Capitulo 11

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Seguí caminando y finalmente di con la dirección. El edificio que había visto, era idéntico a éste. Me dirigí hacia él y abrí la puerta de vidrio lentamente. Un señor que estaba a mi derecha sonrió dulcemente y escuché un "Buenas tardes". Le devolví la sonrisa y me acerqué a él.

-¿Usted conoce a la señorita Clara? – él pensó unos segundos y negó con la cabeza.

-Lo siento, soy nuevo aquí. Pero si quiere puede darme su descripción física, tal vez la recuerde – no sabía que decirle, no recordaba cómo era ella, ¿Cómo iba a preguntar por alguien y no saber cómo es?- No sé si sea ella, pero tal vez a la que está buscando está en el piso 3.

-Gracias, intentaré – estaba por decirme algo cuando lo dejé con la palabra en la boca, di media vuelta y me dirigí al ascensor- 1... 2... 3 –Salí al pasillo y estaba obscuro, sólo la luz natural del día iluminaba una que otra parte del pasillo. Volví a paralizarme, y vi en viva imagen cómo me dirigía hacia la última puerta del pasillo, sacaba unas llaves de mi mochila, la insertaba en la cerradura y entraba. Parpadeé dolorosamente y miré el fondo del pasillo. Sino fuera porque había una ventana al lado de la puerta, estaría completamente obscuro. Caminé hasta la última puerta del pasillo color blanca y estaba entreabierta. La abrí lentamente hasta que vi a una chica sentada en la cama, de espaldas a mí.

-¿Clara? – me acerqué más a ella, me senté a su lado y tenía su rostro escondido entre sus manos mientras sollozaba. De pronto dejó de hacerlo. Su cabello rubio y lacio caía en su cara, tapando la posibilidad de que pudiera verla. Instintivamente retiré su cabello un poco y cambió completamente de forma. No era Clara.

-¿Chris? – pregunté con un nudo en la garganta. ¿Pero cómo?.

-Hola, hermosa. ¿Dónde está Jorge? – sarcásticamente preguntó. Pero era algo de lo que yo también tenía duda. Lo miré con pánico y me paré rápidamente, pero me tomó de la mano y me trajo hacia él. Haciendo imposible que pudiera moverme.

-No lo sé. Suéltame – zafé mis manos y golpeé su pecho con mis puños, pero no le hacía nada, parecía no dañarle. No se movió siquiera un solo milímetro. Era demasiado fuerte.

-Ni siquiera lo intentes, sólo te lastimas tú misma, querida – rió hipócritamente- Y no te preocupes, prometo que lo siguiente que haré, no te dolerá. Solo será un pequeño rasguño -¿Dónde fregados se había metido Jorge? Error, en donde me había metido yo.

-¿Qué pretendes hacerme? – pregunté con un hilo de voz.

-Como verás, Martina, mi hermanito, Jorge , no obedeció ni acató las órdenes de nuestros superiores. Como siempre, un débil imbécil. ¿Es tan fácil de manipular verdad? – miró mis labios un momento y después se dirigió a mis ojos- Sabes, tú ibas a ser mi protegida, pero algo cambió, los planes salieron inesperados y por un error, fue Jorge el elegido para ti, o más bien, tú lo fuiste para él. Te diré una cosa, no sé ni porque lo estoy haciendo pero, no estoy para contar cuentitos a niñas como tú, así que llegaré al punto... vengo a matar a este niño – golpeó levemente mi abdomen el cual había estado creciendo últimamente- Estés de acuerdo o no, lo haré de todas formas. Pero como te digo, solo será un pequeño rasguño. Prometo que dolerá, un poco – mis piernas estaban perdiendo el control, y de un momento a otro, era de esperarse que cayera al suelo. ¿Qué me haría? ¿Qué le haría a mi hijo? ¿Por qué tanto rencor y odio hacia Jorge? ¿Sería por mí? No lo sé. Solo sabía que me había metido en un lío enorme y si era probable que saliera, tal vez lo hiciera sola.

-Tienes suerte de ser tan bella Martina. Cuando el niño esté fuera de mi camino y el estupido de mi hermano también, te daré el gusto de hacerte mía, ¿qué te parece?

Abrí mis ojos adoloridamente. Hacía calor aquí. No sentía mis brazos, piernas y muchos menos mi rostro. Estaba en un cuarto obscuro, sólo iluminaba una pequeña lámpara de techo. Estaba atada en una silla, ¡Maldición! Había un enorme espejo delante de mí, solo alcancé a ver un poco mi rostro. Tenía tres moretones y de cada uno de ellos salía sangre, la cual había caído en mi short, desde hace un buen rato y estaba seca. No tenía mucha fuerza en mi cuerpo, me sentía débil e insignificante. Y entre tanto pensar, escuché unas carcajadas venir hacia donde yo estaba.

La puerta que estaba en el fondo de lado derecho, se abrió de una patada estruendosa. Y seguido de esto, entro Chris y más compañía detrás de él- Vaya, hasta que despertó la Bella Durmiente – los hombres detrás de Chris, rieron estúpidamente- ¿Cómo estás hermosa? –Chris se puso de cuclillas y trató de mirar mi rostro cabizbajo. Tomó mi barbilla e hizo que lo mirara. Muy a penas lo logró y mientras acercaba su rostro al mío, le escupí.

-¡Perra! Lo pagarás – me dio una bofetada, haciendo que el moretón del lado derecho volviera a sangrar- ¿Qué te parece mujerzuela?

-No sé cómo puedes estar en la gloria del señor, si tú no eres más que el mismísimo demonio – escupí las palabras como si fueran veneno.

-Amor – tomó mi coleta ahora desecha y la estiró hacia atrás. Haciendo que lo mirara a los ojos- Soy el demonio – soltó una carcajada. Me volvió a mirar y se puso el dedo entre los labios, "Shh", de nuevo rió y se sentó en una mesa cercana, en donde estaban situados sus compinches, comenzando a jugar póker.

-¿Cómo es que eres hermano de Jorge? – susurré. Sentí su mirada en mí y de pronto
se paró de su asiento, lo arrastró hasta estar en frente de mío. Se sentó, subió su pié derecho hasta su pierna izquierda, encendió un cigarrillo y se acercó a mí para después expulsar el humo en mi rostro.

-¿En verdad quieres saberlo? Te diré algo, ni siquiera estos idiotas son capaces de preguntármelo. Me gusta tu valentía mujerzuela.



Otro capítulo! Y el último, son los tres capítulos de este fina de semana.

No olviden pasarse por mi nueva historia "FAKE LOVE" la encontraran en mi perfil.

Voten y comenten.

Atte: JustImagine07

Embarazada De Un Angel - JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora