Sweet Danni[Zayn Malik-Mature]

Tercera Carta

Dulce Danni

He decidido no darle mucha tardanza a estas cartas. Hablo de ir directo al grano. Creo que es algo que tome de ti. Porque, por lo general tiendo a divagar, y siempre me has reprochado eso, pero creo que es hora de ponerle centro a este asunto.

Hoy te contare un episodio algo importante de nuestra apenas floreciente relación. Algo que me hizo actuar de una forma algo infantil, pero a la vez hizo que me diera cuenta que debía actuar prontamente.

Habíamos hecho esa semana una especie de itinerario para que tu pudieras atender a la pequeña Lulu.

El trato era que tu llegarías a las 7:00am para alimentarla, yo dejaría la puerta trasera abierta para que pudieras ir a medio día a darle su segunda ración de alimentos y en la tarde irías de nuevo. Ya habíamos comprobado que dejarla sola todo el día no era bueno. Le gusto mucho uno de los cojines que adornaban el sofá de mi sala y lo había hecho añicos con sus pequeñas garras. Prometiste pagar por el, así que no objete respecto a eso.

No lo negaré, Lulu se había convertido en mi animal favorito esa semana.
Por ella tu ibas a mi casa constantemente.
Por ella podía verte sin necesidad de estar parado en mi ventana. Por ella te veía en todo tu esplendor, tierna, sonriente y atenta. Esas eran las cualidades que saltaban a mi cabeza cuando te veía alimentarla y cuidar de ella. Cuando te sentabas en mi sofá y le contabas sobre tu día. Eso me hizo mirarte como el milagro mas hermoso de la naturaleza Danni.
Tan pura, tan inocente, tan frágil. 

Y fue esa tarde cuando yo estaba tratando de descansar luego de un largo día en la oficina, que tocaste a mi puerta como todos los días anteriores de esa misma semana; a la misma hora, 6:30pm. Ya sabia que eras tu.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro al escuchar el timbre.
Una sonrisa que trataba de esconder cuando estaba ante ti.

Buenas tardes Señor Malik- me saludaste sonriente

Buenas tardes Dannica- te salude de vuelta.

Traías contigo un poco de leche y una de las mantas que habías traído a mi casa para Lulu. 

Fuiste por ella y volviste para sentarte en el sofá. Mientras le dabas su comida pude notar que sonreías ampliamente. 

Te ocurre algo?- te pregunte queriendo averiguar la razón de tu felicidad.

Es... es que estoy muy feliz- me informaste.

Eso lo puedo notar Dannica, pero... a que se debe tu felicidad?- insistí

Bueno... como ya sabe yo estudie 3 años fuera de la ciudad en un internado religioso- comentaste- y... ahora mamá quiere que siga estudiando.

Y fue allí donde me derrumbé. No había tomado en cuenta que tu solo estabas aquí por las vacaciones, y que seguro ya te irías.
¿Que seria de mí?
¿Que seria de Lulu?
¿Ya no habrían mas visitas tempranas y tardías?
¿Ya no te vería salir de tu casa junto a tu hermano para pasear a su perro?
Esto no estaba bien.
Nada estaba bien.
Quería llorar, gritar y mas que nada estrecharte en mis brazos y decirte lo mucho que te necesitaba. Pero tu interrumpiste mis pensamientos y seguiste hablando.

Así que me inscribió en la secundaria en la que estudia mi hermano.  Creímos que no me aceptarían, pero esta tarde llamaron a mamá y le dijeron que si.- dijiste sonriendo aun mas.

Sonreí inconscientemente. Me alegraba mucho lo estabas diciendo.

No te irías.
No me dejarías.