Capítulo XI

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...vengo inspirado...

21:21/ Una luna que resplandece, la veo desde la ventana de mi habitación; es realmente hermosa.

Hoy he formado parte de aquellos días donde brillan de "Buenos" con preguntas, con acciones, con palabras que han llenado mis quejas. No estoy dispuesto –aún– a crear una fantasía romántica en donde creo algo más allá de lo que podría desear.

Estos son días de gozo, días de un roce amoroso, hablando de amor... eso me recuerda los tiempos en los que preguntaba todo iluso a mis conocidos sobre el amor; primero explicándoles que había conocido a una persona que alegraba mis días grises, sin embargo su respuesta era: "... cuidado con enamorarse..." ¿acaso el amor es un riesgo potencial? La verdad, es que sé lo que es eso, y sin embargo me quiero embarcar en este camino que me llevaría a vivir la vida.

19:29/ Que dramática puede llegar a ser el humano, podemos cambiar de un momento a otro, todo depende por unas simples palabras, pero con un gran significado.

–No estoy bien y nada de esto esta bien.

No me lo puedo creer –al menos no ahora– ¿en qué me equivoque? ¿dónde es que falle? Acaso... ¿es por qué me entregué demasiado pronto a alguien? Quizás más de una de estas preguntas es la que me acecha, porque mi cuerpo tiembla al ser nombradas.

19:43/ Las bocinas están a tope, se escuchan las melodías que no podrían ser cantadas por mi, sin importar cuanto lo intente, pero puedo cantarlas junto a su autor, perderme entre su melancolía expuesta en arte. Esto me hace pensar de lo frágil que podemos llegar a ser, y a su vez, me recuerda que las mayores tragedias crean un gran artista ¿por qué? Pues su respuesta no es algo del otro mundo... es porque todos estamos sufriendo, algunos más que otros –afortunados– así es como somos, así es como Dios nos ha hecho, y a pesar de ello, nos llenan ideas hablándonos sobre el perdón y el amor, "¿por qué perdonar a quien me da todo lo que me hace sufrir? –pienso–" ojalá fuera cierto.

Si no se quita el odio y resentimiento que hay en mi, temo que en un futuro –no muy lejano– enfermaré, y conforme a mi fe en ello, podría llegar a abrazar la muerte, hoy en día no hago más que detener mi paso, y así, ser alcanzado por la hoz de la muerte.

Ahora... veo a los más pequeños jugando y riendo, tan inquietos como son ellos, repitiendo frases para así poder persuadir a su tutor, haciendo muecas, frunciendo el seño, saltando de un lado para otro, sin preocupaciones mayores –que no daría por esos días– sintiendo lo que es la alegría en el elixir de la juventud.

–Bendito quien ama, sin posesión, sin temor...

19:55/ ¡ME GUSTAS MUCHO!"¿por qué? –preguntas–" porque me distraes de lo que temo, me haces sentir bendito.

"¿Cómo sabes cuando ya estas mayor? –preguntas–" lo sabes cuando diferencias la alegría, todo porque estas probando lo que es la desgracia y la miseria.

"¡Cambiemos de tema! –exclamas– que lo romántico no va con nosotros" esperaba que me siguieras el juego un rato más, solo hasta que me olvide del manto de lágrimas que me cubre.

22:57/ Se escucha la sirena de una ambulancia en descenso de una pobre y miserable alma, además de la compañía de sonatas en guitarra de roble oscuro, uniendo la vida en la luz conocida. 

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