- Tengo que confesarte una cosa- le dije a mi mejor amiga desde hace ya un par de años.
-¿Que?- preguntó ella, las conversaciones por whatssap era muy frías así que intenté decírselo con delicadeza.
-Me gustas- al otro lado ella estaba en linea.
-So...
Adriana un día llegó tan contenta como siempre al instituto, llevaba una camiseta corta que se le veía el ombligo y unos vaqueros ajustados me besó en la mejilla y fue a saludar a nuestras amigas.
(No pude evitarlo y si, le miré el culo)
Aquel día no se si me levanté de mala ostia porque el despertador no había sonado y me cabreé con medio mundo, aunque la culpa había sido mía por quedarme dormida leyendo frases de Instagram, admitelo a ti también te ha pasado.
Bueno, la cuestión es que no estaba de humor ,pero ver a Adriana me alegró el día, y no solo verla a ella porque el mundo, universo, Karma, Dios llámalo como quieras había decidido poner justo a las dos personas que más me gustaban en la misma clase, por un lado estaba Adrián haciendo tonterías como siempre con sus amigos, por el otro lado estaba Adriana tocándose el pelo y de vez en cuando gastando alguna broma. En resumen que yo no me concentraba. Las primeras clases siempre son las más aburridas cuándo vuelves el lunes de un fin de semana perfecto, pero esa semana todo iba a cambiar y yo no lo sabía.
Lunes.
-¿ qué tal te lo has pasado este fin de semana? - me pregunta Adriana tocándose el pelo mientras me mira con esos ojos, durante unos segundos no sé muy bien que me ha preguntado, así que simplemente hago un ligero sonido. -¿ estás bien? - vuelve a preguntar agito toda la cabeza como si de una pesadilla se tratase y sonrió.
- claro claro que estoy bien- le cuento que este fin de semana he ido con mis primos pero que tampoco es que haya hecho mucho, el día pasa tranquilo y tenemos las mismas clases de siempre latín, , filosofía etcétera etcétera. En inglés Adriana se sienta encima de mí.
-¿ qué haces?- la pregunto llena de nervios, ella me sonríe inmediatamente cualquier problema que tenía se me olvida, pero sé que está mal porque ella es mi mejor amiga y yo no puedo sentir nada por ella. Pongo alguna excusa tonta y me levanto, me alejo de ella, me dirijo al baño y me lavo la cara. A veces es tan difícil... tenía que convivir con la persona que te gusta... (bueno convivir... a veces el instituto se convierte en tu segunda casa).
Pero al parecer el universo, karma, dios, llámalo como quieras no iba a ponerse de mi lado. En la siguiente clase que nos tocaba es decir lengua pusieron a Adrián a mi lado, yo aún no sabía cómo decirle que me gustaba es más aún no sabía cómo decirle a Adriana que me gustaba y a Adrián que me gustaba. Tal vez lo mejor sería que no se lo dijese,¿ que podía pasar? Perdiera toda la amistad que tenía con ellos, que me juzgara, me apartaron de su lado, que fueran homofobos, no lo sabía pero sabía que si no me arriesgaba nunca iba a saberlo.
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