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Ciel sentía un ardor inmenso en su ojo, veía todo borroso pero apenas pudo centrar la mirada se tiró al suelo. Sebastián yacía un un charco de sangre, su mano estaba desgarrada y no curaba. Todo era tan confuso para el aturdido Ciel. En algún momento entró Leviatán curando la herida y dijo algo aunque Ciel no lo escuchó, solo contemplaba como se llevaba al demonio completamente laxo. Una mano se posó en su hombro, no necesitaba girarse para saber que era Undertaker. - Tranquilo, no es nada - su voz sonó tranquila. la sangre seguía goteando de su ojo, sus manos manchadas en sangre del mayor ¿Que había sucedido? Se llevaban a Sebastián sin que el lograse a entender nada.

Caminó lentamentrme, trataba de poner su mente en calma. Llegó hasta la cama de la habitación principal donde Leviatán y algún que otro soldado acomodaban a Sebastián sobre la cama. Leviatán trazo unos símbolos y utilizo algún tipo de alma inferior para restaurar la piel del demonio igual que años atrás hizo para Ciel. El se acercó hasta el borde de la cama tratando de abrir su ojo dolorido, todavía no veía nítido pero estaba seguro que no tenía buena pinta.
- Quédate a su lado - Leviatán le acarició la espalda a modo de consuelo - Le gustará verte aquí cuando despierte - Sonrió con amabilidad pero todo era demasiado para Ciel. ¿Porque? ¿Que había sucedido? Estaba seguro que cuando se acostó Sebastián estaba bien.
Lentamente se subió acomodándose al lado del mayor, su pecho subía y bajaba rítmico pero demasiado suave. Ciel lo había visto otras veces en el mundo humano, en los años en la morgue había tenido alguna oportunidad de ver moribundos. Ver como su respiración se atenuaba hasta desaparecer.
Ciel sentía sus ojos encharcados pero todavía no alcanzaba a asimilar todo, se sentía como un mal sueño del que rezaba por despertar.
- Ya eres un demonio libre - Lilith aparecía por la puerta con su delicada presencia se sentaba grácil en la cama mientras que Ciel se tocaba el ojo con creciente terror - Le ha costado mucho aceptarlo. Que algo cambie no significa que su esencia se corrompa. Esta cansado y debilitado por terco... No es que le suceda nada grave - Lilith sonrió - Eres libre pero no tienes porque irte. - acarició al menor que parecía algo más relajado sabiendo que no pasaba nada - Ciel deberías barajar la posibilidad de olvidar lo sucedido y simplemente volver a confiar. Kain no es el tipo de persona que se deja dominar, a el hay que domarlo como al más terco de los caballos. Con tranquilidad y paciencia a pesar de sus reiterados fallos. - estaba confuso todavía y la manera de hablar de ella tan críptica no ayudaba.
-¿domar?
- Tiene un significado muy olvidado para vosotros los humanos - Lilith estaba muy tranquila, parecía convencida de lo que decía - significa crear lazos. Dale esa confianza de saber que no hace falta que este encima tuya, que no necesitas el contrato para estar a su lado - Ella ensanchó la sonrisa que parecía casi maternal, definitivamente hacia buena pareja con Leviatán ambos con esos rasgos protectores. - Estas aquí por voluntad propia no por obligación - Sin cambiar de expresión arropo a ambos en la cama y dejó un ósculo en la frente de Ciel. Era difícil no confiar en ella porque irradiaba paz y tranquilidad que te hacia creer que todo iba a estar bien. - Lleva muchos años intranquilo y ha terminado por pasarle factura de golpe. No te preocupes Ciel. El esta bien.De hecho esta despierto.- Ciel volvió a fijar su mirada ya nítida sobre el tranquilo demonio mayor que sonreía cansado con los ojos entornados. Para cuando Ciel volvió hacia Lilith esta ya no estába.
- Pareces preocupado, me ofendería que te preocupases por mi ... - Sebastián levanto la mano lentamente acariciando la mejilla del menor subiendo hasta su ojo ahora limpio de todo rastro del contrato.-... Porque fuiste tú el que huyó de mi - Sebastián cerro los ojos acurrucandose a su lado con gesto infantil, como un niño asustado buscando la seguridad de un adulto en un arrebato de miedo nocturno, como si a su lado nada pudiera dañarlo.
- No huí, solo... me apetecía estirar las piernas - respondió algo altanero pero el otro no respondió. Parecia dormido, las ojeras marcaban su rostro. ¿Lazos?¿domar? Un demonio desconfiado jamás estaría constantemente vulnerable ante otro. Sebastián llevaba años domado pero todavía era tozudo.
Ciel se recostó escondiendo su rostro en él pecho del demonio. Era cálido y acogedor, el pasó el brazo sobre Ciel y una pequeña risa cansada escapó de su boca.
- No te vayas a ir otra vez. Déjame descansar así un poco - Esas palabras dolieron un poco a Ciel. Parecía tan cansado que podía desvanecerse, como si no hubiera descansado en muchos tiempo. - Solo un poco... Por favor - eso último parecía un ruego quebrado por la cansada voz, nada que ver con el timbre aterciopelado anterior.
-Todo lo que quieras... No me voy a ir.- Ciel acariciaba la cabeza del mayor como tiempo atrás el lo hizo, zambullia sus dedos en los oscuros cabellos mientras su otra mano acariciaba la espalda. No recordaba haber visto nunca tan tenso al mayor, cada músculo del cuerpo parecía en tensión y su rostro parecía de preocupación. - estaré aqui cuando despiertes- parecía tan cansado de estar así - es una promesa - Poco a poco el mayor se fue relajando y se hundía en un profundo y necesario sueño.

- Buenos días - Leviatán corría las cortinas dejando una bandeja en la mesita - Pueden descansar un poco más, yo estaré con el señor shinigami, ha vivido cosas interesantes - el rió un poco con una sonrisa tranquila
Sebastián remoloneo un poco, se sentía descansado y sonreía al notar como el bulto que caía sobre su pecho se aferraba a el con la misma tranquilidad que antes.
- Mmmmm... Cuanta luuuuz - Ciel escondió la cabeza entre las mantas en un gesto perezoso por dormir un rato mas. Podría haberse ido, podría haberlo matado aprovechando la debilidad, pero sin embargo ahí estaba durmiendo tranquilamente. No podia describir la felicidad de ese momento, una tercera oportunidad que no pensaba desaprobechar  otra vez. No dejaria que nada ni nadie les separase. Lo abrazó mientras se metía bajo las mantas también para pasar toda la mañana con su ya liberado Ciel, con su gran amor que decidió quedarse con el en lugar de dejar atrás un horrible demonio que le había hecho daño.

Kuroshitsuji : Conde Condenado 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora