Capitulo 19

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Habían pasado solo 10 minutos de nuestra llegada a la habitación de la cual estaba asignado el doctor Adam, y Jorge estaba igual de serio que cuando lo vio. No le quitaba la vista de encima mientras Adam le explicaba la razón por la cual él era el sustituto de Juan. A mi parecer, estaba enfadado.

-Pero, ¿Por qué no me dijiste nada Martina? – preguntó Jorge mirándome incrédulo.

-Traté de decírtelo pero tú solo me evadías, ¿lo recuerdas? – él estaba por decir algo pero mejor decidió callar y volvió su mirada al piso.

-¿Usted es el famoso Jorge, cierto? Martina me ha hablado mucho de usted – al parecer Adam sentía la incomodidad flotar en el aire, al igual que yo.

-¿Así? ¿Y qué le ha hablado de mí? – Jorge se estiró hacia enfrente, despegándose levemente de su asiento.

-Mejor hagamos lo que vine a hacer – dije rápidamente evitando una posible disputa entre ellos dos- Por favor Adam...

-¿Adam? Ya se hablan con mucha confianza, por lo que veo – me interrumpió Jorge. Lo miré y su mandíbula se mantenía fuertemente apretada.

-Lo lamento – corregí rápidamente- Doctor Adam, ¿podría decirme si podemos comenzar ya? – miré a Adam y él sonrió dulcemente.

-Por supuesto Martina. Acuéstate en la cama y ponte cómoda – me puse de pié y me dirigí hacia la camilla que se encontraba al lado de unos cuantos monitores y de una enorme pantalla de plasma. Me senté cuidadosamente y miré a Jorge, éste seguía mirando hacia la ventana y de pronto sonó su celular. Apresuradamente lo tomó de su bolsillo y salió disparado hacia el pasillo- ¿Aún sigues teniendo dudas Martina? – no había entendido para nada su pregunta.

-¿Dudas? ¿De qué? – me recosté en la camilla, me quité mi abrigo, desabroché mi pantalón, lo puse debajo de mi vientre y después subí mi blusa un poco. Adam presionaba unos cuantos botones y encendió la gran pantalla. Tomó un botecito con gel azul y lo echó encima de mi vientre. Estaba frío.

-Ya sabes, con Jorge. Es evidente Martina, ¿Por qué no lo ves? – pasó por encima del gel un aparato y vio hacia la pantalla grande.

-¿No veo qué? No te entiendo nada Adam – lo miré unos segundos y él se volvió hacia mí. Nos miramos unos segundos y después suspiró.

-Eres tan inocente Martina. Ni siquiera soy psicólogo y yo me doy cuenta, lamento decírtelo pero cualquiera que los viera diría que él te está engañando Martina. ¿Te digo algo? – yo solo seguía mirando sus ojos marrones a través de sus anteojos y asentí- Desde que llegó supe que era un celoso y posesivo empedernido. Lo digo por su comportamiento, ¿no crees? Es muy... sobreprotector.

-No Adam, al menos yo no lo veo así. A mí se me hizo extraño que se comportara así, nunca lo hace.

-Lo peor de todo es que te engaña en tus propias narices Martina. Ya veo que lo que me cuentas es cierto. No tiene siquiera respeto por su esposa.

-¿Esposa? No, no. Yo solo soy... - vaya, no sé ni siquiera qué somos- Soy su novia.

-¿Novia? ¿Y ése anillo? Creí que estabas casada. Con razón no vi el anillo de él – sonrió dulcemente y se volvió a la pantalla- Aún no logro descubrir qué es esa línea gruesa de color blanco que está detrás de su espalda. Pienso que es un exceso de placenta pero no sabría si estoy en lo correcto, nunca lo había visto – movió el pequeño aparato hacia varios lados y señaló la pantalla sonriendo- Aquí están sus bracitos, sus manos, sus piernitas, su cabecita y... su corazón. ¿Quieres escucharlo?

-Por supuesto – sonreí abiertamente mientras miraba hacia la pantalla. Presionó unas cuantas teclas del teclado y rápidamente el sonido retumbaba en la habitación. Era hermoso, sus latidos eran tan rápidos y sonoros que no sabría explicar por qué tuve ganas de romper a llorar. Me contuve unos momentos y sonreí más- Es hermoso Adam – él sonrió, volvió a oprimir las teclas y la imagen de Drew volvió a la pantalla- ¿No crees?

Embarazada De Un Angel - JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora