Él no quitaba la vista de mí y el agarre era doloroso.
- No.-Contesté fría, no quería involucrar a Ramiro, era mi único amigo y no se merecía eso.
- ¿Entonces?- ¿a que iba con esa pregunta?
- ¿Entonces, qué?
- ¿Por qué no quieres estar conmigo? -Simón estaba desconcertado se notaba en su mirada y sus expresiones. ¿Pero era tan difícil?
- Simón, yo lo perdí todo. Mi casa, mis amigos, el Blake, el roller, todo. Y cuando perdí todo, también perdí a esa Ámbar que era antes.
- Ámbar, ¿Viste cómo se acelera mi corazón al verte, al abrazarte, al mirarte? Eso sólo lo logras vos, y no me importa si eres otra Ámbar, yo te amo y estoy enamorado de ti. No me vas a perder.
- Ahí te equivocas, ya me perdiste.- me levanté y comencé a caminar hasta que recordé que Simón me había traído. - Llévame a casa.- exigí.
No se negó, siguió mis pasos hasta su motocicleta. La peor fuerte era que tenia miedo y tenía que abrazarlo. Fue bastante incómodo. La tensión se podía sentir y el amor también porque si algo no negaba era que yo lo amaba y él a mi.
Luché con los fantasmas del pasado aquella noche, Simón me dejó en mi casa y se fue sin decir palabra. Una parte de mí lo agradeció y otra se moría por escuchar su voz y le dolía mucho está situación, no tendría que ser así.
Por séptima vez me removí en mi cama, no podía dormir. Recordaba cada beso, cada abrazo, sus caricias, sentirlo dentro de mí, nuestras peleas, todo y dolía.
Había discutido con Matteo, últimamente ya no éramos los mismos. Él sólo estaba conmigo por asociaciones y cosas laborales. Necesitaba una distracción. Recordé que había un bar cercano, necesitaba unos fuertes shots y también recordé que la roller band daría una presentación allí. Últimamente la banda del mexicano había crecido mucho, bien por ellos.
Al entrar al lugar con una identificación falsa, lo primero que sentí fue el olor a tabaco y los cientos de borrachos que había en el lugar. La banda ya había comenzado a tocar y había un público escuchando atentamente y otros que se dedicaban a hablar o simplemente tomar. Me acerqué a la barra y pedí un shot, la barra estaba cerca del escenario y tenía una estupenda vista de la banda. Observé cada detalle de los tres músicos mientras bebía y bebía. Al conectar miradas con Simón me puse nerviosa y por primera vez me importaba lo que alguien pensase de mí.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis tragos y aún seguía de pie, costaba pero podía. Estaba algo mareada, no sé bien en que momento la banda dejó de tocar y tampoco sé en que momento Simón se acercaba a mí, lo que sé es que al tenerlo cerca lo primero que hice fue besarlo. Y no fue cualquier beso, fue uno con pasión y deseo. El beso fue subiendo de tono así que no recuerdo como fue pero llegamos a un loft que no había conocido jamás. Esa noche fue un cambio en mi vida, fue la primera vez que me entregué a un hombre, a alguien que no conocía totalmente, ni era mi novio. Todos mis creencias se fueron en una sola noche, estaba sucia. Ya no era pura, ¿pero por qué se sentía mal y bien?
Los primeros días fueron caóticos, Simón me acosaba prácticamente y yo trataba de esquivarlo lo más que podía. Hasta que me rendí me di cuenta que una parte de mí quería eso. Nuestra relación con Simón se basaba en sólo sexo, claramente había cortado relación con Matteo. Era sólo de Simón.
Pero, esa pequeña felicidad no duró mucho. Pronto romperían mi burbuja. Matteo se había vuelto a fijar en mí y yo no quería nada.
No pasó mucho hasta que lo nuestro con Simón no funcionará y volví a caer en los brazos de Matteo, él era la estabilidad que yo necesitaba y puede que nuestra relación ya no era la misma estaba gastada pero siempre nos querríamos en cualquier circunstancia.
Nadie sabía quién había sido Simón en mi vida, sólo Ramiro y mis amigas. Tampoco nadie tendría que saber que había engañado a Matteo diciéndole y mintiendo que había sido el primer hombre en mí.
Nadie tendría que saberlo jamás o hasta que me dignara a decir todo
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Fuego [Simbar]
RomanceMe quieres cuando no me tienes y esa no es forma de querer a nadie.