Capítulo 2

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Descubierto

-¿Cómo sabes mi nombre? –preguntó con un hilo de voz.

-Busqué en Internet el teléfono de tu instituto –Kai se maldijo recordando la conversación en la que había dicho el nombre del lugar donde estudiaba – Llamé y pedí información sobre la asignatura de "Lenguaje de Signos", me dijeron que debía estar equivocado ya que en ese instituto no impartían esa asignatura. Pregunté por un chico que se hacía llamar Kai y me dijeron "¿Qué ha hecho esta vez Kim?" Fue fácil que me dieran tu nombre, no protegen mucho la privacidad de sus alumnos ¿eh? –finalizó pareciendo divertirse con todo aquello.

-Yo...-comenzó a decir Kai sonrojado hasta la raíz.

-Tú simplemente chocaste un día con un ciego. El día en que descubriste que tu noviecito te engañaba con otro y no se te ocurrió mejor forma de pasar el rato que viniendo a joder y a hacer perder su tiempo al ciego. Cuando encima descubriste que ese ciego resultaba ser un escritor que admirabas, la gilipollez te salió redonda –el tono de este se iba endureciendo más y más.

-No, no, de verdad que no –el labio inferior le comenzó a temblar.

-Vete de mi casa, niñato. Ya me harté de ti –le espetó el otro.

-No, no, no, Por favor. D.O, escúchame –pidió desesperado agarrando al mayor por los brazos, éste se deshizo del contacto como si le hubiese quemado.

-Que no me toques –le recordó.

-D.O, Por favor, escúchame. Es cierto que al principio solo vi en ti algo nuevo, algo con lo que nunca me había encontrado. Pero aquellas palabras tan feas que te dije, a pesar de lo maleducado que fuiste conmigo, no salían de mi cabeza. Me sentía muy mal, no por haber tirado a un ciego al suelo, sino por haber herido los sentimientos de una persona –el mayor escuchaba mostrando indiferencia – Pasaba todos los días por el lugar en el que me había chocado contigo, tengo que atravesar tu calle para ir a mi instituto, y entonces te vi y comencé a observarte. Me atraía mucho como vestías, como te peinabas, lo seguro que parecías caminando entre toda esa gente, sin ver –D.O frunció el ceño, no quería seguir escuchando, pero el tono de Kai le tenía clavado en el sitio, mostraba tanto arrepentimiento, parecía tan afectado – Quería conocerte, te prometo que nunca me había pasado nada así. Sí que me intrigaba eso de que fueses ciego, pero eso era solo una ínfima parte de lo que me atraía de ti. Y me inventé esa gilipollez sobre el trabajo, no sabía que otra manera podría conocerte. Lo siento por mentirte, lo siento, lo siento, lo siento –seguía desesperado.

-Márchate –dijo secamente, aunque su voz no sonaba tan autoritaria y ácida como otras veces.

-Quiero que me veas –susurró. D.O enarcó ambas cejas bajo aquellas gafas.

-¿Disculpa? –preguntó llevándose la mano a la oreja como si no hubiese escuchado bien.

-Sé que tienes el oído muy fino así que no me hagas repetirlo.

-Debo tener algo que lo obstruye –dijo sarcástico señalándose la oreja.

-Quiero que me veas, quiero que veas mi rostro –la voz del menor temblaba levemente.

-Definitivamente estoy perdiendo oído –contestó. Kai no se amedrentó y se dirigió en pos del mayor, quien se sentó en el sofá. El de la bandita se sentó a su lado, olvidando el sillón individual que siempre ocupaba.

-Vamos, he visto como lo hacen en las películas. Voy a coger tus manos –anunció y diciendo aquello agarró las manos de D.O. El mayor se sintió extraño ante el contacto, la voz de Kai se había tornado más segura pero su pulso temblaba mientras le levantaba las manos llevándolas a su propio rostro.

Amor Ciego / Blind LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora