Capítulo 1

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Siento el frío metal de las esposas en mis muñecas y tobillos, y la suave tela del pañuelo que me cubre los ojos. Estoy muy asustado, y todo es peor porque no sé dónde estoy ni por qué.

Oigo voces que gritan cifras a mi alrededor, después de que un hombre dio una descripción bastante superficial de mi persona. Las cifras son cada vez más altas, pero sigo sin entender nada. ¿Acaso me han drogado? Eso explicaría por qué no puedo formular palabra.

Trato de recordar lo ultimo que pasó antes de esto. Estaba saliendo de mi casa...

Ten cuidado, por favor. Las calles son peligrosas últimamente, varios chicos y chicas han desapa...

—No me va a pasar nada, además sólo iré a leer al parque de aquí cerca. ¿Quién me va a secuestrar? ¿Las ardillas?

—Hablo en serio.

No pasará nada, tranquila.

Oh, qué equivocado estaba.

El resto de los recuerdos aparecen muy borrosos. Mientras caminaba, una camioneta me seguía; traté de perderla de vista, pero al intante sentí un pinchazo en el brazo. Mi vista se nubló y de pronto todo se volvió negro. Cuando volví a abrir los ojos, éstos estaban cubiertos. Una leve brisa impactó en mi piel, y así me di cuenta de que sólo llevaba ropa interior.

De pronto, dos golpes de mazo de madera y unas palabras que apenas pude identificar dado el acento extraña del hombre que la dijo: ¡Vendido al señor J!

Dos pares de brazos me levantaron y me arrastraron. El hombre del acento raro y mi supuesto comprador intercambiaron unas palabras hasta que oí el leve susurro de billetes ser pasados de mano en mano. Me pregunto cuánto valgo para estas personas.

Fui arrastrado de nuevo y conducido a un auto que huele a nuevo y cuyos asientos son muy cómodos. Durante todo el trayecto, que duró lo que parecían más de dos horas, permanecí con los ojos cubiertos; y a pesar de eso sentí una intensa mirada sobre mí.

El efecto de la droga desapareció por completo, haciendo que mis facultades verbales regresaran, pero descubrí que no tengo nada que decir. Maldigo a mi cerebro en estos momentos, pues si hay algo que me sobran son palabras. Pero ahora simplemente estoy en shock.

—No veo nada —es lo único que pude decir. Me sentí patético al instante y mi comprador se rió.

—Lo sé, pero quiero mantener el misterio un poco más.

No dijimos nada el resto del viaje. El auto frenó y el hombre bajó de éste. Segundos después, alguien me ayudó a bajar y me hizo entrar a la casa que, por el eco que producen nuestras pisadas, debe ser muy grande.

—Llévalo a mi habitación —ordenó, como si yo fuera un simple objeto. Me hicieron subir unas escaleras y antes de que me diera cuenta estaba acostado en una mullida cama con acolchado de seda. Tengo frío, pero al seguir esposado no puedo taparme.

Permanecí quieto unos diez minutos, hasta que sentí pasos caminar dentro del cuarto y posteriormente un peso hundiendo el otro lado de la cama. La persona me hizo sentarme y se colocó frente a mí. Sus manos desataron el nudo del pañuelo, que cayó en mi regazo, y la luz del cuarto me cegó por un instante. Cuando pude recuperarme, me encontré con unos hermosos ojos fijos en mí.

—Hola, John.

—¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres tú?—pregunté sin poder evitar sentir miedo.

—Me llamo Paul—dijo, sin contestar mi primera pregunta—Pero puedes decirme "Daddy"

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VOY A ACTUALIZAR SEGUIDO, LO PROMETO :'v

Daddy's Boy [McLennon] #BeatleYaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora