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- Lo que aún no entiendo, espara que me hiciste venir aquí -gruño con fastidio a la persona sentada a mi lado, quien hablaba por su auricular con dios sabe quién.
Hemos estado en el hospital por veintiocho minutos,-porque sí, he estado viendo el reloj-, y lo único que ha hecho Lydia hasta ahora es ignorarme.
Porque me hizo a venir, todavía es un misterio para mí.
Voltea a verme- Silencio. Estoy en el teléfono -ruedo los ojos-, Perdón, ¿qué decías?
¿En serio soy tan poco importante, que las personas solo prefieren ignorar mi existencia?
De acuerdo, sé que no soy la persona más agradable, o la más extrovertida, o siquiera la más lista. Pero tengo cosas buenas ¿No?
Antes de que mis pensamientos cayeran más profundo, sacos los audífonos de mi bolso, en un intento de dispersar mis pensamientos.
Funciona.
La música aleatoria llena mis oídos, callando las voces negativas de mi cabeza. Entro en una especie de trance, hasta que minutos después escucho un zumbido al fondo de la música.
Alguien debe estar hablándome.
Y solo en ese momento me doy cuenta de que Stiles está parado en frente de nosotras.
Oh.
- Oh. Hola, Stiles -sonrío, sacando uno de los audífonos de mi oreja-. Lo siento, casi no escucho nada con estas cosas, ¿Dijiste algo?
Suelta una risa seca, antes de negar con rapidez- No, Nada. Nada en absoluto -levanto una ceja-. Yo solo...Solo me sentare por aquí.
Camina un poco y termina sentándose en una silla del otro lado de la esquina de la pared.
