Capitulo 11

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To: Emily
Text: No voy a tardar más de una hora en volver. Justin está muy herido y me ha pedido de favor que lo acompañe ¿no vas a matarme verdad? Si Eli despierta no dudes en llamarme, estaré ahí! Te debo una nena.

“Como casi siempre…” recitó esa frase en su cabeza al terminar de teclear la última oración en el móvil: “Te debo una” y la verdad es que ya le debía bastantes. Pero gracias al cielo su mejor amiga estaba ahí en los peores y más inesperados momentos. 

Justin sujetó la llave y la introdujo en la cerradura. Dio vuelta y la puerta de madera maciza se abrió en el acto dejando un chirrido en medio del silencio. Al encender las luces, ambos se quedaron expectantes mirando alrededor. El mismo departamento de hace dos años. 

El ambiente se conservaba en perfecto estado. El mismo escritorio, los mismos muebles desgastados y los mismos cuadros colgados en la pared. Justin aún conservaba las llaves, pero definitivamente no se había atrevido a volver después de lo que había pasado con ambos… volver… solo hubiera significado recordarla, recordarla y recordarla… pero suponía que ahora, teniéndola a su lado después de dos años, no había nada mejor que enterrarlo todo de una maldita vez, en el mismo lugar en el que había empezado. Su viejo departamento de New York. 

El frío y el peculiar olor hicieron que a ______________ se le erizara la piel. ¿Cómo olvidar este lugar? Aquí había descubierto muchas cosas. Aquí había hecho el amor por primera vez con él. Recordarlo le hacía estremecer el cuerpo y al mismo tiempo todo su interior. Aquella noche había empezado todo y hoy… hoy podían acabarlo si quisieran. 

_________________ se frotó los brazos con las manos y miró hacia el techo. 

- Cuánto tiempo. – dijo él, tomando la iniciativa. Cerró la puerta del departamento y el sonido activó sus sentidos. Estaban a solas, realmente a solas por fin. 

- Bastante. - _______________ bajó los ojos y los subió casi al mismo tiempo para poder observar la expresión de Justin. Él la estaba mirando. Mirando fijamente bajo unos ojos fríos pero a la vez intensos. - ¿por qué me has traído aquí? – dijo tratando de cooperar.

- Pensé que sería buena idea. – Justin subió los hombros y guardó el llavero en uno de sus bolsillos traseros del pantalón. – hace tanto tiempo que no vengo aquí.

Caminó y tomó asiento en el mueble más grande del departamento. 

- Joder… - se quejó al sentarse y colocar la espalda sobre el respaldo. Hizo una mueca y se inclinó para tratar de parase de nuevo. 

- Cuidado. - _________________ saltó de su sitio y posicionó sus manos sobre ambos brazos de Justin para ayudarle. Y no pudo evitar sentirse atraída al tocar sus fuertes músculos. Maldición… era el hombre que amaba… que siempre amaría. ¿Por qué aún no podía asimilarlo del todo? Es que cada vez le sorprendía más lo que podía llegar a sentir por él. Tocó sus brazos, fibrosos y en forma y levantó la mirada para mirar sus ojos. - ¿estás bien? – preguntó tratando de concentrarse.

- Sí. Esto es una mierda. – refunfuñó él. Se puso de pie con la ayuda de ___________________ y se le separó para poder quitarse la camiseta. Estaba realmente sucia, ¿es qué en ese hospital no podían darle ropa limpia? 

La desplazó por toda su musculatura muy lentamente, tratando de no avivar el dolor de los moretones y las pocas cicatrices. Jodida paliza que le habían dado, como nunca. Dejó la camiseta tendida sobre el respaldo del mueble y se fijó en todo su cuerpo. Tenía algunos rasguños nada graves en los bíceps y una gran venda blanca le enredaba el estómago y la espalda. 

- ¿Qué es esto? – dijo aturdido por lo que veía. 

- Esto es lo que tú mismo ganas por buscarte problemas.

- Nena, yo vivo buscándome problemas.

- Mírate. – los ojos de __________________ buscaron rápidamente un punto que le ayudara a concentrarse en su objetivo. Pero algo en su interior le hizo cambiar el destino de sus palabras. Estaba mirando sus músculos. En forma. En forma como siempre. Sus bíceps habían crecido satisfactoriamente y la línea que los dividía se había remarcado aún más.

- No es para tanto. 

- Te han podido matar. – y se miraron. Por varios segundos largos y tímidos. Se miraron y él pasó a mirar sus labios. 

- Qué más da… - susurró él. Su lengua húmeda mojó su labio inferior, sin dejar de mirar los labios de __________________, dándole más o menos una idea de lo que su mente estaba planeando para ellos. 
Y ella se quedó perpleja, pero pudo reaccionar a tiempo.

- No puedo quedarme mucho tiempo. – le dijo centrándose. No podía dejar a Emily a cargo de Eli tanto tiempo. Se había acostumbrado a cada mañana poder observarla despertar y tener ese momento madre-hija que tanto había anhelado alguna vez. 

- ¿Por qué no? – Justin enarcó una ceja.

- Tengo trabajo. Lo sabes muy bien.

- Te queda mucho tiempo todavía.

- Sí pero…

- Mierda… - él volvió a quejarse. Hizo una mueca de dolor y sintió una oleada de frío en su espalda. Dobló su brazo derecho y tocó con los dedos aquello que le estaba humedeciendo la espalda, y al volver su brazo divisó sus dedos, encontrándose con una mácula de sangre fresca. 

