Ya no aguanto más...

Capítulo 8: Todo

Ahora que te tengo en mis manos deseo contar esta parte de la historia. Ahora soy una enfermedad que contagia la vida y no puede más. Mi alma destruida llora en agonía al verte inerte ante mi merced, ahora es cuando realmente te darás cuenta en lo que me has convertido. Se abre el infierno el día después de pedirle a Dios, las migajas de mi maltrecho corazón, pero sé que no me las dará. Y todo es por tu culpa, por atravesarte en mi vida, por enamorarme sin quisiera intentarlo. Duele mucho ser alguien inhumano, que juega con la vida de los demás como en un tablero de ajedrez, decidiendo quien tiene derecho a vivir y quien puede morir viviendo, como lo harás tú. Vas a ser mi muñeca de trapo, maleada de polvo y sudor, día y noche te daré fríos abrazos carentes de toda inocencia al candor del amor. Verás lo tétrico de mis heridas, saborearás mis saladas lágrimas y mi putrefacta sangre, sentirás lo que yo sentí en el maldito momento que me mataste una y otra vez, sin parar. Abriré tu pecho desgarrando tus entrañas sin dejarte morir, no quiero que mueras, quiero que sufras, no te preocupes, aún te amo.

Quiero bañarme en tu llanto, alimentarme de tus súplicas, vestirme con tu piel, quemarme con tus besos, seré tu dueño. Bienvenido al infierno mi amor. Eres tan hermoso, tus rasgos parecen tallados por los mismos ángeles, tu mandíbula fuerte de hombre seguro, tus labios carnosos inyectados de almíbar, tus ojos que me transportan a otra dimensión, tu respingada nariz, es tan gracioso, de toda tu belleza no va a quedar nada. Te estrujaré hasta que tus huesos se quiebren, hasta que te falte el aire y te desesperes por respirar. Verte amarrado de manos y pies en esta fría habitación me pone a pensar, qué fue lo que hice mal para no poder disfrutarte en una noche tibia mientras me posees con fiereza. No entiendo por qué Dios me mandó tal obsequio, aunque, él no hace este tipo de regalos, quizás fue Satanás. Tenerte así me reafirma que soy mucho más inteligente de lo que pensé, no creíste que terminarías así. Ni en sueños hubieses imaginado que tu vida acabaría de esta manera. Te juro, que te haré desear con todas tus fuerzas estar muerto, porque te aseguro, que lo que estás por vivir será mucho peor que la misma muerte.

Ya es hora que despiertes amor mío. Te abofeteo sin piedad, una, dos, tres cachetadas serán suficientes para que recobres la consciencia. Despiertas exaltado sin noción de lo que está sucediendo. Que comience el juego.

-¡Qué está pasando!- Eso no sonó como una pregunta, fue un alarido de confusión ¿verdad?

-¡Al fin despertaste! ¿Qué tal la siesta?- No sabes cómo me gustaría reírme a carcajadas en este preciso instante.

-Me duele demasiado la cabeza, todo me da vueltas- Aún no te das cuenta de tu posición. -¿Por qué estoy amarrado?- Las esposas en todas tus extremidades hacen ruido contra el frío metal de la reja en la cual te encuentras -¿Por qué carajos estoy desnudo? ¡Franky! ¿Qué mierda está pasando aquí?

-¡Jajaja! ¡Por Dios Dallas! No es para tanto, en unos milisegundos contestaré a todas tus interrogantes- Tan melodramático que resulto.

-En primer lugar, estás aquí porque vas a pagar todo lo que me hiciste- Quiero que te enteres de una vez lo que viniste hacer aquí, sin rodeos. –Segundo, estás desnudo porque simplemente estás muy bueno- Adoro ver la desesperación que emanas por cada poro de tu cuerpo, sin entender absolutamente nada –Y tercero, si no te amarro lo primero que harías sería escapar, y no cariño, eso no lo puedo permitir. Quiero que sepas que no fue fácil traerte hasta aquí, eres enorme y yo solo no hubiera podido- Te ves tan sexy, si tan solo pudieras ver lo que yo, como las gotas de sudor se deslizan por todos tus abdominales llegando hasta tu miembro humedeciéndolo por completo, tus grandes y fuertes piernas brillando por la luz reflejada en el rocío de tus fluidos.

-¿Pe...pero por qué? ¿Qué es lo que piensas hacerme? Dijiste que ya me habías perdonado, me arrepentí sinceramente, te pedí perdón de rodillas porque sentí que era necesario. ¿Qué más quieres de mí? Yo... yo prefiero entregarme si es que así lo deseas, pasaré el resto de mi vida tras las rejas si me lo pides, pero por favor, para con este juego.-