IX

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Miró una vez más la luna, tan magnífica como siempre, tan simplemente perfecta.

Se sentó en la repisa de la ventana, le encantaba sentir la brisa nocturna sobre su piel, era una de las cosas que más le gustaba de esta zona. Llevaba una hora sentado y a pesar de ser un lobo, la camisa de Yoo no lo abrigaba todo lo que quisiese.

Le gustaba su olor, olía a frutas silvestres con un pequeño toque de Alyssum, era un olor tranquilizante, no tenía nada que ver con el de Jongin, el suyo era magnífico, no sería capaz de describirlo a la perfección, era dulce, exótico y abrumador, de sólo pensarlo se le erizaba la piel.

Sabía que estaba yendo en contra de sus instintos, su estúpido lobo se lo decía. Lo habitual hubiese sido encontrar a tu pareja y quedarte a su lado, pero estaba harto de tener que hacer lo que un alfa quisiera porque simplemente le diera la gana. Tenía un maldito problema a la hora de acatar ordenes, no le gustaba agachar la cabeza y enseñar el cuello, nunca lo había hecho y no iba a empezar ahora.

No negaría la atracción, al fin y al cabo su cuerpo lo delataba, la forma en la que su respiración había cambiado y el sutil cosquilleo de su entrepierna no eran cosas a no tener en cuenta. Le gustaba el sexo ¿a quién no?.

Había pasado una semana desde su huida, estaban en la casa de Yoo, una bonita casa de estilo rústico a las afueras de Mesec, le habían ayudado a reformarla años atrás, cada uno tenía su habitación, la suya daba a un pequeño claro, todo rodeado de frondosos árboles elevándose como una barrera.

Yoo era el hijo del alfa de Mesec, se habían conocido de adolescentes en la noche de la madre luna, se habían gustado desde el primer momento, a él le había gustado su personalidad y su carácter y a Kyungsoo le gustó la manera despreocupada que tenía de ver la vida, ahora eran algo así como hermanos.

Sintió unas manos posarse en su cintura y tirarlo hacia atrás, no le gustaba estar pegado a la gente pero entre ellos ya era algo normal, se aguantaban el uno al otro.

-¿Qué haces despierto a esta hora?.

-Nada Yoo.

Yoo sonrió y lo abrazó aún más fuerte levantandolo del suelo hasta llevarlo al salón.

-¿Cuántas veces te he dicho que no soy un juguete para que me arrastres por toda la casa?.

-Muchas.

-¿Y por qué no me haces caso?.-bufo

-Porque no me da la gana.-sonrió dejándolo en uno de los sillones.

-Aja.

-Ha llamado el alfa de de Manen, dice que están teniendo problemas.

-¿Qué clase de problemas?.

-Han intentado matarlo.

-¿Y qué tenemos que ver nosotros?.

-Pues al parecer creé que podéis encontrar a los responsables.

-¿Y ahora se supone que si servimos para hacer nuestro trabajo?.

-Al parecer sí.

-¿Yoo sabes que para llegar a Manen tenemos que pasar por Rembulan verdad?.

-Lo sé, creo que todo iría mejor si me contases porque salimos huyendo, después de tres meses sin contacto me gritas en la cabeza dándome ordenes.

-Bueno pues yo...

-¿Tu?.

-Baekhyun encontró a su pareja.

Yoo lo miró escéptico y bufo sentándose en sillón de al lado.

-Y eso explica la persecución ¿por qué?....

-Porque es el hermano del alfa.

-¿Y eso qué tiene que ver contigo?.

-Pues resulta que el alfa es casualmente mi pareja.-susurró.

-¿Qué el alfa qué?.

-Ya me has escuchado.-gruño.

Yoo lo miró fijamente durante unos cuantos minutos antes de echarse a reír, eso si era mala suerte, llevaba toda la vida odiando a los alfas como para ahora tener que compartir su vida con uno.

-¿De qué te ríes idiota?.

-No te parece irónico.-sonrió.-Do Kyungsoo la pareja destinada de un alfa y lo peor, se trata del líder.

-Cállate.-gruño.-¿Cuánto dinero ofrece el alfa de Manen?.

-Mucho Soo.

-Tanto como para que me exponga.

-Lo suficiente para que puedas comprarte papel bañado en oro.

-¿Seguro?.

-Completamente seguro Kyung.

-Prepara las motos y lo que necesitemos, mañana salimos de caza.

Yoo asintió y se encaminó a su habitación. Se conocían demasiado bien, era su mejor amigo, juntos habían vuelto locos a la mayoría de los lobos de la manada, sus padres habían sido muy amables, los habían aceptado sin pedir explicaciones y cuando habían descubierto que tenían dones especiales los habían protegido.

Caminó a la cocina y se sirvió un vaso de agua, tenía la boca seca y su lobo estaba alterado, seguramente ansiaba encontrarse con su pareja, dejó el vaso en la encimera y se encaminó hacía su cuarto.

Se metió en la cama y suspiro, había echado en falta su colchón desde hace meses, levantó la cabeza y olfateó, había algo extraño en el ambiente, no sabría identificarlo pero su lobo estaba inquieto. Cerró los ojos y se dispuso a dormir, llevaba unos días sintiéndose observado pero suponía que eran paranoyas, gajes del oficio, estaba tan acostumbrado a estar alerta, a tener los sentidos despiertos y los músculos calientes, que le costaba permanecer en calma.

Escuchó un pequeño golpe contra la ventana, esperaba que fuera una rama, bostezo y se dio la vuelta.

No habían pasado más de diez minutos cuando sintió movimiento dentro del cuarto, seguramente Minseok venía a infiltrarse en su cama.

-Hola lindo.

Y jadeo porque no había sido capaz de reconocer el cambio de peso al escuchar los pasos, porque tal vez su lado animal lo había engañado, joder no lo había sentido y eso era prácticamente imposible.


"Esa sonrisa, esa maldita sonrisa suya"

Ghost Drivers (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora