Capítulo N°11 ~¿Sospechoso o Sospechosa?

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-¿Qué pasará ahora? –dijo SoonShin, después de que los detectives salieran.

-¿Cómo que qué pasará? Ya lo has visto, iré a la cárcel… -dije, encogiéndome de hombros. Cuando me dieran de alta, entraría al proceso judicial. Debía conseguir un abogado ahora ya.

-No… -negó ella, repetidas veces con su cabeza.

-Supongo que tengo la culpa… debemos esperar a tener mi abogado, y ver cómo va todo en el proceso… solo… confiemos en que irá mejor de lo que ambas creemos, ¿sí? –sostuve su mano mientras ella comenzaba a sollozar. – Y si voy a la cárcel, podrás ir a verme –sonreí intentando mejorar las cosas pero ella frunció el ceño y lloró más. Sonreí y estiré mi brazo derecho para alcanzar su cuello y apegarla más a mí. La abracé.

-¿Dormirás? –dijo ella, separándose de mí.

-Son las 6… yo creo que sí, pero… ¿cuándo me dan el alta? –quería saber cuánto de libertad y menos conflictos me quedaba…

-En dos días… -dijo ella.

-¿En serio?

-Puedo retrasarlo si quieres… en serio… -dijo apresuradamente.

-No te preocupes, nada realmente malo irá a pasar… esperaremos los dos siguientes días… ahora, ¿puedo ir al baño? –dije, parándome. Ella se paró y me sostuvo para ayudarme. Cuando estuve de pie, me afirmé al colgador del suero y me puse a caminar, con algo más de agilidad. Salí de mi sala y caminé hasta el baño común.

-¿Por qué vas al baño común si hay uno en la habitación? –dijo SoonShin.

-Necesito saber algo… -dije, caminando un poco más rápido. Me metí al baño y busqué uno libre. Cerré la puerta y esperé unos minutos. ¿Para que vendría la baño común si tenía en mi habitación? Dejé pasar 4 minutos y salí. SoonShin no estaba afuera. Miré a ambos lados y encogiéndome un poco, además de disimular un poco mi dificultad al caminar con dos bebés dentro de mí. Llegué al mesón principal de mi piso, después de un largo rato caminando.

-Hola… sé que probablemente a quién busco no se encuentre en este piso, o edificio, pero quiero saber dónde está Nana… digo, Adriana Villalobos Fuentes… ¿me puede ayudar?-sonreí algo mal, mostrando un poco mi preocupación a pesar de querer ocultarla. La chica del mesón a la cuál hablé me miró y sonrió.

-Sí, señorita Alicia… ella se encuentra en este edificio, en el piso 3, habitación 103… -frunció el ceño. -¿Está internada por cáncer? –me preguntó mientras miraba la ficha. ¿Qué?

-¿Ah?

-Lo siento, ella está internada por cáncer y depresión... –dejé de escucharla, me giré y caminé rápidamente al ascensor. Apreté demasiadas veces el botón para que se abriera. Cuando por fin abrió, no dudé dos veces en subir y apretar “3”. Estaba desesperada, realmente desesperada. Me sentí sollozar y las piernas tiritar. 7 meses de embarazo y caminar rápido al punto de casi correr no se los doy a nadie. Me costaba respirar y sostenerme. Sentí como el ascensor llegó abajo y las puertas comenzaban a abrirse. Salí del ascensor y corrí en dirección de la habitación 103. Primero a la derecha. Nada. Izquierda... los números ascendían. 99, 100, 101, 102… ¡103! No dudé en abrir la puerta y encontrarme con Nana acostada en la cama, con respiración y tapada hasta arriba. Su rostro se veía demacrado. Me acerqué caminando rápido.

-¿Nana? –dije y ella abrió los ojos. Se llenaron de lágrimas cuando me vio allí. -¿Qué pasa, Nana? –le pregunté, mirándola a los ojos. Ella solo me miraba e intentaba darme su mano. Me acerqué más y tomé su mano derecha.

-Yo… -se escuchaba poco por la mascarilla de oxígeno. Lentamente acercó su mano a esta y la quitó a un lado. –Tengo cáncer pulmonar… -susurró y sentí como mi mundo se caía en pedazos. Ahora si era peligroso, mortal, horrible.

Mi vida cambió (Super Junior) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora