De vuelta a la rutina

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LuHan abrió con cuidado la puerta y entró sin hacer mucho ruido, no se había dado cuenta del mucho tiempo que paso con Jessica. El sol se había escondido ya y su celular se había quedado sin batería por lo que no sabía qué hora podría ser exactamente. Las luces de la sala ya estaban prendidas por lo que dedujo que SeHun ya estaría ahí, mordió su labio inferior y entró a la sala.

—Ya llegu...

—¿Dónde estabas? Te estuve marcando al celular y jamás me contestaste, ¿para eso lo tienes? ¿de adorno nada más?

Se quedó en silencio unos segundos, procesando todo lo que estaba pasando. SeHun lo estaba regañando y parecía molesto por su expresión, pero también parecía preocupado. El corazón de LuHan se sintió vivo y cálido.

—Mi celular se quedó sin batería. —explicó. —Y salí con Jessica.

—¿Jessica? —SeHun frunció el ceño confundido. —Pensé que...

—Le he pedido perdón. —fue el turno de LuHan para interrumpirlo. —Me contó lo que paso, en verdad me convertí en un monstro, ¿verdad?

SeHun no respondió nada, el enojo que antes hubo en él, desaparecía lentamente. La preocupación, al contrario, seguía ahí. Y aún más al decir lo último, LuHan se preguntó si parecía tan débil como se sentía, nunca tuvo que pasar por un momento tan difícil como ese, escuchar todas aquellas cosas malas sobre su actitud... LuHan no sabía que pensó en ese momento para convertirse en alguien irreconocible.

—Mañana saldremos. —dijo, dándose la media vuelta para no tener que ver más a LuHan, no podía soportar ver esa expresión de resignación. —Saldremos temprano.

—¿A dónde iremos? —no pudo evitar emocionarse como un niño pequeño, tratando fuertemente de olvidar todo lo que Jessica le había dicho.

—Por ahí. —contestó simplemente, caminando a la cocina con LuHan pegado a su espalda.

Cuando SeHun llego a la casa, no esperaba que LuHan lo recibiera en la puerta o algo parecido, pero lo tomó con la guardia baja cuando se dio cuenta que LuHan no estaba. No supo exactamente por qué, pero los nervios lo invadieron, se cuestionó varias veces si LuHan había decidido irse al haberlo recordado todo, y sintió autentico miedo, pero ¿Por qué? Él ya se había acostumbrado a vivir sin LuHan.

Al amanecer, como SeHun dijo, salieron al cetro de Seúl para comprar unas cuantas cosas que necesitaban en la casa, en cada parada que hacían, SeHun le explicaba a LuHan que en ese lugar era donde él solía comprar lo que necesitaba, LuHan no podía ocultar su sorpresa al ver que iba a tiendas donde todo era muy carísimo, no sabía por qué decidía gastar tanto dinero en algo que podría encontrar en otro lugar. Era como estar con un niño pequeño, a pesar de que LuHan vivió largos años en Seúl, parecía como si fuera su primera vez en aquel país, sus ojos brillaban y reía cuando hacia alguna mala broma, logrando que SeHun soltara una que otra risa incrédula.

Cuando sus pies empezaron a doler por haber caminado tanto, decidieron ir a comprar un helado antes de irse a sentar. El jolgorio del centro comercial se sentía bien, LuHan se sentía como si estuviera en uno de sus lugares favoritos, incluso si el lugar era muy escandaloso y con mucha gente yendo de aquí para allá, el ambiente era agradable.

—Pasabas mucho tiempo aquí antes. —SeHun le explicó, lamiendo su helado. —Preferías estar aquí que en ca...

De repente dejo de hablar, dándole una rápida mirada a LuHan antes de volver a lamer su helado. LuHan supo lo que estuvo a punto de decir por lo que no lo presiono para que lo dijera, fingió una sonrisa y miró los anuncios pegados en las paredes.

Can't cover upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora