Mi vida nunca había sido demasiado buena, ciertamente, pero nunca había podido quejarme demasiado de nada, no al menos al contar con la ayuda de mis padres en casi todo lo que me propuse hacer, aunque siempre hubiese exigencias de por medio, por eso, cuando al llegar a la universidad, por un trámite burocrático mal hecho perdí la beca de estudio, mis padres se negaron a darme nada más, y me pusieron de patitas en la calle.
Parece que no tenían ningún motivo para echarme, pero ellos siempre habían esperado la excelencia de mi parte, que normalmente se traducía en grandes sumas económicas que nos ayudaban a sobrevivir, a pesar de que yo personalmente no viese ni una simple moneda del dinero que conseguía, tenía una casa, ropa, libros y lo justo y necesarios para llevar unos estudios sobresalientes, pero nada más.
Cuando perdí la beca intenté hablar con ellos, planteándoles la posibilidad de que yo trabajase a medio tiempo unos meses y ellos simplemente me pagasen al principio y yo les devolvería el dinero, pero mis padres entraron en furia, algo que no había visto pasar nunca, por lo menos desde que yo era mas pequeño y me había perdido una vez en un centro comercial por despistarme por unos juguetes.
Lo mas absurdo de la situación era que mis padres ya habían mantenido durante muchos años, con el dinero que yo conseguía con mis estudios, a mi hermano mayor, quien no estudiaba ni trabajaba y solo vivía la vida y se drogaba... Pero sin embargo ahora que yo fallaba un año en conseguir ese dinero ya no era digno de seguir en mi familia, cosa que simplemente me destrozó por dentro.
Sinceramente hasta que no me vi en la calle no me di cuenta de lo solo que estaba. Llevaba demasiado tiempo sin tener un solo amigo, por lo estrictos que habían sido siempre mis padres, y mi tendencia a estar gordito nunca había tenido muchos amigos, y los pocos que había conseguido los había ido perdiendo al entrar a la universidad por la distancia, y no habían surgido nuevos...
Las primeras semanas dormí bajo un puente, literalmente, no tenía dinero, y los vagabundos que vivían por allí me ayudaron a comer algo mientras yo buscaba un trabajo, y al final acabé en un refugio donde al menos podía ducharme y comer todos los días, y tirarme a dormir en una colchoneta donde descansar algo para buscar algo de trabajo...
Pero además ¿Quién contrataría a alguien sin apenas experiencia como yo? Un chico, más homosexual que bisexual, de 22 años, aunque llegando a los 23, una persona mediocre, que a pesar de saber hacer un poco de todo no sabe hacer nada del todo bien...¿Quién me querría? Sobre todo teniendo en cuenta que prácticamente tengo pánico social, y me cuesta mucho hablar con desconocidos... No hace falta pensarlo demasiado, nadie querría contratar alguien así. Lo del pánico social lo lograba controlar, y lo de los desconocidos hasta cierto punto, pero aun así mis problemas de ansiedad los llevaba arrastrando muchos años y no les veía mucha solución, la ansiedad siempre estaba ahí, pero si tenía suerte, podría lograr controlarla.
Por eso en esos momentos llegue a la conclusión de que tendría que venderme. No hay muchas cosas importantes a hora de venderte, porque mientras tengas un agujero siempre hay gente que quiere metértela, pero en mi caso siempre he tenido carne y donde agarrar, e incluso en el instituto no me faltaron propuestas indecentes...
Mientras vivía en las calles varias veces me habían confundido con un puto, aunque siempre me negué a ello, y por azares del destino descubrí un bar/club, la "Velvet House", era casi un prostíbulo, pero de élite. Para entrar se necesitaba una entrada o estar en una lista, solo gente de renombre acudía a este lugar, donde podían contratar a chicos y chicas jóvenes con las que pasar un buen rato una noche, una semana, o meses y años, todo con la apariencia de legalidad a través de contratos.
Allí fue a donde decidí ir, y probablemente fue una de las cosas mas complicadas que jamás había hecho, yo era virgen, no había estado con nadie aun, ni hombres ni mujeres, si, me había dado de la mano, había besado a chicos y chicas, pero nunca había pasado a más, el control de mis padres sobre mi tiempo libre había sido siempre muy férreo.
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Adiction [XiuHarem]
FanfictionA veces tu mundo se cae a pedazos y las cosas se retuercen, a veces solo quedan soluciones desesperadas, y aunque sea un infierno, lo conviertes en tu oasis, sin saber que lo más probable es que acabes perdido en un mar de sentimientos confusos. La...