_________________ abrió los ojos.

- Oh, joder. – se tapó los labios al observar que la parte de la venda que cubría la espalda de Justin, estaba manchada de sangre. - ¿te duele?

- No. Me quejo por puro gusto.

- Voy a golpearte si sigues así de grosero conmigo, Justin.

- Lo siento. – puso los ojos en blanco y cruzó los brazos como un niño pequeño. - ¿y ahora qué? 

- Voy a quitarte la venda y vas a ir lavarte esa herida. 

- ¿Qué?

_______________ se rio en silencio. Tuvo que morderse el labio para contener una carcajada. El rostro horrorizado de Justin le llenaba de diversión, no había nada más gracioso que verlo asustado por algo que él mismo había ocasionado. Pero muy dentro de ella, y realmente no muy dentro, le decía que parece… de todas formas, también le llenaba de ternura verlo asustado por una herida en pleno sangrado. 

Se dio vuelta y desenganchó ambos broches que ataban las vendas de su espalda. Las quitó y las tiró sobre el mueble largo, donde también se ubicaba la camiseta de Justin. La venda se deslizó sola dando vueltas hasta llegar a detenerse y empezar a caerse por las caderas de Justin. ___________________ la cogió, examinándola y quitó lentamente la última parte, aquella donde por fin podía divisar la herida de él. Lo sintió tensar su cuerpo y una parte de ella quiso detenerse. Tragó saliva y con mucho cuidado retiró la venda del todo y la colocó sobre el mueble. 

- Tengo que lavar esto. – dijo concentrada en su misión. Ahora, con la misma delicadeza, se inclinó para observar la herida de Justin en la espalda. No era más que un raspón. Un raspón grande, que a medida que iba analizando, podía notar que no era tan leve como creía… parecía más bien una quemadura. Su inquietud la llevó a colocar un dedo sobre la humedad de esta.

- No… - refunfuñó él. Se le separó y se dio media vuelta. 

- Está realmente irritada.

- Una herida no va a intimidarme.

- Debería. Mójatela sino quieres que se te infecte luego. Y te lo digo enserio, no voy a quedarme más tiempo aquí si sigues con esa actitud ¿vale? Pareces un niño.

Él soltó aire mientras la veía caminar de un lado a otro con su venda y los broches de esta. Y verla le producía tantas cosas… santo cielo, estaba preocupada por él… significaba tanto… tanto que lo estuviera. 

Aprovechó que pasaba por su lado para coger con fuerza su brazo izquierdo, volviéndola hacia él. 

- Yo solo quería hablar contigo. – le dijo. Su cuerpo entró en calor al mirar sus labios ahora húmedos y por lo que podía reconocer, habían sido mordidos por ella misma hace segundos. – quería arreglar las cosas, dejar de discutir… - sus dedos se deslizaron suavemente por todo el rostro de __________________. Tocando desde su mentón hasta mejilla y deteniéndose en sus labios. – vamos… no creo que sea tan difícil.

- Parece que para ti lo es. – susurró ella, moviendo sus labios bajo el tacto de Justin. Y esto hizo tensar su cuerpo. 

- Solo quiero estar bien contigo ___________________.

- ¿De esta forma? Iban a despedirme ayer por ti. – le recordó y él bajó la mirada aturdido por sus palabras. - Y no has dejado de tener esa actitud déspota conmigo desde ayer… ¿crees que de esa manera yo puedo imaginarme que quieres estar bien conmigo?

- Al menos podrías ponerte en mi lugar. Apareces de un día para otro sin saber por qué y… y simplemente lo cambias todo…

- Lamento si he jodido tu vida lo bastante mal como para que ahora estés golpeado y lleno de problemas. No quise, te lo juro…

- No me refería a eso. 

- ¿Entonces?

- Es que… parecía tenerlo todo tan controlado y de pronto estás aquí y… no sé… - exhaló aire y deseó con toda su alma poder deshacerse de esa herida en la espalda y poder hacerle el amor. ¿Pero es que acaso era la herida la que lo detenía? – creí que ya todo había acabado entre nosotros, pero ahora mismo tengo muchas ganas de hacerte el amor. 
Sus palabras hicieron que ________________ abriera los ojos, completamente atónita por lo que acaba de escuchar. Parte de su cuerpo entró en calor y una oleada fuerte de deseo se desplazó por su vientre, haciéndole cosquillas y enredándolo en fuertes sensaciones que hace tiempo no vivía. 

- Date una ducha ¿sí? quiero ver cómo está tu herida.

- Duchémonos juntos. – le sonrió y sus ojos cambiaron de color al imaginarse la idea. 

- Te pones tan… insistente. – ella negó con la cabeza, un tanto perdida por sus sentimientos, sensaciones e impulsos. Debía hacer lo correcto. – dúchate. – le pidió y se volteó, cerrando los ojos con fuerza para poder dejarlo ir.

Lo escuchó quejarse y caminar arrastrando los pies hasta la ducha ubicada en quién sabe dónde. Y no le importaba. Estaba tan perdida en sus sentimientos. ¡Joder Peterson! ¡¿Hasta cuándo vas a seguir con esto?! No podía engañarse ni siquiera a ella misma y mucho menos a su subconsciente. Quería hacerle el amor a ese hombre y lo anhelaba más que a nada en todo este mundo. 

¡Idiota! ¡Ve y dúchate con él!

Tentation... ( Tercera Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora