Capitulo 21

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-... y luego le dije, hago postres, no doy respiración boca a boca a pájaros –al principio, Paul parecía tímido y serio. Pero el final, resultó ser una gran persona. La verdad a Adam y a mí no nos importó su presencia, tuvimos de todo un poco en aquella deliciosa cena, la cual, la mayoría fue hecha por Paul y una que otra parte por Adam. Contaba grandiosas anécdotas sobre varios de sus viajes, como a Roma, París, Canadá, Etiopía, Israel, y la más graciosa de todas fue en su viaje a África. Tantos lugares en solo dos meses, era increíble- La verdad es que fue algo sorprendente, lástima que no estuviste allí Adam –Paul dejó caer su mano en el hombro de Adam y sonrió.

-Pues sí, lástima. Pero sabes que no puedo andar de allá para acá, así como tú. Tengo trabajo y eso es algo que me gusta hacer – rápidamente volvió su mirada a mí y sonrió.

-¡Oh, por poco y se me olvidaba! –Paul salió corriendo de allí hacia la puerta por la que había salido, dejándonos solos a Adam y a mí. Él tomó el asiento de Paul, el cual estaba al lado derecho de la mesa y me miró unos instantes.

-Son tan impresionantes las aventuras de ha tenido Paul éstos últimos meses, en realidad me encantaría poder viajar al igual que él y conocer más culturas y las raíces de las personas y... -tratando de llenar el vacío que se había producido en aquel hermoso ambiente, todo había sido en vano. Adam se acercó tanto a mí que rozó mis labios delicadamente y mencionó unas cuantas palabras que no logré entender. Me plantó un beso dulce y tierno que yo no correspondí. Aún estaba en shock, tratando de asimilar lo que estaba pasando. Cerré mis ojos fuertemente y sentí rápidamente de nuevo sus labios en mí, creo que se había retirado para ver mi expresión. Esta vez, le respondí. Era tan diferente, tan... distinto, nada comparado con el calor y la esencia de.... Jorge.

Abrí de golpe mis ojos y lo vi ahí, vi al hombre equivocado. Estaba besando a alguien que no era Jorge, mi Jorge. Me separé bruscamente de aquellos labios que me hacían recordar vagamente los de mi ángel. No, no le pagaría con la misma moneda a él, no lo haría. Sus ojos brillaban tenuemente bajo la luz de la luna y de unas cuantas velas alrededor.

-Adam, yo...

-Si esperaba unos momentos más, esto se abría quemado –Paul venía hacia nosotros, aún sin darse cuenta ni sentir la tensión en ese lugar, en ese momento. Dejó una charolita con unos cuantos postres en ella y suspiró- ¿En qué estábamos? –miró a Adam en el sitio en el que estaba él y bufó- Ya entiendo. En fin, un gusto conocerte Martina, espero que te haya gustado la cena. Con su permiso-  se volvió a ir por aquella puerta de la que vino y no sabía que hacer.

-Lo lamento, me dejé llevar por el momento –Adam bajó su mirada y suspiró- Perdóname, enserio, fui un tonto Martina - tomó mis manos delicadamente y las miró.

-Fui yo la tonta. Nunca debí aceptar esto Adam. Esto es un error. Tengo que irme, lo siento – me puse de pie cuidadosamente y solté sus manos de las mías. Tomé el abrigo de mi asiento y me lo coloqué. Él aún seguía inmóvil y no dijo palabra alguna, me dirigí hacia la gran puerta por la que habíamos entrado y volteé. Seguía en la misma posición.

Adam

-Esto no está funcionando. Cada vez vamos de mal en peor, Joseph – nunca se había pasado por mi mente que algún día, Demetria diría semejantes cosas- Será mejor que nos separemos.

-¿Pero, de qué hablas? – hace solo seis meses que prometí y juré dar mi vida por ella. Amarla hasta la que la muerte nos separase y... se esfumó todo- ¿Cuál es el problema, Demetria? –ella frunció el ceño y posó sus manos en su cintura.

-¡Sabes que no me gusta que me llamen así! ¡Maldición! Ya no lo soporto Joseph. Me largo de aquí, de ésta casa, de la ciudad, de TÚ vida – esas palabras me habían helado el alma. ¿Qué estaba pasando?

Embarazada De Un Angel - JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora