Capítulo 13

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No... ¿como va a ser posible una cosa así? Louis jamás haría esto. Y, mucho menos a mí...
Me alejo de ella lo más posible y niego con la cabeza para tratar de pensar y convencerme de que Louis no ha hecho semejante cosa.
- Scarlet... - me agarra del brazo pero me suelto de un solo.
- No... no es posible... estás mintiéndome... - las lágrimas corren por mis mejillas por milésima vez en este maldito día.
- Scarlet... estoy hablando enserio... ¿crees que si fuera una broma... bromearía con una cosa así? ¡Esto es la realidad! ¡Louis te ha estado mintiendo todo este tiempo! El solamente se acercó a ti para hacerte daño.
Vuelvo a negar con la cabeza.
- ¿Estas loca? ¿Acaso te has escuchado? ¿Como porqué el me quisiera hacer daño? - siento como si mi corazón fuera a hacer un hueco muy grande en mi pecho para salir - Esto... tu... ¿sabes que? Esto es una estupidez - empiezo a caminar para alejarme aún más de la que creía que era mi mejor amiga.
Me siento tan mal en este momento que pienso que en cualquier lugar voy a caer hecha nada.
Es increíble que Anna crea una cosa así. Ella misma ha visto que Louis es un buen chico... y que me quiere. Y mucho.
- ¡Scarlet, espera! - me alcanza en tres segundos - Tengo pruebas.
- Anna, de verdad, aléjate de mi. Enserio, soy capaz de hacer demasiado daño cuando me siento de esta forma.
- Scar, tienes que creerme. Esto es enserio - suspira- ¿Como crees que Louis se ha dado cuenta de todo esto? ¿Porque crees que James reacciona de una manera... no normal cuando escucha su nombre? Todo es muy sospechoso ¿no crees?
- Deja de decir esas tonterías por favor... yo sé que el no puede hacer una cosa así. Mucho menos a mi...
-¡Pero Scarlet, todo tiene sentido! ¡Entiende!
- ¡No! Tengo que preguntárselo primero...
- ¡Ay vamos! Es obvio que no te lo dirá. Si quieres... quédate aquí con James y... y... y yo iré a buscarlo e interrogarlo. O por lo menos investigar un poco sobre lo que ha estado haciendo los últimos días ¿si?
Dudo por un instante pensando en que hacer.
- Anna... enserio... deja esto en paz. No necesito más preocupaciones de veras. Ahorita siento que ya casi me caigo muerta. Literal.
Suspira totalmente vencida y se dirige a la habitación.
Me apoyo  contra la pared y me dejo caer hasta llegar al suelo. Me rompo a llorar como una niñita de 10 años. Me jalo el cabello como si eso solucionara mis problemas.
Mi teléfono vibra en el bolsillo trasero de mis jeans. Lo saco de mala gana ya que me tiene harta. Miro la pantalla y otra vez dice "Número desconocido".
Mi corazón me dice que conteste y pregunte quién es, pero mi mente me dice que vaya a la última planta del edificio y lo lance lejos de mi. O que yo me tire de ahí.
Contesto la llamada pero no hago ni el mínimo ruido para tratar de escuchar algo. Detrás de la línea está todo en silencio. A los segundos empiezo a escuchar la respiración de alguien, y pareciera como si hubiera corrido 1000 kilómetros.
- Él es una perdición para ti - dicen detrás de la línea.
- ¿Qué? ¡No cuelgues por favor! ¿Donde está mi mamá? ¿Ella está bien? ¿¡Qué le has hecho!? - grito con todas las fuerzas que me quedan.
Nadie contesta.
Segundos después la llamada se corta. Me enfurezco demasiado. Me levanto limpiando mis lagrimas con la manga de mi blusa y de la furia estrello el teléfono contra la pared haciendo que su pantalla se rompa en mil pedacitos. Algunos de los pedazos se clavan en mi piel causándome un inmenso dolor y sangrado.
Dejo caer lo que queda del teléfono y examino bien la palma de mi mano.
Una enfermera se acerca a mí preocupada.
- ¡Hey! ¿Estás bien? - mira mi mano y el teléfono roto en pedazos pequeños - ¡Dios mío! ¿Que te pasa? ¿Acaso estas loca?
Tengo la mirada totalmente clavada en mi mano sangrando como si tuviera una hemorragia.
- Ven, te voy a curar eso.
Me lleva con ella haciendo presión en mi mano para que parara un poco el sangrado. Entramos en una habitación con una camilla y un estante con medicinas. Me hace señas para que me siente en la camilla y así lo hago. Empieza a ponerme cosas en la herida, y al terminar todo de ponérmelas, me venda la parte donde se encuentra la herida.
- Ya está.
Se queda mirando mientras yo muevo mi mano lentamente.
- ¿Puedo preguntar qué te pasó? - al ver que no contesto suspira - ¿Donde están tus padres?
Y es este momento en el que yo me pregunto si aún los necesito.
Si, definitivamente sí los necesito.
- No lo sé - le contesto cortante.
- ¿Que haces aquí entonces? ¿Has venido a ver algún familiar?
Me bajo de la camilla, le sonrío sarcásticamente y salgo de la pequeña habitación.
Camino hasta la de James y cuando llego, ahí está Anna con el celular en la mano.
- ¿Donde estabas? - se fija en mi mano - ¿Que te ha pasado? ¿Estás bien?
- Si. Necesito ir a mi casa por unas cosas.
Paso a la par suya pero no dice nada. Mejor.
Me dirijo al ascensor, bajo en el y salgo del hospital pensando todavía en la llamada de hoy. ¿Que me habrá querido decir con eso de "Él es una perdición para ti"? ¿Se referirá a Harry? ¿A Robert? No puedo parar de pensar en eso.
Tampoco puedo dejar de pensar en lo que Anna dijo. Pero estoy totalmente segura de que está equivocada. Louis no me haría una cosa así, después de 2 años de estar juntos... No, es mentira. Anna está mintiendo.
Media hora después llego a mi casa y todo está tal y como lo dejé. Excepto por unas cajas que están en la mesa grande del comedor. Me acerco a ellas y abro una. Me sorprendo al ver mis cosas guardadas en la caja. Abro otra con rapidez y también contiene mis cosas.
¿Pero que es esto? ¿Quien...?
Escucho a alguien abriendo la puerta principal. Me quedo paralizada, meto una mano en una de las cajas que abrí, encuentro una foto mía y de mi mamá.
- ¿Scarlet? - La voz ronca resuena sobre toda la cocina.
Me vuelvo hacia el sin despegar la mirada de la fotografía.
- ¿Scarlet, que...? - se acerca tomando mi mano vendada - ¿Que pasó? ¿Te caíste?
- No... yo... - suspiro lentamente dejando la fotografía sobre la caja nuevamente - Estoy bien. Tú dime, ¿Que es esto? - señalo las cajas.
- Eh, ¿tus cosas?
- Claro que son mis cosas, pero, ¿que hacen aquí y no en mi habitación? - me cruzo de brazos mirándolo fijamente.
- Porque te mudaras a mi casa - se acerca a la mesa y agarra dos cajas, una en cada brazo.
- Espera, ¿que dijiste?
- Que te mudaras. Ya no es seguro que estés sola aquí. No hasta que encontremos a tus padres.
- ¿Quien dice que no? James estará aquí conmigo pronto.
- ¿Enserio? ¿Piensas que James, en el estado en el que está, te podrá cuidar a ti? Más bien tu lo tendrás que cuidar.
- Si, pero...
- Se mudara contigo también, no te preocupes ¿si?
Me quedo en silencio.
- Gracias - dice y sale de la casa.
Siento una punzada en mi mano, y al verla veo qué hay un punto grande de sangre en la venda.
- ¿Me dirás porqué fue eso?
Me volteo y camino hasta el refrigerador a sacar agua.
- Harry, ya te dije que estoy bien.
Escucho sus pasos detrás de mí y suspiro tratando de tranquilizarme.
Agarra mi mano y la examina como si fuera doctor. Mis ojos se dirigen hasta los suyos, apreciando sus pestañas largas. Luego se dirigen lentamente hasta su cabello, suave y castaño... y vuelven a sus ojos verdes aún examinando mi mano. Mis ojos pícaros aprovechan y se dirigen a sus labios rosados... muy rosados y definidos. Vuelven a llegar hasta sus ojos, y estoy segura que mi mente me dice que Harry me está hablando pero mis ojos no permiten que mis oídos lo escuchen. Harry levanta la mirada y me atrapa contemplando su rostro. Aparto la mirada pero aún así vi de reojo su pequeña sonrisa. Mis labios forman una también.
- ¿Has escuchado lo que te dije?
- Em... sí claro.
Espera un momento aún con mi mano entre las suyas.
- ¿Entonces? ¿Como fue?
- Está bien. Rompí mi celular contra la pared. Ya.
- ¿Que hiciste qué? Scarlet... ¿como porque hiciste eso?
- Recibí esa llamada otra vez. Del número desconocido... Conteste y... alguien me dijo algo que me desconcertó totalmente...
- ¿Que te dijo?
- Me dijo... que alguien me quiere destruir... y yo no, no sé qué pensar de eso...
- Hey, tranquila ¿si? - aprieta un poco mi mano - Niall ya está trabajando en eso.
- ¿Quien es Niall?
Se ríe. Lo vuelvo a ver sería en modo de hacerle saber que no me da gracia.
- Es el chico rubio que viste, el primer día que fuiste a mi casa.
- Ah, si. ¿El día en que te conocí, y que pensé que eras un idiota asesino psicótico? Ya me acordé - le doy unas palmadas en la espalda.
- ¿Asesino? ¿Es enserio? Ya te explique que ese día andaba de muy mal humor.
- Claro.
- Oye, sé que ahorita tú no confías en mí lo suficiente... pero créeme que no soy ese tipo de persona que lees en tus libros de ficción y romance - sonríe - soy mejor de lo que crees. Y estoy completamente seguro que al final de todo esto, tú estarás perdidamente enamorada de mí.
- Ya lo veremos.
Sonrío yo también. Siento otra vez la punzada solo que esta vez más fuerte que la anterior. Cierro los ojos con fuerza y aprieto mi mano.
- ¿Estas bien? - me toca del brazo hasta llegar al cuello.
- Si, es - exhalo lentamente - es una punzada fuerte que siento en la herida. Pero ya se me pasará.
- ¿Segura?
Asiento con la cabeza.
Suspira.
- ¿Volverás al hospital?
- Si quieres, primero vamos a dejar esto a tu casa y luego vamos.
- Está bien.
Llevamos todas las cajas hasta el auto de Harry y nos dirigimos a su casa.
- Entremos en esta farmacia para comprarte más vendas.
Asiento y ambos nos bajamos del carro y entramos a la pequeña farmacia. Compramos las vendas y unas pastillas para el dolor.
En unos minutos llegamos a su casa, bajamos todas las cajas y subimos al segundo piso.
- ¿Quieres una habitación aparte, cierto?
- Eh, si... si no es mucha molestia.
Niega con la cabeza y se dirige a la segunda habitación, la abre, echa un vistazo y abre la puerta completamente y me hace señas para que entre.
La habitación es gigante. Más de lo que me imaginaba.
- Perfecta - digo dejándome caer sobre la enorme y suave cama.
Empieza a sonar un celular en la habitación y estaba a punto de maldecir al mundo entero pero luego me doy cuenta que es el teléfono de Harry el que suena.
- Dime - dice metiendo una mano en la bolsa de su jeans. Vuelve a verme y cuelga el teléfono - Tenemos que bajar.
Me levanto de la cama y salimos de la habitación. Se dirige a la sala donde estaban la primera vez que pisé está casa. Me temía a que hubieran mujeres semidesnudas en la habitación, pero al entrar, solamente encontramos al chico rubio.
- ¿Noticias? - dice Harry agarrando una cerveza del refrigerador.
- No. nada. - vuelve a verme y frunce el ceño - Tu eres Scarlet, ¿cierto? La hija de la que andamos buscando.
¿Buscando? Wow...
- Si, es mi mamá.
- Perfecto - se acerca a mí - ¿Tienes algo que pueda ayudar a encontrarla?
Niego con la cabeza, pero aún así hago memoria.
¡Claro! Mamá y yo hace unos años nos hicimos una cirugía en donde un amigo de papá que es doctor, nos puso en nuestro cuerpo una especie de GPS, para que así fuera más rápido encontrarnos a nosotras mismas.
- Hay una cosa. Un GPS.
- ¿GPS? ¿En el celular de tu mamá?
- No... el GPS está en su cuerpo.
Ambos se quedan mirándome como si me hubieran salido cinco cabezas.
-¿Que? - les digo - Eso puede ayudar ¿no?
Niall reacciona y se pone a teclear en su computadora.
Harry me mira y vuelve su mirada lentamente a Niall.
- ¿Tu también tienes uno? - pregunta Niall.
- Si - respondo tocando la parte en donde se encuentra el GPS.
- ¿Sabes cuál es el código?
- Son cinco ceros. Fácil, lo sé.
Me mira y vuelve a trabajar.
Después de un rato Niall hace varios gestos como si todo fuera a arruinarse en un segundo.
Niega con la cabeza y se recuesta en el respaldo de la silla.
- Lo siento mucho Scarlet... pero...
- ¿Qué? ¿Qué pasa? - me acerco a él y veo en su computadora que dice en grande "Error".
- Resulta que el GPS fue destruido. Ya no existe...
No, no, no.
¡No!

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