Chapter Two

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Como que me llamo Ámbar Smith.

Repetir esa oración siempre me había dado seguridad ¿Por qué ahora no lo hacía? Me sentía tan insegura, tan desprotegida. Claramente era otra Ámbar.

Y no me gustaba.

Fui criada para ser ganadora ¿y en que me había convertido ahora? Ni yo lo sabía.

Mirarme al espejo y no reconocerme ya era habitual, pero ahora ya no tenía ni esa seguridad ante mis convicciones. Ya no tenía nada de aquella Ámbar que alguna vez fui.

Y el miedo se hacía presente, ¿que seguía ahora? ¿ser anita la huérfanita? No, eso no podía pasar.

Pensé que eras más inteligente.

La voz de mi madrina diciéndome esas palabras aún estaba grabada en mí, ni estando bajo las rejas me dejaba en paz.

¿esto no es lo que yo siempre había querido, ser yo misma?


Dos palabras, cinco letras. Dilas y seremos felices.

Esa oración le había dicho a Simón aquella vez.-aquella dolorosa vez-. Pero él no me las dijo, sólo se fue tras Luna. Entendía que estaba pasando un mal momento pero ¿y yo no lo hacía?

Nadie se había preocupado por mí.

Nadie te quiere Ámbar, ¿aún no lo entiendes? Tus padres te abandonaron, Matteo te dejó por mi al igual que Simón, tus "amigas" no hacen más que criticarte cuando están conmigo. Estás sola. Siempre quisiste remarcarmelo, que era huérfana. Mis padres murieron en un accidente sino jamás me hubiesen abandonado ¿pero... y tú? Que pobre ilusa eres.

Pobre ilusa. Sí, lo era. Creí que todo era para siempre y me equivoqué, y así maduré y comprendí cosas que jamás habría entendido. La vida era un boomerang.

Y me estaba regresando todo lo malo que di.


Te amo

De su boca aquella oración era lo más lindo que había escuchado jamás. Él me amaba, a él se le aceleraba el corazón al estar juntos y sentía esas mariposas al besarnos.

Pero cuando creí haberlo superado vuelve dejando mi patética vida pies arriba.

Pero no podemos estar juntos, traería complicaciones a mi vida. No estaba para más.

Quería un amor simple y sencillo que al estar con esa persona me sienta segura y no una niña de seis años.

Quería callar estos sentimientos.

El frío de buenos aires se hizo presente al bajar del autobús, ¿quién imaginaría? Ámbar Smith viajando en transporte público.

Puse mis brazos en modo de abrazo, era Mayo y el frío era abismal todavía no llegábamos al invierno.

Había olvidado el blazer del Blake y por eso la estaba pasando muy mal. Si esto hubiese pasado antes agarraría mi tarjeta de crédito y buscaría una tienda de ropa cercana. Pero ya no era así, mi ropa se basaba en la temporada pasada o el ropa de segunda marca-que no me animaba a usar-.


Pasar por esos largos pasillos ya no era lo mismo, no obtenía las miradas de todos, no se peleaban por sentarse conmigo en el almuerzo o querían que los invitará en mis fiestas.

Vi a Luna con Delfina y Jazmín las nuevas "amigas", ella era alguien y yo no lo era nada.

Fijé mi vista en Nina, ahora ya no pasaba tanto tiempo con Luna pero había notado que seguían siendo amigas.

Yam y Jim les encantaba que Luna sea la nueva reina, o eso era antes... creyeron que el reinado cambiaría que serían parte. Y no fue así.


Matteo no veía en lo que se había convertido Luna, en eso que tanto odiaba de mí. Yo era la mejor aplastando a los demás pero ¿y ella? No había nada para describir en lo que se había convertido. Y Matteo sólo era un tonto enamorado.

Gastón era un buen amigo y siempre le hacía ver el como era luna, quería lo mejor para su amigo. Cuando él le había aconsejado que me dejará lo odié, pero hoy lo entiendo, quería lo mejor para su amigo.


El Blake ya no era lo mismo, The little L, como le gustaba que la llamen era el nuevo motivo de temer. Usaba a todos a su beneficio. ¿no lo notaban? ¿sólo Simón?


The queen A había sido derrotada por The little L. Esa había sido la noticia por semanas hasta que luego se olvidaron de mí.

Si hubiese querido hubiese destrozado a Lunita en ese momento, pero fueron tantas cosas a la misma vez que me sentí agotada y sin ganas de seguir con esa disputa.

- Ámbar, por fin te encuentro.- era Ramiro, el se había convertido en un gran amigo para mí y le agradecía por eso. Él más engreído terminó siendo la mejor persona que pude haber conocido.

- Rama, te extrañé.- lo abracé y me colgué en sus brazos. Aparecía en un gran momento.

- Pero que cariñosa, ¿te he dicho que me fascina ésta Ámbar?

- sí...-reímos, si me dieran una moneda por cada vez que lo decía tendría completa la nueva colección de Prada y Chanel.- Y acá es la parte que te digo, "sos el único que lo piensa".

- No creo, Simón ayer me preguntó por ti.- Me tensé y por los nervios rasque mi brazo, tenía que contarle lo que pasó ayer con Simón.

- Ayer vino a mi casa.- Solté y Ramiro abrió los ojos.- quiere que lo ayude con Luna.- Bufé molesta.

- Va a tu casa y ¿te pide ayuda por Luna? Que gran imbécil.- estaba absolutamente de acuerdo pero si venía por mí no servía de nada.

- Coincido, amigo.- El timbre de la entrada a cada salón se hizo presente y con Ramiro fuimos a nuestro curso.

Pero alguien interrumpió mi camino de forma abrupta, al ver a mi compañante su seño se frunció.

- Quiero hablar, a solas. -Aclaró.


Bien, tenia que enfrentar esto sola.

Fuego [Simbar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora