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Liria.

Todo comenzó aquella vez que desarrollé la falta de apetito. Mamá pensaba que era algo normal debido a la etapa donde comenzaba a crecer y esas cosas, pero la cosa no duró mucho cuando seguido de ello fue el inmenso cansancio. Era demasiado extraño, pues yo siempre había sido una persona muy activa.
Fue cuestión de unos meses hasta que a mis hermanas les pareció demasiado extraña mi situación, pues para ese entonces también se me quitaba el buen humor.

—Su estado es muy extraño, madre, no creo que esté bien —dijo Lydia.

—Sí, mamá, yo digo que tiene algo —en la dulce voz de Catherine noté la preocupación.

Al día siguiente, después de la universidad, mis dos hermanas nos acompañaron a mamá y a mí al hospital.
Yo sentía algo en la boca del estómago, como si lo que me pasara estuviera mal y apareció justo en el momento que subí al coche. El resultado fue que solo me hicieron unos exámenes de sangre aquel día.
Regresando, justo cuando mamá aparcó el auto en la cochera y mis hermanas salieron del auto para entrar en la casa, se volvió a mí y me dio un leve apretón en la pierna derecha.

—Todo va a estar bien —pero por su mirada preocupada, sabía que ella también podía sentir que algo andaba mal.

                         
                                       • • •

Una semana después, el doctor Jones nos había citado a mi madre y a mí, avisándonos en un mensaje de texto que ya tenía los resultados, por lo que solicitaba inmediatamente de nuestra presencia.
Sabía que necesitaba prepararme mentalmente por lo que estaba por venir, pero no había tenido el tiempo suficiente por mantener ocupada mi cabeza en libros y en la Universidad.
Aquella tarde tuve que cancelar una cita con Jeremy, a quien estaba evitando últimamente. Pero esa vez podía decirse que sí tenía una razón muy buena.
A las cuatro de la tarde llegamos al hospital y la angustia había regresado, atacando de nuevo mi cuerpo.

—Tomen asiento —nos ofreció el doctor cuando llegamos. Esta vez no mostraba una blanca sonrisa como la primera vez que entramos por esa puerta— bueno, aquí están los resultados de los exámenes de la señorita Liria Stone. Los leeré y una vez hecho eso, se los daré para que comprueben que todo está bien.

Mi madre asintió, pero yo solo podía concentrarme en el sobre blanco que yacía en el escritorio.
El hombre me miró antes de comenzar, tomándose su tiempo.

—Liria, el pasado martes se te hicieron unos exámenes de sangre para comprobar tu estado de salud... —comenzó a decir. Yo solo necesitaba que dijera el maldito resultado.

—Déjese de preámbulos, doctor —dije fríamente.

Mamá me miró con los ojos muy abiertos que casi se le salían.

—¡Liria!

—Esta bien, Liria, si así lo quieres —le lanzó una miradita a mamá para que supiera que no había problema. Sus manos sacaron la carta del sobre blanco y carraspeó un momento.

Suspiré y cerré mis ojos, rezando para que todo saliera bien y que los malos presentimientos solo fuera una broma que me jugaba mi mente. Sin embargo lo que dijo después me destrozó completamente.

—Liria Stone, se te ha diagnosticado leucemia aguda.

Fue lo único que logré escuchar.

Solo tú (segunda y tercera parte de CPT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora