es acosar,  es hacerte útil para ella,   hacerla reír continuamente o ser un oído atento para que se desahogue.  Pues bien, en eso me convertí. Poco a poco me volví el indispensable para ella... "vamos al mercado", "acompáñame al centro", "ayúdame con esto y con lo otro".  Obviamente las charlas entre los dos eran comunes y pronto las fui orientando a lo sexual... Pero por ningún momento creas que era fácil. Ella era en verdad dura,  una roca.
Pues así paso el tiempo. Cumplí 20 años y llego el tiempo. Entretanto fui causando sensaciónes en la piel de ella. Primero en los brazos y las manos,  de manera que parecía inocente. Eran notables los efectos en ella, así que fui avanzando conforme ella iba cediendo. Un día estábamos sentados en la sala y ella se quejaba de una rodilla que le molestaba.  Muy atento yo,  le mencioné que algo sabia yo de lesiones ya que continuamente practicaba deportes e iba al gimnasio.
"deben ser los ligamentos,  aquí en los costados de la rodilla". Avance poco a poco,  con toda calma y disimulo, mientras le iba explicando, de donde a donde, corría el nervio afectado. Pronto mi mano había sido cubierto por su falda, y la mano de ella seguía a la mia como un guardián que vigilaba cada movimiento de la mia; cosa que estaba de más, ¡pues sólo estaba interesado en su salud! ¡lo juro!... En algún momento,  la cordura tomo fuerza en ella y retiro mi mano diciendo "ya dejalo así,  me voy a tomar una pastilla....con eso se me quita".
En eso,  reaccioné con rapidez y le dije "no espere,  ya detecte el problema deje mostrarle.  Ve esta rodilla como se ve más delgada,  por aquí corre este músculo ¿lo siente?" ... Hice todo el recorrido desde la rodilla buena hasta casi la entrepierna... Y no dijo nada.
"Es toda esta zona la que hay que masajear,  porque desde aquí nace el nervio afectado". Y mientras lo decía toque su monte por sobre la pantaleta. Y fue cuando el desastre sucedió. Sonó el ruido de la puerta principal,  alguien entraba,  y rápidamente tomamos una posición decente.  Pude mirar como temblaba su respiración antes de que se levantara del sillón,  dejándome ahí sentado y con la sangre agolpaban  en la cabeza.... también en el cerebro...

Esa tarde, ella fue a mi cuarto que se encontraba atrás del predio. Me había alojado ahí por que estaba en remodelacion parte de la casa. Me hacia cargo también de algunos negocios de ella,  por lo que teníamos que hacer cuentas.
Ella contaba el dinero que yo había cobrado,  si mal no recuerdo 20 mil de aquel tiempo.Ella traía una blusa tejida Beige con múltiples hoyitos bien lindos y una falda blanca un poquito translúcida. Tal vez a propósito o quizás no, pero ella se recostó en una mesa que se encontraba pegada a la pared, y ahí comenzó a contar el dinero. Vi nuevamente la oportunidad de provocarle y a manera de juego le dije "mientras usted cuenta yo voy contar cuantos hoyitos tiene su blusa". Y comencé a meter mi dedo en cada uno de ellos,  de arriba hacia abajo; a lo que ella solo quebraba la cintura y decía "ya estate quieto que me haces equivocarme" ; y por esa razón tardamos bastante tiempo en que terminará de contar. De hecho fui llegando a la base de la blusa y esta invadía parte de las caderas. Ahí presione con más fuerza mi "dedo contador de hoyos" y justo en el centro de donde se forman los glúteos fui más repetitivo.
Termino, al fin de contar, y la platica se derivó a asuntos de negocio. En ese momento vi mi error, me había acostumbrado tanto a seducirla,  por tantos años,  que olvide dar el paso definitivo. Debí atreverme a meter mi dedo por debajo de la blusa y bajar su falda. Y mientras mi tía seguía hablando, yo sentía un nudo en el estomago y me repetía "quee imbeeecil soy".
De pronto,  Ella me dijo, "nunca me has pedido nada por todo esto que haces ¿que quieres que te dé?".... La cabeza me dio vueltas, ¿me estaba insinúando algo o era mi imaginación?,  también estaba acostumbrado a su imagen de mujer sería y dura. Y nuevamente me acobarde y le dije que lo pensaría. Me di cuenta que la había regado otra vez, y mi reacción fue inmediata. Le dije "¿otra vez esa falda ?" "se le ve la ropa interior como si le apretara y le marcará" (ese era uno mis pretextos para acercarme a ella). Para entonces ya estábamos frente a frente. Ella dijo "noo,  no me aprieta mi pantaleta mira" y desabotono por detrás la falda y metió su mano dentro de su pantaleta para mostrarme que el resorte no ajustaba. A lo voz de "A ver" metí mis dos manos y recorrí alrededor de su cadera, tocando solo por donde ajusta el resorte de la pantaleta. "Si deveras no se siente ninguna marca" –dije Y continue "y por acá" ; y  tomé sus nalgas y comencé a tocarlas alrededor....unas nalgas enormes que no cabían en  mis manos abiertas. Pase unos segundos con mis manos girando y aun fingiendo que buscaban algo. Me parecía increíble como aun no podía sacudirme esa pena, ese miedo a una reacción agresiva por parte de mi tía. De hecho siempre de alguna forma le venía la cordura y reaccionaba. Y sentí que ese momento era inminente. Y fue ahí cuando rompí mi actuación de seductor taimado y tímido. La mire directamente a los ojos con la cabeza echada a un lado y seriamente le anuncie "tengo que revisar". En un movimiento me coloque detrás de ella hincandome, y de una sola vez metí mi rostro en medio de sus nalgas, mientras mi manos la obligaban a inclinarse de nuevo sobre la mesa. Eran las nalgas más carnosas y lisas que hasta la fecha hubiera sentido; Las abrí con mis manos y lamí por todo el centro a lenguetazos muy largos desde los labios hasta donde termina su espalda.Juro que lo disfrute como loco. Y mientras lo hacía no dejaba de pensar en lo mayor que era (doblaba mi edad) y como resultaba ser para mi, lo más extasiante que hubiera hecho en mi vida. Quizás todo el tiempo disfrute el hecho de que era prohibida y la mayor obsesión  desde mi infancia.
Cuando corrí su blusa hacia adelante por sobres sus hombros,  casi me vuelvo loco.... Eran unas caderas hermosas que terminaba en una cintura diminuta y fuerte; justo desde la base de la espalda, se dibujaba un gran y profundo surco entre dos músculos muy notorios. Acaricie bese,  y lamí esa espalda y entre tanto me liberaba de mi pantalón. Y...la penetre... Y comencé a hacerle el amor.
Ya no puedo seguir a riesgo de ser muy gráfico.
No creas que de ahí en adelante fue la locura. Al otro día que la vi,  volvió a su mismo patrón de conducta en la que era la mujer más sería,  dura y firme de la tierra. La tome por la cintura al saludarla y su rechazo fue inmediato "¿que te pasa?" me dijo con tono defensivo. Bueno... pues, ya no dije nada más. Ya en la tarde al acompañarla de compras volví a tocar su cuerpo de la manera disimulada y taimada de siempre. Y todo comenzó a funcionar de manera normal. Solo lo volví a hacer con ella otras dos ocasiones,  y siempre después de eso,  le venía la cordura más fuerte y para mi era un reto el volverla a hacer caer. Fue hasta que me enamoré de manera profunda de una chica y deje por la paz mi obsesión prohibida.

Victoria Catuchi
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