Todoroki todavía no asimilaba todos los sucesos ocurridos en los últimos minutos. Midoriya.... Midoriya.... Él había estado enfrente de su casa y ahora estaba dentro de ella... ¡En su baño! Empezó a sentir calor en sus mejillas al recordar que esa misma mañana se había dado una refrescante ducha en la misma bañera en la que Izuku se encontraba ahora.
Se sentía orgulloso de él mismo, ya que, según su perspectiva, había logrado actuar frente a Midoriya como todo un caballero. Mostrándose imperturbable y perfecto.... Dió un respingo al recordar que no todo había salido como lo había planeado, aunque solo había ese comentario dicho por Midoriya que el que había hecho tensar cada centímetro de su piel. Recordó perfectamente como no pudo evitar que el calor subiera a su rostro mientras se avergonzaba y desviaba su mirada al tiempo que se arrepentía con todas sus fuerzas de haber hecho ese estúpido comentario antes de haberse enamorado pérdidamente de Midoriya.
Suspiró.
Siempre pasaba. Sus propias palabras actuaban en su contra y nunca nada salía como el lo había calculado.
Otro pequeño recuerdo invadió su mente: la estruendosa y adorable carcajada que Izuku había soltado después de ver la reacción de Todoroki. Sin mencionar el leve color carmín que noto en las mejillas del menor... ¿Acaso sería posible que...? ¡No! ¡no! ¡no! No debía ilusionarse tan rápido... No mientras existiera esa horrible bomba amarilla con patas. Él definitivamente no era un enemigo fácil, y menos uno que se rindiera fácilmente.
Sacudió la cabeza y alejó los pensamientos malos de su mente. ¡Debía de concentrarse en lo que tenía enfrente! O en este caso, dentro de su baño.
Volteó a la ventana y vió que la tormenta no había parado. Al contrario, parecía que las gotas y los cristales de hielo se estrellaban con cada vez más fuerza contra la pared y las ventanas del recinto.
Un pequeño rayo de esperanza cruzó la mente de Todoroki, con esta lluvia Midoriya no podría regresar a su casa, por lo menos no en un buen rato. Agradeció infinitamente a la lluvia-sama por haberle dado esta oportunidad, no sin antes sentir una punzada de culpa por estar tan feliz mientras la madre de Midoriya podría, muy seguramente, estar bastante preocupada ahora mismo.
No pudo evitar que una voz lejana de su consciencia dijera que esto parecía una especie de secuestro.Todoroki volvió a sacudir su cabeza para intentar persuadir a sus pensamientos de que se fueran a un lugar muy muy lejano.
No estaba haciendo nada malo. Ni mucho menos lo estaba secuestrando. Solamente le estaba dando refugio como una increíble oportunidad para él mimo. Lo que no lo consoló mucho, pero se repitió de que no se volvería a presentar una oportunidad tan buena en mucho tiempo.
Por eso mismo, no debía de estar perdiendo el tiempo. Debía pensar cual seria el siguiente paso en su estrategia. Qué era lo que él y Midoriya iban a hacer cuando el saliera de la bañera... Su mente empezó a producir incalculables fantasías que hicieron que su corazón latiera muy deprisa y un escalofrío recorriera su cuerpo. Volteó extasiado hacia una pared que tenia un gran espejo y realmente se sorprendió al ver que un hilillo de sangre caía por su nariz. No sin antes sentir que las ultimas mariposas abandonaran su estómago para después sentir un fuerte impulso de vergüenza hacia el mismo.
Se limpió la nariz mientras se reprendía unas mil veces por lo antes hecho, para así poder por fin aclarar su mente. Al empezar a pensar con claridad, sostuvo en alto el pensamiento de que no podía perder esta grandiosa oportunidad, de lo contrario... Lo perdería ante Bakugou.
Su cerebro empezó a trabajar a mil por hora, y así, al final se decidió para ir en busca de una bebida caliente para Midoriya, además de una de las finas y suaves mantas que se guardaban cuidadosamente acomodadas en uno de los muchos armarios de su casa.
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¿Explosión o frío y calor? Kaachan x Deku VS Todoroki x Deku
FanfictionBakugou siempre ha amado a Midoriya, pero desde que "eso" sucedió, se distancio de él, lo humilló e hizo todo lo que no debería hacerle alguien a la persona que le gusta. Después llegó él... Ese estúpido Congelo-y-quemo-a-la-vez que le quiere quitar...