Capítulo 5

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"Jamás se olvida una herida del alma aunque ésta ya esté cicatrizada, jamás se olvida."

Reinaldo me llevó a casa, estaba demasiado enojada que hasta se me notaba en todo mi cuerpo.

Cómo se atreve a hablarme después de todo lo que me hizo el muy desgraciado; lo que me intriga es ¿qué intención tiene con la Sra Turner?.

Quizá, lo único que quiere es como siempre, jugar con su comida de una manera despreciable. Como odio llevar su sangre, estar unida a él por un vínculo más fuerte e irrompible.

Llegué a casa, baje del auto, el portón se abrió y entré, estaba abriendo la puerta de mi casa cuando escuché su escalofriante voz que me hace enfurecer más y más.

— Espera, Choi Suyong-gi. Déjame explicarte lo que sucedió ese día, no es como usted piensas,ese...—

Me voltee a verlo. — ¡¿Qué, qué tienes qué explicarme, eh?! ¡ YO TE VÍ, CON MIS PROPIOS OJOS, solo tenía a mi madre, Y TU ME LA QUITASTE MALDITO. Para luego convertirme en este monstruo que soy ahora..(me voltee de nuevo, ahora mirando cabizbajo la puerta.) Te odio. Y para que lo sepas, yo JAMÁS, te consideré mi padre.— abrí la puerta y entré, cerrándola en su cara fuertemente.

Créanme que si pudiese llorar, lloraría. Por qué hoy tenía que arruinarme la noche.. Solo de volver a pensarlo me da, me da TANTA HAMBRE.

A llegado la hora de alimentar a éste monstruo interno.


(....)

Deambulaba por la rúa, con unos tacos en punta, una silueta impecable y un hambre enorme.

Al acecho de mi próxima víctima...

Sentí el dulce aroma del alcohol pasar por el dulzón de ése líquido rojo que tanto me atrae. Y mi vista encontró al culpable de ese exquisito manjar que portaba en sus venas.

Era un joven de unos veinte, veintiocho años, borracho y al parecer también estaba algo drogado.

He tenido la curiosa experiencia de ingerir sangre de un huésped en estas mismas condiciones antes, y a decir verdad hace del sabor algo más grato de lo que es.

Él caminaba tambaleándose de un lado al otro, sonriendo y riéndose de lo que, quién sabe qué estará pasando por su mente.

No iba a perder esta oportunidad. Y sin descaro abordé su camino, acercándome hasta llegar a su oído.

— ¿Estas perdido?— dije susurrándole.

Él pegó un sobresalto.

— ¡Santo cielo! Qué susto me has pegado cariño..Hpp!..Hpp!.— no me sorprendió su rara forma del habla, es común en este tipo de estado.

Le sonreí mostrando mi hermosa sonrisa.

Que sonrisaHpp! .. más!..bellaHpp!.— dió un pequeño eructo.

— ¿Te gusta?.— cada vez nos acercamos más a un callejón sin salida.

Siii. Y que hermosos ojos grandes que tienes.— dijo.

— Será tal vez para mirarte mejor, quizá.— mi acercamiento hacia él era cada vez más.

Y que labios más bonitos tienes, preciosa.— dijo sin dejar de mirarlos.

Do not look me in the eyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora