Don't cry, little girl. (Michael Clifford fanfic)

Compras con Tessa.

Si había algo que Isabelle odiaba, era los chillidos de su prima Tessa. Era esa típica chica adicta a la moda, delgada, hermosa y popular. Cuando la llamó a las nueve de la mañana, un día después de su cumpleaños, gritando que deberían ir al centro comercial y comprar ropa para festejar su mayoría de edad, Isabelle había hecho hasta lo imposible para no decirle que se vaya al infierno.

Más tarde, Isabelle caminaba con cuatro bolsas en la mano, de las cuales tres eran de Tessa y solo una de ella.

"Así que... ¿cuál fue el mejor regalo?" Ante eso, los ojos de Isabelle se iluminaron y una gran sonrisa adornó su rostro.

"Mi madre me dio dos entradas para el concierto de la banda que me gusta y otras dos para el Meet & Greet. "

"¿Y quién te acompañará?" Isabelle lo pensó por un momento.

"Todavía no lo se. Supongo que Sebastian, a él también le gusta."

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El resto del día, Isabelle la había pasado en la computadora, leyendo la página de twitter de cada uno de los integrantes y hablando con chicas que también irían al concierto. Eran vacaciones, así que lo único que hacía era juntarse con Sebastian, leer o estar en las redes sociales.

Cinco minutos después, alguien tocó su puerta e Isabelle cerró su laptop. Al abrir la puerta, vio a Sebastian e inmediatamente lo hizo pasar. Dentro, Isabelle empezó a gritar.

"Los voy a conocer. En persona. Estaré al lado de ellos. Los veré. Oh, santo cielo Seb, voy a poder hablarles. No lo puedo creer. Estoy absolutamente fe..." la mano de Sebastian tapó su boca.

"Shh, ya entendí. Tranquila." Cuando Sebastian quitó la mano, notó que su respiración estaba agitada.

"Lo juro Sebastian, nunca fui tan feliz."

"Trata de producirte. Quizás uno de ellos se enamore de ti." Isabelle largó una carcajada.

"Claro, Sebastian. Claro."

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3 meses más tarde.

Isabelle bufó, estaba haciendo fila hace ya tres horas y eran las seis y media. El guardia de seguridad la miró y rodó los ojos. Sebastian estaba a su lado, con su celular mandándole mensajes a quién sabe quien. Era quien estaba en el frente de la fila pero todavía no habían dejado pasar a ninguno. Luego de quince minutos, el guardia la miro y dijo:

"Adelante."

Isabelle respiró hondo y entró. Una mujer los guió hasta una puerta de madera, la cual estaba entreabierta y se podían escuchar risas. Isabelle trató de no gritar. Esas eran sus risas, y esa voz... esa voz era la de Calum, sin duda.

Cuando abrió la puerta, las risas cesaron y los cuatro integrantes de la banda la miraron. Estaba Luke con una sudadera negra de los Ramones, Calum con una musculosa blanca que llevaba unos dibujos extraños, Ashton con la bandana en la cabeza y una remera gris con la bandera estadounidense estampada y luego estaba Michael, con una camisa a cuadros roja y con su cabello azul. Respira, Isabelle. Pero eso era difícil, cuando la muchacha fue a saludar a Calum, Luke y Ashton sentía que su corazón iba a estallar pero cuando Michael la abrazó más tiempo que el normal y cuando rozó sus labios en su mejilla, Isabelle estuvo segura que su corazón había dejado de latir.

Luego, Sebastian los saludó con la mano y se dispuso a sacar la foto. Isabelle se puso en el medio y Luke preguntó:

"¿Cómo te llamas?"

"Isabelle." todos asintieron.

"Bien, sacaré la foto. Ubíquense." Isabelle quiso reír, Sebastian parecía un jefe.

Los ojos de Isabelle se abrieron como platos cuando sintió el brazo de Michael alrededor de su cintura y como la acercaba a él hasta que sus cuerpos estuvieron pegados.

"Bien. Uno. Dos. Tres... perfecto."

"Fue increíble conocerte." dijo Ashton.

"Sí, muchas gracias por venir." esta vez, habló Calum.

"Aunque creo que Michael estuvo más a gusto, ¿verdad?" señaló Luke.

Isabelle enrojeció y Michael solo rió, enviándole un guiño. Cuando estaban a punto de irse, sintió que alguien le agarraba del brazo. Era Michael.

"¿Estarás en el concierto?" Isabelle asintió y Michael sonrió. "Genial. ¿En qué sector estás?"

"Campo VIP." su voz estaba ronca.

"Espero que estés en primera fila. Me encantó conocerte." Antes de irse, Michael le dedicó otro guiño.