Adiction [XiuHarem]

Engaños

No suelo poner notas de Autor, pero sinceramente es vital en este capítulo que las ponga, he escrito capítulos ligeramente más bestias anteriormente, pero debo decir que este roza literalmente los límites de la moralidad y puede herir la sensibilidad de la gente

AVISOS: Contenido explícito de abuso a menores, incesto, violación y muerte.

Si eres sensible con estos temas, como siempre digo, no leas el capítulo, y si de verdad os parece muy bestia estoy dispuesta a reescribirlo censurándolo para mantener solo la trama y quitar los detalles más explícitos.

Sin más preámbulos, os dejo leer

El murmullo de voces estaba logrando sacarle de sus casillas, sobre todo teniendo en cuenta que en realidad no se suponía que él estuviese ahí, pero por un poco de diversión había acabado dejando que las cosas escalasen un poco más lejos de lo planeado, ¿y todo para qué? ¿para darle una lección a Sehun? Ciertamente se estaba ya cansando de ese juego absurdo, sobre todo teniendo en cuenta que de todas sus piezas en la mesa estaba jugando con la más inestable, y peligrosa, ya se le había salido de las manos varias veces, y aunque hasta ahora se había librado de las represalias que eso conllevaba eso no significaba que no estuviese jugándose el cuello de forma exagerada.

Salió de la sala cuando el murmullo de las voces se hizo completamente insoportable, la sala era un caos, y bueno, ¿cómo no lo iba a ser? muchos de los ricachones que iban al club no tenían ni idea de lo increíble que era la organización de este en comparación con la realidad a la que se enfrentaban los muchachos en la de china, y él lo sabía perfectamente, era un encargado transferido desde allí por órdenes de allí, su plan se suponía que era espiar que pasaba en corea y asegurarse de donde acababan todos los supuestos "ganadores" de china que ganaban la libertad, para que después de un prudente tiempo les volviesen a pillar y a devolverlos a donde pertenecían, a la servidumbre.

Si, era muy cruel y terrible, no era la primera vez que alguien se lo decía, pero no se iba a jugar su cabeza o su libertad por salvar a dos o tres muchachos ilusos que de igual manera cuando fuesen lanzados a la basura por sus nuevos "daddy" acabarían prostituyéndose por cuatro monedas absurdas y morirían de hambre. Les estaban haciendo un favor con devolverlos a donde pertenecían. Los esclavos siempre serán esclavos, el creía firmemente en eso y le daba igual lo cruel que a la gente le pareciese, él entendía que su posición como regente y organizador era un privilegio por ser uno de los hijos bastardos del dueño del club en china, y que era un privilegio muy fácilmente revocable ya que su madre no era sino una de las tantas putas que su padre tenía a su propia disposición.

Su vida no había sido nada fácil, habiendo crecido básicamente en un burdel y en la calle, mientras su madre trabajaba, sin saber siquiera que tenía un padre, puesto que obviamente un magnate tan poderoso como su padre no iba jamás a rebajarse al nivel de reconocer a un hijo bastardo suyo públicamente. Lo malo de vivir y crecer en un entorno tan peligroso era que aprendías a vivir de una forma muy cruda y muy independiente, tenías que aprender a vivir por ti solo, a conseguir mantenerte vivo a cualquier coste, sin poderle dar importancia a la vida de nadie más si apreciabas la tuya propia. Aprendió a robar de pequeño, y de la poca gente culta que vivía en las calles a leer y a escribir, el negocio de su madre solo les daba un techo bajo el que dormir, y de vez en cuando una o dos comidas, dependiendo de lo "bien" que su madre trabajase por ello. Su madre, además, aunque se notaba que le quería, también era muy fría y aparentemente le guardaba algún tipo de resentimiento, él supuso que por el hecho de que él la tenía encerrada ahí, si no, ella se podría haber ido con cualquiera de sus chulos sin mirar atrás, y eso fue lo que hizo, cuando él cumplió los 9 años.

Su vida podía parecer de película y ahora habría sido el momento en el que aparecía un salvador, por ejemplo su padre, y le ayudaba a sobrevivir o algo, pero no fue así, acabó en las calles, sin nada que llamar suyo propio, ni un lugar donde poder tirarse a morir básicamente, pero su infancia le había hecho un poco resistente a la muerte, no quería acabar muerto en ninguna esquina, y por eso robó, no grandes cosas, pero si alguna cartera y pequeñas cosas que podía luego vender de contrabando por una miaja o dos de comida para apaciguar a su hambriento estómago.