El divorcio

1.6K 239 142
                                    

SeHun miró de un lado a otro en busca de LuHan, los nervios eran palpables en él, su respiración agitada por haber corrido desde donde antes se encontraba hasta el lugar donde LuHan le había indicado que estaba provocó que su estabilidad fallara. Sí bien, en el momento en que LuHan empezó a decir todas esas extrañas cosas, SeHun supo que algo no andaba bien y desde ese momento sintió que iba a volverse loco.

A pesar de todo lo ocurrido, aunque intento olvidarlo y empezar desde cero... era imposible cuando LuHan regresó a él pidiendo su ayuda para recordar, sabía que debió rechazarlo, decirle que se fuera y que buscara ayuda en otra persona, pero fue tan débil que acepto al ver tan mal a LuHan. No era muy tarde para admitirlo, o quizás sí, pero él seguía queriendo a LuHan.

—¡LuHan! —cuando finalmente sus ojos lo vislumbraron sentado detrás del otro lado de la fuente donde él se encontraba, trotó a él, importándole poco que sus pulmones y pies le exigieran un descanso. —LuHan.

Musitó, viendo con atención las facciones de LuHan las cuales mostraban pura tristeza y decepción, su mirada estaba perdida y ni siquiera reacciono cuando volvió a llamarlo por tercera vez. SeHun se preocupó, podía ver el mal estado en el que se encontraba su LuHan, como si estuviera en shock, el labio inferior le temblaba y sus ojos estaban brillaban, pero las lágrimas no salían. Soltando un suspiro cansado, se puso de cuclillas para poder ver a los ojos de LuHan, colocó ambas manos en las rodillas ajenas y carraspeó.

—LuHan, vamos a casa. —pidió, moviendo un poco sus piernas para hacerlo reaccionar, pero lo único que logró fue que LuHan le dedicara una débil mirada, seguida de una lágrima que se escurrió de manera rápida por su mejilla, SeHun se apresuró a limpiarla con su dedo pulgar. —No llores, por favor, no me gusta verte así.

Parecía que LuHan tenía mucho por decir pues en cuanto su boca se abrió para hablar, este se soltó a llorar, pasando sus brazos por los anchos hombres de SeHun, haciendo que este se levantara al igual que LuHan, se abrazaron con fuerza a la par que los sollozos del mayor se volvían cada vez más fuertes, tratando de reprimir el sonido con el hombro de SeHun, sus manos hechas puños se aferraban entre sí detrás de la nuca de SeHun, estaba por fin sacando todo el dolor que estaba sintiendo y pese a que sabía que SeHun no era la persona con la que debería desahogarse por el dolor que él mismo le causo, ahí se encontraba, aferrándose al cuerpo de SeHun como si su vida dependiera de ello.

SeHun acarició el castaño cabello de LuHan con suavidad, sintiéndose terriblemente mal al ser parte de su sufrimiento, pero ¿Qué podía hacer? No había nada que pudiera hacer para evitar el dolor que LuHan estaba sintiendo en esos momentos.

—Creí que ya nunca me abrazarías de nuevo. —una vez que sus sollozos se calmaron un poco, LuHan hablo entre hipidos. —Perdón, por favor, por favor, perdóname.

La respuesta sólo fue un corto asentimiento por parte de SeHun, haciendo que LuHan se separa a él para mirarlo atentamente, limpió torpemente las lágrimas.

—Te cause mucho daño, ahora lo sé. —confesó, desviando la mirada, ¿Cuánto tiempo habría estado afuera para que el sol estuviera ocultándose ya? —Este dolor que siento ahora... estoy seguro que no se compara con el que tu sentiste y sé que no hay remedio para lo nuestro, te lastime tanto. —prontamente, SeHun sintió de nuevo ganas de llorar, no sólo por ver en ese estado a LuHan, si no por todas las palabras dichas, sabía que no era la intención inicial, pero con todo lo emitido hacia que recordara el pasado y, por consiguiente, que recordara el dolor que sintió aquella vez. —Fui con el psicólogo... yo...

Tratar de ser fuerte era difícil, fingir que todo estaba bien y que ya el dolor hacía en el olvido era aún peor. Porque ver a LuHan de esa manera siempre fue su punto débil, si LuHan estaba destrozado también lo destrozaría a él, y olvidar todo el daño del pasado era mucho pedir con el poco tiempo que paso desde entonces. Quizás, para otras personas, cinco meses eran suficientes para superarlo todo, pero al ver a LuHan, como si nada hubiera pasado, con su perdida memoria, fue como si se hubieran abierto todas las heridas.

Can't cover upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora