Ya no aguanto más...

Capítulo 7: ...Tres

-Creo que está vez me excedí- Le dijo Franky a Roger con suma picardía, mientras caminaba hacia él lenta y sensualmente, con el dedo índice posado sobre sus rosados labios. –En realidad no- Se burló de sí mismo.

-Y... ¿qué más piensas hacer después de esto?- Preguntó Roger, que lucía tan impecable y formal como siempre.

-mmm! Tengo todo planeado, no te preocupes por eso.- Le respondió el pequeño mientras hacía un gesto con la mano restándole importancia.

-¿No deberías ponerte algo de ropa y asearte un poco?- Sugirió el más grande que se sentía algo incómodo por Franky el cual se encontraba en una situación, como decirlo, descarada pero excitante.

-¿Por qué debería? Me siento muy bien así.- El pequeño se sentó en uno de los sillones individuales que se encontraban en la habitación. –O... a caso ¿te incomoda verme así?- Sonrió con coquetería mientras abría sus piernas posicionando cada una a los lados del mueble, dirigiendo su mano hasta rozar su orificio anal con sus dedos dando movimientos circulares muy suaves al mismo tiempo que miraba a quien tenía en frente de él.

-Ja! No sabría como describir lo que siento en estos momentos realmente.- Un algo acalorado Roger pasaba su brazo por detrás de su cabeza. –Te ves, muy bien.- Miró hacia otro lado para no mostrar su vergüenza. –Te pareces mucho a ese chico al que me dijiste que le diera el sobre con las fotos.- Sonrío recordando a Martín cuando llegó todo agitado a su encuentro con él en la escuela.

-Con que con Martín ehh- Lo dijo para sí mismo el pequeño Franky, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de tener semejante macho para su disfrute, ya después se lo entregaría envuelto en papel de regalo y con moño incluido a su mejor amigo. –Dime Roger, ¿hace cuanto no follas?- Pasaba su lengua sobre sus labios, humedeciéndolos dándole un tono rosa mucho más llamativo y brilloso.

Roger se sentía mucho más avergonzado pero aún así respondió. –Desde que mi esposa falleció.- Le dolió realmente rememorar a su hermosa esposa, sin embargo sabía que debía seguir adelante por él mismo, pero sobre todo, por su pequeño hijo.

-Entiendo- Lo miró fijamente. –Fóllame!- Le ordenó.

-¿Qué? ¿Bromeas verdad?- Farfulló desconcertado por lo absurdo de la petición anterior.

-¿Piensas que estoy bromeando mi queridísimo Roger?- Se disponía a ponerse de pie.

-Es ridículo, jamás haría algo así con un hombre, además eres aún un niño. No digas estupideces.- Roger comenzaba a irritarse por la insistencia del otro.

-No es porque sea hombre, es porque crees que la estarás engañando si lo haces, ¿no es cierto? Sea conmigo o con quien sea.- Franky ya estaba en frente de Roger, mientras este último dirigía la mirada hacia un punto cualquiera de la habitación. –Ella ya no está, hace mucho que dejó de existir.- Le dijo con los dientes apretados.

-¡Ese no es asunto tuyo!- Roger enfureció, gritándole y empujándolo hacia un lado. –Ella aún sigue aquí- Señaló su corazón -Y ahí se quedará por siempre.-

-No puedes vivir estancado en un recuerdo, solo es eso, un hermoso recuerdo que siempre estará en tu corazón y mente, más no debes permitir que eso te consuma por dentro. Algún día hallarás a alguien que te ame tanto como ella te amó y te seguirá amando por toda la eternidad, algún día podrás volver a amar y ser feliz. Solo existe un alma gemela para cada uno de nosotros en este mundo, pero cuando esta deja de existir, su esencia pasa a otra, la que será tu nuevo verdadero amor.-

-Ya cállate! ¿Tú que sabes del amor? Si lo único que has hecho es defraudar a quienes supuestamente amas, en este tiempo has hecho demasiado daño, te has convertido en la misma mierda que ellos. Planeas atrocidades contra quien tú dices que es tu verdadero amor, ¿a eso le llamas amar Frank?-